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Kaiser, el Boric de la derecha. Patricio Navia. El Líbero

 

                                                 KAISER, EL BORIC DE LA DERECHA

Patricio Navia – El Líbero, 14/02/2025

 

El rápido ascenso de Johannes Kaiser en las encuestas de intención de voto para las presidenciales de noviembre de 2025 es ciertamente noticioso, pero no debiera ser demasiado sorprendente.

Hace cuatro años, un candidato de características similares a las de Kaiser, pero del extremo político opuesto, comenzó a subir como la espuma cuando anunció su intención de lanzarse a la carrera presidencial.

Aunque defienden posiciones ideológicamente opuestas, Gabriel Boric y Johannes Kaiser se parecen en muchas otras dimensiones que son importantes para lograr viabilizar una candidatura presidencial.

Kaiser ha venido a sembrar dudas sobre la viabilidad de la candidatura de Evelyn Matthei, el escenario que hasta hace poco la derecha veía como lo más probable, tranquilizador y seguro.

Aunque correrá mucha agua bajo el puente antes de que se terminen de definir las candidaturas que competirán por llegar a La Moneda, es innegable que, hoy por hoy, el candidato presidencial del que más se habla es Johannes Kaiser.

Kaiser y Boric se parecen en muchas dimensiones. Ambos vivieron sus años formativos en el sur de Chile y crecieron en familias poco tradicionales donde las madres no ocupaban el rol que comúnmente tienen las madres chilenas.

Siendo inteligentes, nunca lograron encajar exitosamente en el sistema educacional chileno. Ni Kaiser ni Boric terminaron sus carreras universitarias. Ambos tuvieron una historia de vida caracterizada por el rupturismo y la disrupción. Kaiser, padre de tres hijos, actualmente está casado con la madre de su tercer hijo. Boric nunca ha estado casado y está a punto de ser padre.

Pero mientras Boric canalizó su rebeldía hacia ideales de izquierda extrema, Kaiser fue un rebelde que abrazó ideales de derecha extrema. Si bien Kaiser es 10 años mayor que Boric (el diputado derechista acaba de cumplir 49 años, Boric por su parte recién celebró los 39 años), ambos pertenecen a una generación que sabe más de años de crecimiento y desarrollo que de años de estancamiento y crisis.

Gabriel y Johannes tienen una especial habilidad para comunicar mensaje y un incuestionable carisma. Ambos están convencidos de que sus cosmovisiones son las correctas y que el resto del país estaría mucho mejor si abrazaran los mismos principios y valores que ellos abrazan.

Los dos creen tener la receta para que el país logre retomar el buen camino del desarrollo sostenible y la creación de riqueza. Los dos creen que los que no piensan como ellos están profundamente equivocados. Peor aún, ambos están convencidos de que aquellos que, compartiendo sus respectivos domicilios ideológicos, tienen visiones más moderadas no sólo están equivocados, sino que hacen un profundo daño a las prístinas causas de sus respectivos sectores.

Hace cuatro años, Boric se alzó como exitoso candidato prometiendo un recambio generacional de corte fundacional. Cuando ganó las primarias de julio de 2021, Boric declaró que, así como Chile había sido la cuna del neoliberalismo, también sería su tumba.

Hoy, Kaiser lidera una campaña que busca enterrar de una buena vez los trasnochados sueños estatistas que existen en el país, especialmente en esa izquierda que personifica Boric. Así como Boric creía que su misión en la política era sepultar el neoliberalismo, Kaiser cree ser un enviado que viene a enterrar el estatismo.

Es cierto que Gabriel y Johannes están en polos ideológicos opuestos. Pero la forma en que ambos se comunican con sus electores, el estilo rupturista que cultivan ambos respecto a sus propios sectores, la convicción profunda de que el país necesita un cambio radical, y la capacidad para convencer a muchos de que ellos son los llamados para liderar ese cambio hacen imposible desconocer las similitudes entre ambos.

En 2021, el país pedía un cambio profundo y la izquierda supo responder mucho mejor que la derecha a esa demanda popular. Hoy, los chilenos también parecen querer un cambio profundo.

Como gobierna la izquierda, la demanda por cambio bien pudiera terminar alimentando el apoyo a una oferta que represente exactamente lo opuesto a lo que defiende el gobierno hoy. Eso representa una gran oportunidad para Kaiser.

Pero como la gente también aprende de sus errores, al menos en el corto plazo (en el largo plazo muchos vuelven a tropezar con la misma piedra), el estilo rupturista de Kaiser pudiera recordar a muchos que, la última vez que votaron por un candidato rupturista, las cosas no cambiaron para mejor.

Si tenemos suerte, el país pudiera estar ya inmune al rupturismo. Si, en cambio somos como el resto del mundo, la gente bien pudiera creer que otro tipo de rupturismo funcionará después que el primer intento rupturista fracasó.

Es un error minimizar el apoyo que está generando Kaiser como candidato presidencial. Entre sus simpatizantes y detractores, Kaiser genera más interés e intensidad que lo que generan otros presidenciables, como José Antonio Kast, Evelyn Matthei o Carolina Tohá.

Todavía falta mucho para la elección de noviembre, pero mientras Kaiser genera interés, otras candidaturas están estancadas en pantanos de aburrimiento y desinterés.

Precisamente porque el electorado todavía no está poniendo demasiada atención a la próxima elección presidencial, el entusiasmo que genera Johannes Kaiser en un electorado más bien apático y despreocupado lo convierten en una amenaza real y sumamente peligrosa para la candidatura de Evelyn Matthei.

Kaiser ha venido a sembrar dudas sobre la viabilidad de la candidatura de Evelyn Matthei, el escenario que hasta hace poco la derecha veía como lo más probable, tranquilizador y seguro.

Un aporte del director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional