Las opiniones vertidas en esta columna de opinión, son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de UNOFAR
En relación con su carta de fecha 15 de noviembre pasado, mediante la cual hace referencia a mis declaraciones vertidas durante la Sesión Ordinaria del 14 de noviembre en la Cámara, por considerarlas “serías, injustificadas y falsas”, debo señalar que considero inaceptable sus comentarios y observaciones toda vez que me he remitido a comentar lo que expresó la prensa, en relación al “Informe Anual” del Centro que UD. dirige; todo lo cual complementé al leer el propio informe.
Intercambio de cartas entre la Dip. María Angélica Cristi y Judith Schönsteiner, Directora del Centro de Derechos Humanos de la Universidad Diego Portales, a raíz de su intervención en la Cámara el día Miércoles 14 de Noviembre pasado, con ocasión del Informe Anual de dicho centro, así como de otros Organismos de DD.HH.
Se agradece la defensa de la Diputada , ojalá sus colegas hicieran lo mismo , a veces es más fácil guardar silencio , mirar para el lado .Es mas cómodo y se evitan malos ratos como este y otros que ha tenido que pasar Maria Angelica Cristi. Echamos de menos a muchos colegas de ella en esta lucha…
Marcelo Elissalde Martel
Señora
Judith Schönsteiner
Directora del Centro de Derechos Humanos
Universidad Diego Portales
Presente
De mi consideración:
En relación con su carta de fecha 15 de noviembre pasado, mediante la cual hace referencia a mis declaraciones vertidas durante la Sesión Ordinaria del 14 de noviembre en la Cámara, por considerarlas “serías, injustificadas y falsas”, debo señalar que considero inaceptable sus comentarios y observaciones toda vez que me he remitido a comentar lo que expresó la prensa, en relación al “Informe Anual” del Centro que UD. dirige; todo lo cual complementé al leer el propio informe.
Sin perjuicio de ello debo precisar lo siguiente:
1)En relación al punto 1) relativo a que confundo el Centro que Ud. dirige con otras unidades de la UDP.
Efectivamente, estoy consciente que son varias las instituciones y organismo relacionados con los Derechos Humanos en Chile actualmente existente en nuestro país y así lo expuse en mi intervención.
Así, están el Centro de DD.HH. de la UDP; el Observatorio de DD.HH. de la UDP; el Centro de Derechos Humanos Universidad de Chile; el INDH, entre otros, quienes se caracterizan por el carácter parcial e ideologizados en sus líneas de investigación y opinión, sin resguardar los Derechos Humanos de todos los ciudadanos de este país.
Basta con leer sus informes, declaraciones, participaciones y otros, generalmente con un permanente cuestionamiento y crítica a todas aquellas materias que tienen algún arraigo en los valores tradicionales en nuestro país y con propuestas agresivas contra el orden establecido.
2)En relación al punto 2) de su carta, relativo a que habría sostenido que Uds. defienden el vandalismo y a los violentistas,.
Efectivamente, después de leer las numerosas páginas sobre la materia, no encontré ningún reproche a los violentistas y vándalos, que aprovechándose de las circunstancia, destruyen todo lo que encuentran atentando contra el orden público.
Por otra parte, el informe contiene numerosas críticas al Poder Ejecutivo, a Carabineros de Chile y otras autoridades, así como a la legislación vigente en la materia (por ej. El DS. 1086 del año 1983) con opiniones y comentarios absolutamente parciales y demostrando una clara inclinación, son la tónica del Informe en comento. En relación al proyecto de ley del ejecutivo sobre el resguardo al orden público”, ingresado al Congreso el año pasado, se sostiene que se trata de “ un proyecto de ley que no tiene otro objetivo más que responder con criminalización, aumento de penas y nuevos tipos delictuales a las demandas de la ciudadanía”. (Ver pag.247)
Y así sigue el informe con otras afirmaciones y comentarios, todos analizados de un prisma parcial, exponiendo como en Chile ha sido la actuación de las autoridades frente al ejercicio del derecho a la Protesta Social, a la libertad de expresión y finalmente el derecho de reunión, olvidando que en Chile hubieron más de 1.600 Carabineros heridos y ninguno de los que atentaron contra el orden publico condenado.
