Columna de Opinión

Carta abierta a Fernando Villegas

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Me temo que todos ustedes no investigaron con la debida acuciosidad la situación de estos 62 chilenos, acusados injustamente, sí INJUSTAMENTE. Lo digo porque ellos no han tenido un debido proceso, no se les han aplicado las leyes vigentes y se les acusa, a algunos de ellos, de delitos inverosímiles, como el “secuestro permanente”, figura jurídica inventada en el gobierno del señor Aylwin.

 

Viña del Mar,
26 de Julio de 2010
Señor
Fernando Villegas.
Panelista del programa
Tolerancia Cero
Chilevisión.
S A N T I A G O.
Estimado señor Villegas,
        Desde casi sus inicios que fielmente veo su programa, porque considero que es un estupendo resumen semanal de lo más noticioso que ocurre en Chile. Particular importancia le doy a la preparación que demuestran los panelistas y, a pesar de saberse, aproximadamente, la postura política de cada uno de ustedes, encuentro que siempre, o casi siempre, demuestran ecuanimidad en sus comentarios. También he observado que parecen buscar realmente la verdad sobre los temas tratados.
          Pues bien, en su último programa del Domingo 25 de este mes, tocaron el tema de los “presos políticos”, que ese es el verdadero nombre que corresponde darles. Me temo que todos ustedes no investigaron con la debida acuciosidad la situación de estos 62 chilenos, acusados injustamente, sí INJUSTAMENTE. Lo digo porque ellos no han tenido un debido proceso, no se les han aplicado las leyes vigentes y se les acusa, a algunos de ellos, de delitos inverosímiles, como el “secuestro permanente”, figura jurídica inventada en el gobierno del señor Aylwin. Si ustedes desean saber la verdad, ¿porqué no invitan a su programa a algunos de los abogados que defienden a estas personas? Ellos tienen todos los argumentos jurídicos para que la opinión pública se forme una idea de cómo son tratados estos uniformados, cuyo gran delito fue defender a la Patria.
          Yo, como ciudadana chilena, tengo el “derecho humano” de querer justicia para todos, no solo para algunos. La verdad debe ser buscada      con pasión, sobre todo si se es periodista, creo yo. Algunos de ustedes han visitado Punta Peuco o el penal Cordillera? Yo sí y puedo dar fe del sufrimiento de estas personas, especialmente de sus familias. No es lo mismo estar cumpliendo una pena de cárcel por un crimen cometido que estar preso siendo inocente. Si hay alguien encontrado culpable, después de un debido proceso, se le debe castigar, como corresponde. Pero ¿porqué algunos juicios no terminan nunca, quedando los acusados en una especie de “limbo” judicial? Les parece justo eso?
Apelo a su sentido de justicia y de la verdad. Sentí una enorme odiosidad de parte de los panelistas hacia estos “presos políticos” y creo, sinceramente, que les falta información. Es tanta la propaganda en contra de los militares que es difícil ser objetivo. Yo soy esposa de uniformado en situación de retiro; me tocó vivir en la época en que ocurrieron los hechos y la verdad ha sido tan deformada que la gente ha sufrido un verdadero “lavado de cerebro”. Con la mayor sinceridad del mundo, los desafío a investigar la verdad de los hechos. Sé que es difícil, sobre todo, porque a cualquiera que ose defender a los militares hoy en día lo tratan peor que a un leproso. Hay miedo de buscar la verdad y, también, mucha comodidad.  La gente se ampara en lo “políticamente correcto” cuando hay que buscar lo “moralmente correcto”.
          Esta carta no pretendo que la lean, ni siquiera parcialmente, en su programa. Está dirigida a usted, don Fernando, pero en verdad me dirijo a todos los panelistas. Yo no soy familiar de ninguno de los militares presos en esos penales ni tampoco de ningún procesado, pero pienso que la verdadera justicia debe castigar a los culpables, de acuerdo con la gravedad del delito, pero debe absolver a los inocentes. Una justicia verdadera no puede tardar más de 30 años para decidir si es culpable o no. El marxismo internacional, con la complicidad de algunos jueces, solo está castigando a los militares por el pronunciamiento militar del 11 de Septiembre de 1973, eso es sabido por todos. El odio que los mueve no tiene límites. No olviden su lema permanente “Ni Perdón Ni Olvido”. Al mismo tiempo está resultando un “pingüe” negocio para “los vengadores”.
          Don Fernando, la verdad está a su alcance si decide investigar de corazón los procesos de estos presos. Todo hombre de bien necesita saberla y confío en que usted y sus colegas panelistas se motiven para encontrarla.
          Sin otro particular, lo saluda atentamente,
Carmen García de Martínez
Rut: 4.121.814-2