DIA NACIONAL DEL TRABAJO.
Mario Barrientos Ossa.
Con motivo de un nuevo aniversario del Día Nacional del Trabajo, creo oportuno reflexionar acerca de su sentido y contenido.
En el mundo del trabajo no se ha alcanzado hasta hoy el equilibrio exacto entre derechos y deberes.
Inicialmente, hubo abusos generalizados de los capitalistas, lo que motivó a las grandes potencias, después de la Primera Guerra Mundial (Tratado de Versalles, 1919), a crear una rama del derecho en que el Estado tutela a los más débiles, que son los trabajadores; pero en aras de tal protección, de pronto nos da la impresión que también hay abuso por algunos trabajadores, conducta que lamentablemente tiende a generalizarse.
Un ausentismo elevado, una baja productividad por falta de compromiso con la labor que se realiza, daños causados intencionalmente a los elementos de trabajo de propiedad del empleador, un porcentaje elevado de licencias médicas falsas o exageradamente prolongadas, accidentes del trabajo provocados o fingidos, latrocinios abiertos o disimulados, entre otras manifestaciones, demuestran lo que acabamos de afirmar. El sacar la vuelta al trabajo, hoy no hace sonrojar a nadie. La tele flojera ayuda.
Debemos recordar que el trabajo es un derecho, pero también es un deber.
Así como toda sociedad humana debe estar en condiciones de asegurar a cada uno de sus componentes un trabajo digno y bien remunerado, del mismo modo está en condiciones de exigir que todos trabajen, eludiendo la existencia de grupos de ociosos o vagos que nada aportan o buscan pretexto para vivir a costillas de los demás, abusando de la Seguridad Social, que todos financiamos.
La equidad más elemental nos exige la completa y plena igualdad de derechos y deberes entre hombres y mujeres.
Aun cuando mucha tinta ha corrido sobre este punto, los porfiados hechos demuestran que la discriminación en perjuicio de la mujer sigue vigente, disminuida, tal vez, pero aún existe.
Hoy, los tiempos reclaman poner énfasis en que los actores del mundo del trabajo cumplan cabalmente sus deberes, sean empleadores o trabajadores, hombres o mujeres. Solo así podremos ver encaminarse a nuestro país por la senda del futuro venturoso con el que siempre soñamos.
En este aniversario, junto con expresar nuestros parabienes a todos quienes son trabajadores, también es necesario poner en el tapete los temas pendientes, tras los cuales todos debemos ir.
Un aporte del Pas Presidente Gustavo Basso Cancino
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