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Es hora de que en este cuadragésimo aniversario de la liberación de Chile del marxismo totalitario los señorones DC aún sobrevivientes de esa gesta, a la cual tanto contribuyeron, en lugar de sumarse al vergonzoso ludibrio contra la Junta, den la cara. Cualquiera de las dos.
Hoy la moda es estar contra el Pronunciamiento, sepultar a la guerrilla marxista como si no hubiera existido jamás y hasta decir que uno se libró de ser otro desaparecido, aunque en 1973 haya viajado retobado de vuelta al país apenas asumió la Junta, cosa que jamás habría hecho si Allende hubiera consumado su proyecto de transformar a Chile en una segunda Cuba.
Los señorones de la DC han cerrado filas en estos días para sumarse al ludibrio de moda contra los militares que salvaron a Chile el ’73.
Eduardo Frei Ruiz-Tagle ya no se acuerda de que fue a entregar una donación de su empresa Sigdo-Koppers a la Junta, en agradecimiento por el favor concedido, ni de que en el Directorio de ella se sentaba en 1974 el coronel Manuel Contreras.
Patricio Aylwin II ya ha derramado suficientes lágrimas por el Pronunciamiento y declarado que ahora habría firmado la “Declaración de los 13″, de septiembre de 1973, condenándolo, ya completamente olvidado de Patricio Aylwin I, que lo gatilló al avisar al Grupo de los 15 generales (cinco por cada rama) que el diálogo con Allende había fracasado definitivamente, como bien lo explica el libro “De Conspiraciones y Justicia”, de Sergio Arellano Iturriaga, a quien precisamente Aylwin I llamó para transmitirle el quiebre.
Además, Patricio Aylwin I se negaba en octubre de 1973 a condenar a los militares, pues decía que era muy fácil criticarlos y que no tenía autoridad moral para hacerlo sentado cómodamente detrás de un escritorio, mientras ellos estaban recibiendo el fuego y habían sufrido bastantes bajas. Ahora Aylwin II dice que entonces decía eso porque no sabía lo que los militares iban a hacer después, pero entre el 11 de septiembre y el 31 de dicimbre de 1973 se produjeron 1.823 (301 a manos de los rojos) de los 3.197 muertos y desaparecidos de los 17 años, es decir, el 57 por ciento del total.
Mientras tanto, Radomiro Tomic ya no está para explicar por qué le presentó un plan de gobierno al general Gustavo Leigh, miembro de la Junta, en diciembre de 1973, como lo reveló Eduardo Frei en carta a Bernardo Leighton.
Ni los DC han explicado por qué en el Acta N° 29 de la Junta Militar de Gobierno de 6 de noviembre de 1973 los dirigentes DC Juan de Dios Carmona, Enrique Krauss y Juan Hamilton aparecen dándole cuenta a aquélla del resultado del viaje de una delegación de su partido a Europa para defender el Pronunciamiento ante sus partidos similares del Viejo Continente.
El odioso senador DC Jorge Pizarro aparece en estos días declarando que nunca su partido apareció oficialmente apoyando el Pronunciamiento. ¿Y los votos que aportaron sus diputados en la Cámara al Acuerdo que llamaba a los Altos Mandos a “poner término a las situaciones de hecho existentes”, que eran todos los atropellos e ilegalidades el gobierno de Allende? El propio Allende reconoció eso como lo que era: un llamado a los militares a dar un golpe de Estado. Claro, algunos DC se dieron vuelta más rápido que otros. Bernardo Leighton votó a favor del Acuerdo de la Cámara el 22 de agosto y después criticó su cumplimiento en la Declaración de los 13, ya depuesto Allende.
Es hora de que en este cuadragésimo aniversario de la liberación de Chile del marxismo totalitario los señorones DC aún sobrevivientes de esa gesta, a la cual tanto contribuyeron, en lugar de sumarse al vergonzoso ludibrio contra la Junta, den la cara.
Cualquiera de las dos.