Columna de Opinión

Este no es el Chile nuestro!!!

Estoy profundamente dolida por la tragedia que estamos viviendo. Somos un hermoso país sufrido, que pagamos el precio de nuestro maravilloso clima, de nuestro mar y nuestro suelo bendito, recibiendo cada tanto estos terribles impactos de una naturaleza que descarga su energía inocente del dolor que puede llegar a causa

 

 
Estoy profundamente dolida por la tragedia que estamos viviendo. Somos un hermoso país sufrido, que pagamos el precio de nuestro maravilloso clima, de nuestro mar y nuestro suelo bendito, recibiendo cada tanto estos terribles impactos de una naturaleza que descarga su energía inocente del dolor que puede llegar a causar. Sea porque no la obedecemos, porque no respetamos sus espacios o porque no nos damos el tiempo para conocerla, cada vez que ella da rienda suelta a sus naturales desahogos, nos pilla mal preparados.

 

Pero así también hemos aprendido a sobreponernos, así nos hemos levantado con sacrificio y lo haremos una y mil veces.

Sin embargo lo que más me duele en este momento, es no reconocer como míos a mi gente amada. Este no es nuestro Chile. El Chile nuestro fue siempre un Chile solidario, lleno de valores y de respeto por la autoridad, las leyes, las normas, las FFAA, por la persona y por sobre todo, por la propiedad privada.

El chileno siempre fue generoso, de corazón abierto, agradecido, considerado. Padres que educaron a sus hijos en la consigna de que era mejor ser pobre pero limpio, pobre pero honrado, pobre en bienes, pero rico en valores, rico en honor y en virtudes.

Hoy con dolor y vergüenza, desconozco a mi país. Esto no puede estar sucediendo. En Chile ha habido decenas de catástrofes naturales y nunca hubo un comportamiento vandálico masivo frente a una de ellas. Y eso que eran tiempos mucho más duros y de menor progreso. Personas carentes de valores que aprovechan de robar en circunstancias difíciles, ha habido siempre, pero personas, no pueblos enteros viviendo del pillaje y la sinvergüenzura.

Muchísimas de las personas que hemos visto en las noticias saqueando supermercados y robando artefactos y de un cuanto hay, son personas que tienen un trabajo rentado y que hasta el viernes trabajaban normalmente como cualquier ciudadano.

¿Es que el terremoto removió las conciencias y alteró el chip de esos chilenos? Me hubiera gustado poder culparlo, decir que es producto del susto y la impresión, pero no es así. El terremoto lo vivimos estimo unos seis millones de chilenos, y la gran mayoría seguimos con el chip funcionando normalmente.

¿Què explicación puedo darle a este vergonzoso y denigrante comportamiento que tanto daño nos hace como nación?

La primera es que haya un pillaje organizado para causar caos y dejar el país sumido en la anarquía al iniciarse el nuevo gobierno, de modo que éste no sólo tenga la enorme responsabilidad de la reconstrucción, sino que además reciba un país dividido de verdad en “buenos y malos”, en “honrados y corruptos”, y ni siquiera quiero considerar lo que podría suceder si por no poder usar las armas los efectivos de las FFAA que patrullan las calles, actuando como simples observadores que no amedrentan a nadie y que son incluso pateados por los saqueadores sin poder defenderse, llegan a perder esa sangre de horchata impuesta por el gobierno y parten defendiendo la propiedad y a ellos mismos a balazos. Entonces serán ellos los que aprovechando sus armas se alzaron contra el pueblo hambriento, con sed de sangre por la herencia recibida del gobierno militar. Estrategia perfecta para volver a poner al pueblo en contra de las FFAA.

Pero ocurre que la situación en nuestro país, no es la situación de Haití. Hemos tenido la suerte de que estábamos mejor preparados. Es verdad que hay familias que perdieron todo en el terremoto o por los efectos del tsunami, pero no son todas las que aparecen saqueando y robando.

Esto empezó a un día del terremoto y nadie muere de inanición en un día, nadie tiene sus alimentos en cero de un día para otro. Por mucha necesidad que haya, siempre en los hogares hay a lo menos pan, y té. Y lamentablemente para muchos, la situación de falta de alimentos y bienes es diaria y no obedece a un sismo, y no por ello han saqueado supermercados para sobrevivir.

Creo que este comportamiento, si no es una estrategia de desestabilización organizada, sólo obedece a la siembra valórica que han hecho los gobiernos de la Concertación en estos pasados veinte años.

 

Donde se ha faltado al respeto a la ley e incluso a la constitucionalidad en forma reiterativa y a los infractores no les sucede nada.
Donde los delincuentes agreden y matan y son liberados antes de 24 horas.
Donde una alumna es capaz de lanzar un jarro con agua a la Ministra de Educación y el gobierno y la misma ministra piden a gritos comprensión y que no se apliquen sanciones disciplinarias.
Donde el gobierno se ha encargado sistemáticamente de recalcar que existe una brecha irremontable entre la educación pública y la privada, sin admitir que quienes cavan la brecha son precisamente ellos que en veinte años no hicieron nada por disminuirla o mejorarla invirtiendo en educación. Donde a los niños y a los jóvenes se les arrancó a jirones la inocencia metiéndoles a la fuerza el sexo y la pornografía en forma masiva y descarada.

 


Donde se considera peligro para la sociedad y se encarcela a un médico que expresa profesionalmente su opinión, pero se libera a narcotraficantes y violadores.
Donde el gobierno celebra a una presidenta que termina su período con un 80% de apoyo popular, sin querer admitir que esa aprobación es justamente porque además de lo anterior, hemos vivido cuatro años de liderazgo “laissez faire”, donde cada quien hace lo que quiere y no hay consecuencia legal para sus actos, a menos claro que su ideología sea diferente a la del gobierno.
De modo que lamentablemente esto es sólo una rica cosecha de los antivalores sembrados por la Concertación en estos veinte años.

En esto nos convirtieron, en un país de inescrupulosos, ladrones, vándalos, saqueadores, sinvergüenzas, corruptos, aprovechadores, inmorales. Y con permiso de circulación al día.

¿Y el resto de los chilenos? Esos que luchamos con todas nuestras fuerzas para hacer retornar a nuestro país a la decencia, a la moralidad, a retomar el rumbo que nuestro país siempre debió llevar, ¿debemos dejarnos opacar por esta parte de Chile que ve favorecidos sus más bajos instintos por un gobierno incapaz de detenerlos porque por el exceso de privilegios y confianza entregados, se les fueron de las manos?

Creo que estamos en una situación que cualquiera sea la salida a la que se opte, ya nos perjudicó en nuestro prestigio interna y externamente.

A nosotros nos corresponderá poner la nota de cordura en este país dañado no sólo por las fuerzas inocentes de la naturaleza, sino por las estrategias conscientes de la izquierda.

Marìa Elena Astorquiza V.
Las opiniones vertidas en esta columna de opinión, son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de UNOFAR