PERLA OHIGGINIANA.

SORPRESA DE CANCHA RAYADA.

Mario Barrientos Ossa.

Instituto OHigginiano de Rancagua.

En un día como hoy, el 19 de marzo de 1818, un ejército de diez mil patriotas, reclutado y equipado con ingentes esfuerzos, fue aventado por las fuerzas realistas en una aventurada incursión nocturna. Entre las sombras de la noche, aterrados por la embestida de las fuerzas realistas, los soldados patriotas se dispersaron, abandonando sus armas, con lo cual el ejército se desvaneció en la nada, con O’Higgins herido en un brazo, por una bala que por centímetros no lo mata. Fue la nefasta Sorpresa de Cancha Rayada.

La noticia llegó a Santiago como una bomba: el rumor decía que O´Higgins estaba muerto, el ejército destruido, los realistas a marchas forzadas avanzando a ocupar Santiago. Vendrían las represalias, los castigos. El pánico hizo presa de la somnolienta ciudad.

El 24 de marzo, a la medianoche, macilento, más muerto que vivo, pero con su terco carácter entero, entraba O’Higgins al Palacio Directorial, a preparar la resistencia al invasor. En la mañana siguiente lo hacía San Martín.

La tarea no era menor: armar un nuevo ejército,  con las tropas realistas avanzando a marchas forzadas hacia la capital.

El milagro se produjo el 29 de marzo, cuando el Coronel Las Heras entraba a Santiago al frente de tres mil soldados, milagrosamente rescatados del desastre, hambrientos, desnudos, disciplinados a sangre y fuego, con lo cual el sol de la libertad se asomaba nuevamente. Las Heras fue llamado con justicia por Benjamín Vicuña Mackenna “el auténtico salvador de Chile”. Sin el genio y la fuerza que lo condujo a rescatar a esos soldados, a mantenerlos cohesionados con fusilamientos de por medio, no habría habido posibilidad alguna de salvar la libertad.

Pocos días después, el 5 de abril, el triunfo de Maipo nos la consagraba y ambos próceres, OHiggins y San Martín, se abrazaban en los llanos cubiertos de sangre generosamente derramada, proclamando la unión eterna entre nuestras naciones, Chile y Argentina.

La Sorpresa de Cancha Rayada puso en riesgo nuestra independencia, pero la fuerza y el talento de nuestros héroes nos permitió sacarla adelante. Rendimos nuestro homenaje de admiración y gratitud.

Imagen: La Tercera

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