Pensiones en las Fuerzas Armadas. Antecedentes a considerar. Athenalab.org —- Latinoamérica: Asimetrías valóricas en seguridad y defensa. Panorama de Seguridad y Defensa. CIEE ANEPE
LAS OPINIONES EN ESTA COLUMNA SON DE RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE EL PENSAMIENTO DE LA UNIÓN.
Si se desea cambiar el sistema previsional vigente de las Fuerzas Armadas, debe considerarse tanto el costo económico que tendría para el Estado (que será mayor al actual si se homóloga con el del mundo civil), como también su impacto en la capacidad del Estado para proveer seguridad y bienestar a sus habitantes
· Este artículo analiza el tema de las pensiones en las Fuerzas Armadas chilenas, asunto en el cual se aprecia un natural desconocimiento, que no parece ser obstáculo para que se realicen declaraciones contundentes en la materia, inclusive de quienes se denominan especialistas en Defensa.
· Hoy existe un vacío que se debe llenar si se quiere tener una discusión informada y que parte por asumir que en materia pensional no se arregla la situación de algunos quitándoles a otros. Es clave mirar la compensación total del ciclo de vida de las personas, ya sea que se les pague la totalidad de la remuneración de forma corriente —y esto permita cierto ahorro— o bien se pague en forma diferida, como es el caso de las Fuerzas Armadas.
· Corresponde abordar la naturaleza única y específica de la función militar en la sociedad para entender el tema en profundidad, comparando esquemas de pensiones de otros países y examinado los costos generales involucrados en un eventual cambio de modelo. Por más que estemos en época electoral, no se puede obviar de forma antojadiza que sistemas como el chileno corresponden a la norma en casi todos los países occidentales y democráticos del mundo.
· La función de la defensa nacional es exclusiva del Estado y, en consecuencia, no puede estar sujeta a las leyes o disposiciones que norman el mercado, porque no se puede externalizar. Se trata de un bien público (único e indivisible) entregado a la totalidad de los habitantes y sin el cual tanto el desarrollo como el consecuente bienestar de la sociedad no serían posibles.
· El reclutamiento, formación y desarrollo profesional de cada integrante de las Fuerzas Armadas se lleva a cabo en una institución militar, naval y aérea. En muchos casos, las destrezas adquiridas por sus integrantes tienen un uso específico, exclusivo y de alto nivel dentro de las instituciones de las cuales hacen parte. Por ejemplo, no es dable un concurso público para ejercer como comandante de un pelotón de tanques o comandante de submarino.
· Para cumplir con la función de defensa, el Estado debe como empleador generar un sistema de remuneraciones que cumpla con una serie de objetivos, entre los cuales se cuenta tener personas jóvenes, que desarrollen competencias muy particulares y que estén disponibles a enfrentar riesgos en cualquier hora y lugar. Pero, además, se necesita que permanezcan en las Fuerzas Armadas por un tiempo largo, puesto que son difíciles de reemplazar y cualquier deserción supone un costo alto para la organización.
· La estrategia de retención se basa en el concepto de diferimiento, que consiste en aplazar una parte significativa de las remuneraciones por un largo período, en el que el trabajador debe cumplir con una permanencia mínima para obtenerla, mientras el empleador adquiere una deuda a largo plazo.
· Gran parte de las Fuerzas Armadas del mundo cuentan con modelos de previsión específicos, cuyo financiamiento es estatal.
· Los integrantes de las Fuerzas Armadas durante su carrera profesional reciben una remuneración comparativamente más baja que el resto de los funcionarios públicos, a similares estamentos (directivos, profesionales y técnicos), a lo que se debe agregar que los primeros no poseen un horario definido de trabajo, donde además no se consideran horas extras. Pero esta menor remuneración tiene límites, ya que no se puede bajar arbitrariamente, de lo contrario las FF.AA. se quedarían sin personas interesadas en ingresar o permanecer en ellas.
· Si aplicamos a las Fuerzas Armadas los niveles de sueldo que posee la administración central del Estado, esto implicaría un mayor gasto para el erario nacional, y agregado a lo anterior, en el caso de que se quisiera implementar, esta sería una mala decisión, ya que se le quitaría a los miembros de las FF.AA. el interés de permanecer en su carrera el mayor tiempo posible, dado que el incentivo está al final del camino.
· La carrera militar requiere valor para enfrentar riesgos y capacidad de asumir sacrificios, no solo para quien se integra a las Fuerzas Armadas, sino también para sus familiares. Es una renuncia voluntaria a intereses personales y derechos fundamentales en aras del bien común.
Si se desea cambiar el sistema previsional vigente de las Fuerzas Armadas, debe considerarse tanto el costo económico que tendría para el Estado (que será mayor al actual si se homóloga con el del mundo civil), como también su impacto en la capacidad del Estado para proveer seguridad y bienestar a sus habitantes. La función de la Defensa la ejercen sobre todo personas comprometidas con su país, pero que requieren una remuneración digna y consistente a sus talentos profesionales.
VER TRABAJO COMPLETO EN: athenalab.org/documento-de-trabajo-no11-pensiones-en-las-fuerzas-armadas-antecedentes-a-considerar/
LATINOAMÉRICA: ASIMETRÍAS VALÓRICAS EN SEGURIDAD Y DEFENSA (Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos. (www.anepe.cl)
Contradictorio resulta, por lo menos, llevar a cabo un análisis crítico respecto de “simetrías valóricas” que se han impulsado en Latinoamérica –y particularmente en Sudamérica– durante los últimos 20 años, teniendo como uno de sus objetivos aunar criterios compartidos en el ámbito de Seguridad y Defensa. En efecto, si analizamos los resultados obtenidos en este estudio, estos variarán según sea el método utilizado (cuantitativo – cualitativo), observándose una marcada tendencia más cercana a la asimetría en vez de la simetría propuesta.
Un aspecto relevante del análisis que abordaremos se sitúa en la conformación de zonas, geopolíticamente diferenciadas y marcadas por realidades e intereses nacionales que dificultan una comprensión común de aquellos factores que afectan y ponen en riesgo la seguridad estatal. Aun cuando Centroamérica, el Caribe y Sudamérica parecieran conformar subregiones que reúnen a países con historia, idioma y tradiciones, que debiesen augurar un destino común, la realidad nos muestra que estas características también provocan profundas divisiones al interior y entre los bloques antes señalados.
Ver Panorama completo e infografía en: anepe.cl/portfolio/latinoamerica-asimetrias-valoricas-en-seguridad-y-defensa/