Gracias Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile, esto dicho sin perjuicio de repudiar la acción deleznable de quienes carecieron de la ponderación, de la dignidad y coraje para atajar sus propios instintos revanchistas y sanguinarios, pero ese es otro capítulo de la historia, que debe llenarnos de recogimiento y darnos la entereza para no incurrir nuevamente en las mismas, prácticas, que llevaron al país a un estado de caos que jamás deberá ocasionársele a nuestro querido Chile.
11 DE SEPTIEMBRE: UNA VOZ DISIDENTE
Es muy posible que éstas, mis palabras, sean consideradas una voz disidente a todo lo que se
ha visto y escuchado con ocasión de cumplirse cuarenta años del Pronunciamiento Militar del
11 de Septiembre de 1973, por que yo, un simple ciudadano, independiente de partidos políticos,
de izquierda o de derecha, fui uno de los que agradecí y seguiré haciéndolo, la intervención de
nuestros uniformados, gracias a la cual y a su propio sacrificio, incomprendido por muchos hasta
estos mismos días, se logró desterrar del poder a un gobierno que nos tenía ahogados con su
constante y permanente prédica del odio, la que brotaba de labios de quien menos debía: el
Presidente de Chile Dr. Salvador Allende, que desde el mismo día que asumió sus funciones
nos declaró la guerra a quienes no pertenecían a la UP, que nos amenazaba a diario a través
de sus reiteradas cadenas de radio y televisión, que llenó al país de milicianos extranjeros,
arteramente adiestrados en países de la órbita soviética, de Cuba en especial, para la guerrilla
urbana; que nos dejó en situación de total desabastecimiento de artículos de primera necesidad
y quienes no entregamos nuestra dignidad a sus JAP, debimos adquirirlos en el mercado negro,
manejado por sus propios paniaguados, que hicieron negocio con las necesidades de quienes
carecíamos de sus tarjetas limosneras; que invadió al país con armamentos internados en forma
clandestina, traídos de los mismos países de regímenes marxistas, en especial de Cuba.
Chile se sacudió ese 11 de Septiembre del peso de una dictadura popular, cruel, nefasta e
inhumana como todas las dictaduras, logrando restituir esa democracia y esa preciada libertad,
de la que disfrutamos en estos días, a un costo que no debió ocurrir, pero la siembra de odio del
Presidente Allende fue de tanta envergadura que ya estábamos enfrentados al crucial dilema del
“Tú o yo”.
Gracias Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile, esto dicho sin perjuicio de repudiar la acción
deleznable de quienes carecieron de la ponderación, de la dignidad y coraje para atajar sus
propios instintos revanchistas y sanguinarios, pero ese es otro capítulo de la historia, que debe
llenarnos de recogimiento y darnos la entereza para no incurrir nuevamente en las mismas
prácticas, que llevaron al país a un estado de caos que jamás deberá ocasionársele a nuestro
querido Chile.
Washington Sandoval Gessler
Abogado