3)En relación al punto 3) de su carta, la Sra. Judith Schönsteiner, señala lo siguiente: “se insinúa que queremos terminar con la Institución de Carabineros de Chile”.
Al respecto y ante tanta critica y cuestionamientos permanente, me hago la pregunta: Qué es lo que quieren hacer? ¿Quieren terminar con la institución de Carabineros de Chile? ¿Quieren que Carabineros de Chile no defienda el orden público? ¿Quieren que Carabineros no defienda a la ciudadanía frente a los actos de violencia?
Pasando al Informe propiamente tal, en lo relativo a Carabineros de Chile, el nombre del capítulo por sí solo, “Violencia Policial” es tendencioso y descalificatorio para una gran Institución con más de 85 años al servicio de nuestro patria. Para una Institución que, conforme a las encuestas tiene el mayor apoyo de la ciudadanía siendo además la que genera mayor confianza.
En él, se dedican más de 30 páginas a cuestionar el actuar de Carabineros de Chile. Los acusan de falta de modernización, déficit democrático y operativo, olvidando los enormes esfuerzos que ha desplegado la Institución para la mantención del Orden Público y protección de los DD.HH de todos los chilenos.
En la pág. 273 si bien se reconoce el apoyo de la ciudadanía a Carabineros, igualmente la cuestionan y la minimiza, al señalar que si bien “Históricamente, Carabineros de Chile ha liderado, junto a las radios, el ranking de las instituciones que generan más confianza en la población. Sin embargo, durante 2011, y producto de la notoriedad pública de ciertas situaciones abusivas, la policía militarizada sufrió una de las caídas más importantes.” ……..”La caída en la imagen pública de esta institución se debe, en nuestra opinión, al menos en parte, al grado de notoriedad y conocimiento público que han adquirido numerosas situaciones de abuso policial.”
Se sostiene que “A pesar de que han existido algunos avances en relación a Carabineros, como la modernización de su planta y el cambio de dependencia administrativa (desde el Ministerio de Defensa al Ministerio del Interior y Seguridad Pública), todos los cambios han sido externos, lo que ha reforzado la “cultura autárquica”, característica de varias policías en América Latina. Lo que sigue estando pendiente, desde la recuperación de la democracia, es un proceso mayor de reforma institucional que haga de la institución de orden y seguridad una institución más transparente, efectiva y respetuosa de los derechos humanos” (pág. 274.)
4)En relación al punto 4 ) relativo a que habría sostenido que el Centro de Derechos Humanos avala una supuesta “agenda” del Instituto Nacional de Derechos Humanos, mantengo mis dichos y reitero que es un hecho indiscutido que ambos realizan numerosas actividades y trabajos en forma conjunta, manteniendo planteamientos afines.
Prueba de que avalan la agenda del INDH, tenemos el Proyecto desarrollado durante el presente año, para fortalecer la defensa de los derechos humanos en regiones de Chile por ambos, junto a la Corporación Innovación y Ciudadanía de la Universidad de los Lagos. Y así existen otras iniciativas. (Ver pág. de noticias de la UDP) y numerosos convenios de cooperación entre ambos.
Concluyo la presente, señalando que es lamentable que el Informe Anual transmita en todas sus partes, una opinión tan negativa de nuestra realidad social, culpando permanentemente al Gobierno Militar e ignorando que la Concertación gobernó veinte años y para quienes no hay cuestionamientos ni críticas.
En ninguna parte se reconocen los avances de nuestro Gobierno a favor de los DD.HH. de los más desprotegidos como el ingreso ético familiar, la ampliación del acceso a las salas cunas, subsidios de vivienda a la clase media y la ampliación de las viviendas sociales, entre otros, todos derechos humanos por cierto. Tampoco se reconoce que es el Gobierno que más recursos ha otorgado a las Instituciones relacionadas con los Derechos Humanos.
Ninguna mención tampoco se hace a los Derechos Humanos de los Carabineros y sus familias, que viven en permanente angustia, temiendo que sus padres o esposos puedan ser heridos o simplemente morir en el cumplimiento del deber. Tampoco nada se dice de las víctimas.
Es por estas y otras razones que no alcanzo a desarrollar, que el citado informe pierde credibilidad. Para que un organismo se prestigie frente a la comunidad, debe evitar privilegiar a ciertos grupos por encima de otros, emitiendo informes con suficiente independencia y autonomía, protegiendo y promoviendo los DD.HH. de todos los chilenos.
En cambio, con esta perspectiva y enfoque de los DD.HH., se deja a miles de chilenos fuera, lo que sin duda no es democrático, privilegiando su mirada parcial.
Sería interesante saber cómo se resuelven en su país los disturbios que se producen en las manifestaciones sociales y cuál es la legislación vigente al respecto.
Atentamente,
M. Angélica Cristi M.
Diputada de la República
Sesión 99ª, en miércoles 14 de noviembre de 2012
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- En el tiempo del Comité Renovación Nacional, tiene la palabra la diputada señora la diputada señora María Angélica Cristi.
La señora CRISTI (doña María Angélica).- Señor Presidente, quiero hacer referencia a lo que apareció estos días en los medios de comunicación respecto del informe del Centro de Derechos Humanos, de la Universidad Diego Portales.
Hoy hubo un reclamo de la subsecretaría de Justicia por ese informe. Francamente, parece que la Universidad Diego Portales fuera el brazo derecho del Instituto de Derechos Humanos en esta materia, porque todos los informes que ellos publican, especialmente en el Observatorio de Derechos Humanos, se abocan, en todos sus análisis, a cuestionar el actuar de Carabineros de Chile.
Parece insólito que el Instituto de Derechos Humanos, que tiene un presupuesto de 2 mil millones de pesos para velar por los derechos humanos de todos los chilenos, haya concentrado la mayor parte de su trabajo en esta área en la defensa de quienes provocan situaciones de violencia y vandalismo y han producido la mayor cantidad de bajas y heridos en Carabineros.
Resulta curioso que el Instituto de Derechos Humanos haya convocado en la mayor parte de sus análisis y estudios en la materia, justamente, al Centro de Derechos Humanos, de la Universidad Diego Portales.
De hecho, en las actas del Instituto de Derechos Humanos aparece un estudio que habían encargado a esa universidad, por 90 mil dólares, respecto de la violencia policial en los sectores del sur de Chile, en el conflicto mapuche.
Al parecer, ambas instituciones no han reconocido que este Gobierno, como ningún otro, es el que más recursos ha entregado en materia de derechos humanos.
El Instituto de Derechos Humanos tiene un presupuesto de más de 2 mil millones de pesos, el cual fue subido en un ciento por ciento con respecto al presupuesto de 2010; el Museo de la Memoria tiene un presupuesto 1.400 millones de pesos, 400 millones más que el museo más importante de Chile, y el Centro de Derechos Humanos tiene un presupuesto de más de mil millones de pesos para defender a las víctimas de violaciones a los derechos humanos, sin perjuicio de todos los otros aportes que se han hecho para compensar las violaciones a los derechos humanos.
La pregunta es qué quieren esas instituciones. ¿Quieren terminar con la institución de Carabineros de Chile? ¿Quieren que Carabineros de Chile no defienda el orden público? ¿Quieren que Carabineros no defienda a la ciudadanía frente a los actos de violencia?
Que quede claro que no me estoy refiriendo a las manifestaciones estudiantiles, porque, cada vez que se toca este tema, se dice: “La gente de Derecha y del Gobierno quiere evitar las manifestaciones.” No tiene nada que ver con las manifestaciones pacíficas.
El pasado domingo hubo una manifestación de quienes llaman a la igualdad de derechos y otros días ha habido otras manifestaciones en donde no ha existido ningún acto de violencia y nadie ha reclamado. El problema son las manifestaciones violentas que se producen, especialmente, después de las marchas estudiantiles.
