Saludo al Presidente del Instituto O´higginiano de Rancagua —- Nacimiento de Bernardo O’Higgins Riquelme.20 de agosto de 1778—80 años del Instituto O’higginiano de Rancagua —- Ver entrevista al general de brigada Antonio Yakcich
Entre las obras de su gobierno, tuvo especial relevancia la construcción de escuelas primarias, la reapertura del Instituto Nacional y la Biblioteca Nacional, además de la creación de la Escuela Militar y de la Escuela Naval y la formación de la primera Escuadra Nacional.
Saludo de la Unión al Presidente del Instituto O´higginiano de Rancagua
Estimado Presidente del Instituto O’higginiano de Rancagua
El Presidente de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional, en representación de los socios de la Corporación, lo saluda atentamente con motivo de celebrarse en el día de hoy el natalicio de nuestro Prócer, cuya figura y vida representa el instituto que usted dirige con el objeto de que esté vivo en la memoria de los chilenos, resaltando su vida, su figura y sus actos, los que siempre fueron guiados por el amor a su Patria y a su ferviente deseo de hacerla independiente.
Que el éxito los acompañe en su encomiable labor.
Antonio Varas C., Secretario del Directorio.
El general de brigada Antonio Yakcich nos habla de Bernardo O’ Higgins ” El Padre de la Patria”
Ver entrevista completa en: www.youtube.com/watch
Nacimiento de Bernardo O’Higgins Riquelme, el Padre de la Patria.20 de agosto de 1778
Su presencia, como militar y gobernante, fue crucial en todo el proceso de emancipación chilena del dominio español, ya fuera luchando en las batallas de la Independencia o ejerciendo como primer Director Supremo de la nueva nación.
Hijo natural del que fuera gobernador de Chile y virrey del Perú, Ambrosio O´Higgins, nació en Chillán Viejo. Realizó sus estudios en Lima y luego en Inglaterra, donde conoció a Francisco Miranda, quien lo inició en las ideas independentistas. Muerto su padre en 1801, regresó a Chile a tomar posesión de la hacienda de Las Canteras cercana a la ciudad de Los Ángeles.
En 1810, fue elegido diputado de la recién formada Junta de Gobierno y en 1811 es nombrado coronel de ejército.
En 1813, se enfrentó por primera vez a los realistas en la batalla de El Roble. Su rivalidad con José Miguel Carrera, el otro líder de la Independencia, la llevó a enfrentarse, en 1814, en el combate de Tres Acequias. No obstante su espíritu patriota primó y O’Higgins se unió a Carrera para enfrentar la invasión de las fuerzas realistas dirigidas por Mariano Osorio.
Durante el período de la Reconquista, organizó en Mendoza, junto a José de San Martín, el “Ejército Libertador de Los Andes” y dirigió la ofensiva chilena.
Derrotadas las fuerzas realistas, asumió como Director Supremo y firmó, el 12 de febrero de 1818, la Proclamación de la Independencia de Chile. En algunas de las proclamas dirigidas por O’Higgins a los soldados enemigos que aún resistían, dejó claramente establecida su posición antimonárquica. Sin embargo, su afán por incrementar el desarrollo económico del país, lo impulsó a establecer relaciones comerciales con las principales monarquías europeas; las cartas enviadas a los reyes, escritas en un lenguaje equilibrado y cauteloso, quedaron para la posteridad como un testimonio de su carácter eminentemente pragmático.
Entre las obras de su gobierno, tuvo especial relevancia la construcción de escuelas primarias, la reapertura del Instituto Nacional y la Biblioteca Nacional, además de la creación de la Escuela Militar y de la Escuela Naval y la formación de la primera Escuadra Nacional.
En su gestión como Director Supremo tomó medidas que le significaron ganarse la antipatía de la aristocracia criolla, como la abolición de los mayorazgos y los títulos de nobleza, la supresión de los escudos de armas y la creación de la legión al mérito. En estas disposiciones puede observarse la influencia de la logia masónica Lautarina -a la que O’Higgins pertenecía-, que se caracterizaba por su rechazo al orden nobiliario.
Su gloriosa vida pública -aunque no desprovista de episodios oscuros, como su participación en la muerte de José Miguel Carrera y Manuel Rodríguez– fue evaluada por él mismo en un manifiesto dirigido a su pueblo. Paradójicamente, su abdicación al cargo de Director Supremo de Chile el 28 de enero de 1823, uno de los episodios más tristes de su vida, fue la máxima expresión de su adhesión a la causa del país, ya que voluntariamente se despojó del poder para evitar una guerra civil, dejando como testimonio una emocionada despedida.
Falleció en Lima el 24 de octubre del año 1842.
80 AÑOS DEL INSTITUTO O´HIGGINIANO DE RANCAGUA.
Mario Barrientos Ossa.
Instituto O’higginiano de Rancagua.
Era el 20 de agosto de 1942, y un suceso especial conmovía la tradicional tranquilidad de la ciudad.
En el edificio consistorial, estaba reunido el Municipio en su sala de sesiones, junto con distinguidos vecinos de Rancagua, entre ellos el inspirador de la idea, el regidor y bombero César Guzmán Castro. Se trataba de fundar una institución única y pionera en nuestra patria, destinada exclusivamente a investigar y difundir con rigor histórico la vida y la obra del Libertador don Bernardo O’Higgins Riquelme. Se conjugaban en la fecha elegida para su constitución el Natalicio de don Bernardo, que se celebraba en ese día, y la cercanía del Centenario de su muerte, ocurrida un 24 de octubre de 1842.
La banda instrumental del Grupo de Ingenieros Membrillar interpretaba frente al edificio canciones chilenas, y las radios locales transmitían el suceso en cadena. La ciudad entera vibraba con este acontecimiento.
Así nació el Instituto O’higginiano de Rancagua, siendo su primer Presidente don Florencio Durán Bernales, médico y senador de la República, destacando entre sus sucesores el periodista e historiador Héctor González Valenzuela, quien sirvió el cargo durante 42 períodos, dejando una ancha e imborrable huella. Hoy, sirve como Presidente nuestro apreciado amigo Antonio Yakcich Furche, General de la República e historiador, que le ha dado un renovado giro a sus fines, llevándolo a internacionalizar sus funciones con el aporte de académicos y académicas de varios países.
Nuestro Instituto, que cumple hoy 80 años de ininterrumpidas actividades, mantiene su plena labor de investigación y difusión histórica, a nivel nacional e internacional. Fue el primero y es el más antiguo de todos los creados después, incluso el de Santiago, que se fundó en 1953, por lo cual es el autor de la idea y el decano de todos los demás institutos creados con fines similares. Ayer, suscribimos con la Universidad de O’Higgins un MOU en el que acordamos constituir el Centro de Estudios O’higginianos, con un directorio compuesto por ambas partes por mitades, destinado a elevar al más alto nivel de exigencia académica nuestra labor de investigación y difusión. Asimismo, presentamos el séptimo libro de difusión de la obra del Libertador, con trabajos escritos por nuestros miembros, cumpliendo fielmente nuestros fines estatutarios.
En este día rendimos un homenaje de admiración y cariño a esta señera Institución, saludando a su Directorio, a todos sus Caballeros O’higginianos y a sus Damas O’higginianas, con el recuerdo entrañable de Héctor González Valenzuela, quien fuera nuestro amigo y quien nos llevó a integrarnos a este querido Instituto, donde cumplo hoy 47 años de membresía.