Columna de Opinión

“Esmeralda 1879”

Las opiniones vertidas en esta columna son de responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de UNOFAR
La película “Esmeralda 1879” debiera constituir un apoyo natural al proceso de enseñanza de nuestros colegios, por cuanto expone en forma magistral el heroísmo real de un grupo de marinos que inmolaron sus vidas en el cumplimiento de una misión recibida de sus superiores, sin cuestionarla ni evaluar sus consecuencias, solo obedeciéndola en forma disciplinada, convencidos de que si se les había ordenado era porque la Patria lo demandaba, aún a costa de sus vidas.

CONSEJO DE CALIFICACION CINEMATOGRAFICA Y LA ESMERALDA

El Mercurio del día domingo 16 de Mayo de 2010 publica un artículo que da cuenta de una increíble decisión del Consejo de Calificación Cinematográfica. En ella, el ente calificador rechaza otorgar el carácter de “educativa” a la película del realizador chileno Elías Llanos, “Esmeralda 1879”, en la que se presenta un relato vívido y emocionante de uno de los hechos heroicos que ligan en forma más nítida el alma nacional con la historia de la Patria. La decisión en sí no tendría nada de particular si se compara con el haberse asignado en cambio dicha calificación a la cinta “Dawson, Isla 10”, de Miguel Littin.

Tal como ocurriera hace un tiempo atrás con la discutida e incomprensible elección del supuesto Gran Hombre de Chile en el Siglo XX, nos encontramos una vez más ante una brutal deformación de los valores históricos y culturales, afectados por una manipulación descarada, al servicio de una ideología totalitaria que no pierde oportunidad para intentar imponer su mensaje provocador.

No sorprende en sí la arbitrariedad del consejo calificador de la cinematografía chilena, reconocidamente teñido de un color político determinado, si no que la impunidad con la que éste sigue actuando para tratar de penetrar la mente de una ciudadanía que expresó a través del voto su cansancio hacia esta agotadora forma de propaganda. Igualmente, sorprende la aparente ingenuidad con la que las nuevas autoridades siguen dando espacio para que entes como el citado consejo sigan utilizando esta clásica estrategia disociadora del alma nacional.

Los chilenos nos enorgullecemos de nuestros héroes y el homenaje permanente y la admiración hacia ellos forma parte de nuestra idiosincrasia. Al contrario, el culto a los símbolos políticos que dividen y que recuerdan los gravísimos hechos que quebraron algún día la unidad nacional forman parte de lo que los chilenos queremos olvidar de una vez por todas para poder mirar por fin un futuro mejor, sin diferencias y sin resentimientos de ningún orden.

Es por ello que actuaciones como la del Consejo de Calificación Cinematográfica deben ser denunciadas y rechazadas ante la opinión pública, impidiendo que un pequeño grupo de calificadores siga ejerciendo el derecho de manipular la mente de una sociedad que se encuentra harta de odios y rencores que solo sirven para alimentar las ambiciones de unos pocos, a costa del sacrificio de muchos.

La película “Esmeralda 1879” debiera constituir un apoyo natural al proceso de enseñanza de nuestros colegios, por cuanto expone en forma magistral el heroísmo real de un grupo de marinos que inmolaron sus vidas en el cumplimiento de una misión recibida de sus superiores, sin cuestionarla ni evaluar sus consecuencias, solo obedeciéndola en forma disciplinada, convencidos de que si se les había ordenado era porque la Patria lo demandaba, aún a costa de sus vidas.

Las imágenes de este hecho histórico extraordinario, magistralmente presentadas en “Esmeralda 1879” constituyen un verdadero aporte a la educación de los chilenos, muy a diferencia de lo que resulta de exponerlos a una reseña de hechos de claro contenido ideológico y que pretende elevar a la categoría de héroes a un grupo de políticos de un sector, por el solo hecho de haber sido detenidos temporalmente por la responsabilidad que les pudieron caber en la grave crisis vivida por Chile en aquella época.

Patricio Quilhot