Columna de Opinión

Cosas Que No le Importan a Nadie, jueves 3 de mayo de 2012

Las opiniones vertidas en esta columna de opinión, son de responsabilidad se sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de UNOFAR
Junto con ese auto de procesamiento se me ha hecho llegar certificado de que el procesado Krassnoff, a la fecha del supuesto secuestro del mirista Moreno, se encontraba fuera del país, como miembro de la guardia de protección del entonces Presidente Augusto Pinochet en su visita a Bolivia, con motivo del “abrazo de Charaña”. ¿Cómo pudo Krassnoff estar, al mismo tiempo, en Bolivia protegiendo a Pinochet y en Santiago deteniendo a Moreno? No pudo, pero al ministro de fuero Miguel Vázquez eso no le importa

Yo sostengo que el país se ha acostumbrado a vivir en un estado de cinismo permanente. Otra demostración de ello me ha llegado hoy por correo electrónico. Es el auto de procesamiento dictado por el ministro de fuero Miguel Vázquez Plaza en contra del brigadier (r) Miguel Krassnoff por el “secuestro calificado” del mirista Germán Moreno Fuenzalida, supuestamente ocurrido el 15 de julio de 1974.
¿Y cómo puede acusarse a un funcionario de las fuerzas armadas de secuestro, si ese delito está en el párrafo referido a los que sólo pueden ser “cometidos por particulares”? Es que si se dijera la verdad, correspondería calificar el delito como “detención ilegal”, que tiene menor penalidad, que sólo puede tener lugar mientras el autor de la detención sea agente del Estado y, por tanto, debería cesar y prescribir cuando él hubiere dejado las filas. Entonces el juez debe recurrir a un “ardid”: aplicarle una figura que sólo puede ser cometida por particulares. Ya se sabe que, en esos casos, los jueces superiores “miran para otro lado”.

Todo lo anterior es verdad. Pero en Chile hay jueces que no aplican el derecho y NADA SUCEDE. El país mira para otro lado.

Junto con ese auto de procesamiento se me ha hecho llegar certificado de que el procesado Krassnoff, a la fecha del supuesto secuestro del mirista Moreno, se encontraba fuera del país, como miembro de la guardia de protección del entonces Presidente Augusto Pinochet en su visita a Bolivia, con motivo del “abrazo de Charaña”. ¿Cómo pudo Krassnoff estar, al mismo tiempo, en Bolivia protegiendo a Pinochet y en Santiago deteniendo a Moreno? No pudo, pero al ministro de fuero Miguel Vázquez eso no le importa.

Conste que según el Código de Procedimiento Penal (tanto nuevo como antiguo) el juez tiene la obligación de investigar con el mismo celo las pruebas que inculpen a una persona como aquellas que la absuelvan. Pero este juez en particular NO HA INVESTIGADO NADA sobre loe hechos que pudieran absolver a Krassnoff, porque obviamente sería muy fácil interrogar a personas que estuvieron con el Presidente Pinochet en Bolivia para acreditar que su guardia estaba integrada, el 15 de julio de 1974, por Miguel Krassnoff. En este caso hay un abandono de deberes judiciales público y notorio por parte del juez. Pero NO SUCEDE NADA. En otros casos de delitos cometidos por jueces (pues no aplicar las leyes es un delito, que se llama de prevaricación) los diarios exhiben grandes titulares. En éste, ninguno. No dicen nada. Nadie dice nada. Los camaradas de armas de Krassnoff tampoco dicen nada. Es que el país está en un estado de cinismo permanente.

De la lectura del auto de procesamiento fluye evidentemente la falsedad de los testigos de cargo que han servido para inculpar a Krassnoff, pues ellos dicen haber visto al supuestamente secuestrado Moreno en diferentes lugares: Londres 38, Tres Álamos, Cuatro Álamos, “en el norte”. Es decir, no son testigos contestes, que es el primer requrimiento para que un testimonio sea constitutivo de prueba.

Además, en el auto de procesamiento se señala que Krassnoff ha prestado declaración, que es un requsito del procesamiento. Se llama “declaración indagatoria”. Pero jamás Krassnoff ha sido interrogado por el ministro Vázquez. Éste ni siquiera lo conoce. Mismo caso de otros jueces, en particular Alejandro Solís, que afirma en varios procesos haber interrogado a Krassnoff, no habiéndolo siquiera visto personalmente NUNCA.

¿Cómo puede ser posible todo esto? Puede serlo, porque el país vive, a este respecto, en un estado de cinismo permanente, ante hechos graves e inaceptables, pero cuya “corrección política” (ese resumidero general de las inmoralidades) lleva a que no le importen a nadie.

 

Gentileza de nuestro amigo don: Alfredo M

Comentario seleccionado del blog de Hermogenes Perez de Arce