U al dia

¿Quo vadis democracia chilena?

A pesar de las manifestaciones y de la violencia asociada al tema de la Patagonia, el verdadero problema que aqueja a nuestra sociedad y a la democracia que aún decimos sustentar, es la degradación de la calidad de los representantes del pueblo, en particular de una gran parte de los parlamentarios, que -desprovista de dignidad y de vergüenza- no solo violan las leyes del tránsito, cometen abusos, usan dineros y bienes fiscales para sus propios intereses, etc., si no que además se dan el lujo de faltar el respeto a los símbolos patrios y a la institucionalidad republicana. A modo de ejemplo, tenemos a un grupo de 36 diputados y 12 senadores que simplemente no asistieron a la cuenta presidencial, argumentando compromisos anteriores o superiores…

Durante años hemos escuchado la cantinela de “la democracia”, primero como la aspiración máxima de un “pueblo oprimido” y después, como recurso al que se echa mano cada vez que se quiere manipular a las masas populares o engatusar a un ingenuo electorado. Si la “democracia” es lo que se vio este 21 de Mayo, quiere decir que los políticos nos han engañado una vez más. Esta vez, vendiendo una idea que ellos son los primeros en no respetar. Como evidencia de ese engaño, la clase política chilena ha vuelto a dar un triste espectáculo, acercándose peligrosamente al de aquellos años que culminaron en 1973 con la inevitable intervención de las FF.AA. Así, vemos una vez más como se dejan de lado los intereses superiores de la Patria y el respeto a los símbolos nacionales, para satisfacer mezquinas ambiciones de poder, burlando obligaciones constitucionales y lo que la gente espera de sus representantes.

Toda violencia anexa es simplemente consecuencia de ello, por más que algún analista trate de convencernos diciendo que la agitación actual proviene de un “movimiento mundial de empoderamiento del ciudadano común” o que es “la consecuencia inevitable de la conectividad que ofrecen las redes sociales”. Esas, son simplemente patrañas. La verdad es que las viejas herramientas del marxismo ortodoxo han regresado en gloria y majestad, volviendo a implantarnos la agitación y la propaganda que siguen siendo  los perversos designios de Gramsci se valen de la ingenuidad y falta de cultura de una gran parte de la sociedad que comulga ciegamente con sus falacias.

Así tenemos a una enorme cantidad de manifestantes alegando en contra de Hydroaysén, sin que tengan la menor idea de qué se trata realmente el proyecto, haciendo para ello suyas las ideas fuerza difundidas por una campaña millonaria que nadie sabe quien financia desde el exterior y que representa una intervención inaceptable en nuestra soberanía nacional. No se trata de aceptar o rechazar por que sí y ante sí un proyecto de esta naturaleza, si no de la falta de un debate serio que debió haber sido iniciado mucho antes de la llegada de este gobierno, lo que no ocurrió debido a la clásica “muñeca política” de los marxistas y democratacristianos, acostumbrados a dejar las tareas complicadas para el que vendrá.

Conformado por gente de mayor preparación que el anterior, este gobierno debió haber puesto el tema en el debate público desde el primer momento, sin dejar su discusión en manos de quienes tienen intereses creados en el proyecto. A raíz de su inacción, los simples ciudadanos nos encontramos sumidos en un profusa campaña propagandística proveniente de los ecologistas, enfrentada por una muy poco consistente campaña de la propia empresa eléctrica. ¿Y el gobierno no tiene nada que decir? ¿O creyó que con mencionarlo en el mensaje del 21 de mayo iba a bastar? Esta marginación del Ejecutivo deja a los ciudadanos comunes expuestos a absorber lo que la mejor propaganda consiga imponerle, como si se tratara de la competencia entre las bebidas Cola. No es posible que gente tan preparada no haya previsto que no bastaba con el mercado para informar adecuadamente a la sociedad acerca de la importancia estratégica que representa para el futuro de Chile la explotación racional y oportuna de nuestros limitados recursos energéticos

Patricio Quilohot Palma. 

23 de Mayo de 2011

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EL PENSAMIENTO DE UNOFAR

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