Entonces, ¿quieren que Carabineros no defienda el orden público, a las víctimas de la violencia, a los bienes municipales y públicos? ¿Pretenden que los vándalos, los encapuchados, sigan apedreando e hiriendo a los carabineros? En verdad, esto es insólito.
Creo que, en Chile, hay muchos problemas de derechos humanos que no están siendo enfocados y que bien podría hacerlo el Instituto de Derechos Humanos y esta universidad: las mujeres, los niños, los inválidos, las personas abandonadas, las personas que no tienen acceso a la justicia. Hay cientos de instancias en las que también debieran abocarse y preocuparse de los derechos humanos de todos los chilenos.
Por ejemplo, las propias familias de los carabineros y de las personas encargadas de la seguridad. ¿Acaso creen que los hijos de los carabineros no sufren cuando ven que su padre está en una protesta y es apedreado por delincuentes que pueden tener su misma edad y que, muchas veces, están en su mismo entorno social? ¿Qué quieren? ¿Terminar con la paz social? ¿Romper el tejido social? ¿Quieren que no haya organizaciones que pongan orden en el país? ¿Por qué no se preocupan de ver cómo sufre un carabinero que ha sido herido, que no tiene ninguna compensación, que nadie lo defiende y que nadie lo premia por haber defendido el orden público?
Entonces, es lamentable que la Universidad Diego Portales se preste para este juego, que ha implementado el Instituto de Derechos Humanos, de abocarse al cuestionamiento de Carabineros y defender a los violentistas.
Hay que considerar que Carabineros de Chile ha hecho esfuerzos nunca vistos en su historia: Por ejemplo, ha establecido un Departamento de Derechos Humanos; clases teóricas de derechos humanos e instrucción en derechos humanos aplicados a la función policial, de manera enfrentar de mejor forma las protestas públicas, especialmente en el uso de la fuerza. Carabineros es la institución que con más rigurosidad sanciona o aleja a los funcionarios que hayan cometido excesos. Son más de 40 mil los carabineros en Chile; por lo tanto, que dos o tres se equivoquen en un procedimiento o incurran en exceso, equivale al cero coma cero cero por ciento de la Institución. Son miles los carabineros que, de Arica a Punta Arenas, entregan su vida por proteger la integridad y la vida de los chilenos, por defender sus derechos, incluso ayudando a la comunidad en los lugares más recónditos y extremos del territorio.
Espero que nosotros, como institución del Estado, como Poder Legislativo, nos aboquemos a estos temas, sin ideologizarlos; ver lo que está ocurriendo y asumir que es peligroso debilitar las Fuerzas de Orden y Seguridad, que son las encargadas de resguardar el orden y la paz y velar por la seguridad de los ciudadanos.
Por lo anterior, pido que se oficie al ministro de Justicia para que informe a esta Cámara de los recursos que el Estado gasta en materias relacionadas con derechos humanos; de las compensaciones a las víctimas de violaciones a los derechos humanos en todas sus áreas; de los aportes que hacen diferentes instituciones, como el Instituto de Derechos Humanos y el Museo de la Memoria, y otras tantas Organizaciones no gubernamentales (ONG) que también están abocadas a la defensa de los derechos humanos y que reciben fondos del Estado.
No hay ninguna ONG de derechos humanos que se encargue de defender, proteger y ayudar a las familias de los carabineros, que solidarice con los carabineros heridos en las manifestaciones.
También pido que se oficie al ministro del Interior para que nos diga cuánto gasta el Estado en compensaciones a las familias de los carabineros mártires, que han sido víctima de acciones violentas; cuánto es la compensación que Carabineros o el gobierno entregan a los funcionarios que han sido heridos, especialmente a quienes han debido dejar la Institución por quedar lisiados de por vida. En las últimas protestas, especialmente en las últimas manifestaciones violentas, han resultado heridos más de 1.600 carabineros en todo el país.
He dicho.