Columna de Opinión

La venganza de la “calle” 24 octubre 2016

La venganza de la “calle” 24 octubre 2016

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En resumidas cuentas, “la calle” le pasó la cuenta a la clase política: al Gobierno le dijo “así no queremos continuar”; y al pacto Chile Vamos le dio un apoyo mucho más sustantivo, como señal de repudio de la NM, pero que podría haber sido mucho mayor si la energía de su oposición hubiera sido más manifiesta. ¿Entenderá la clase política el mensaje de la verdadera “calle”?

Todavía durarán algunos días los análisis del impacto causado por las elecciones del domingo. Sin embargo hay varias evidencias que conviene ponderar.

La primera, y la más impactante es la abstención. Menos de un 35% concurrió a las urnas. La segunda, es el incontrovertible fracaso de los resultados de los partidos que conforman la “Nueva Mayoría”. Y la tercera es el desmentido al Gobierno que intentó negar las encuestas de la baja de su popularidad, esperanzados en que  los resultados electorales mostrarían el real apoyo con que cuenta.

En una palabra, lo que habló el domingo fue “la calle”. La misma “calle” en virtud de la cual este Gobierno impulsó las reformas, se alió con el Partido Comunista y se auto convenció de que, actuando así, seguía a la mayoría del País.

¿Y qué dijo la “calle”?

1.- La abstención es un modo de protestar contra la clase política, pues el voto constituye una especie de acto de fe en el sistema democrático representativo. Abstenerse de participar es un modo de indicar que no se tiene fe en su funcionamiento. Que tantos hayan querido dar esta señal (65%), obviamente que es un llamado de atención a toda la clase política. El divorcio entre el “hombre de la calle” y el candidato a un cargo público es cada vez mayor.

2.- De los que fueron a votar, lo que los movilizó fue el deseo de sacar a las autoridades municipales que representaban a la Nueva Mayoría. Los resultados inesperados en  comunas altamente representativas como Santiago, Providencia y otras, que se encontraban en manos de la NM y pasaron al pacto Chile Vamos, son una indesmentible señal de protesta contra el Programa de reformas  y gobierno edilicio impuesto por la NM.

3.- Esa señal de protesta no es exclusiva de las comunas prósperas. El hecho de que Puente Alto haya dado un 87,5% de respaldo al actual Alcalde del pacto Chile Vamos, y que la Florida, Maipú y muchas comunas que representan al Chile emergente, hayan dado el triunfo a candidatos de la oposición, muestra que el descontento contra las políticas gubernamentales alcanzan a toda la población.

4.- Por su parte, la zona de la Araucanía, donde los conflictos violentos han sido una constante, y que el Gobierno ha intentado atribuirlo a una supuesta “deuda histórica”, mostrando total desidia e indolencia con los delitos de los violentistas y negando la frecuencia de los actos subversivos, dio una señal potente de repudio a esta visión de las cosas y a su efecto natural, el desgobierno.

En Villarrica, una de las principales comunas objeto de permanentes atentados, el candidato de oposición, Pablo Astete, alcanzó casi el 80% de las preferencias. Y en conjunto, los votos alcanzados por Chile Vamos en todas las comunas de la Araucanía Chile fue del 43,93 % , contra el 36,73% obtenido por la NM.

En resumidas cuentas, “la calle” le pasó la cuenta a la clase política: al Gobierno le dijo “así no queremos continuar”; y al pacto Chile Vamos le dio un apoyo mucho más sustantivo, como señal de repudio de la NM, pero que podría haber sido mucho mayor si la energía de su oposición hubiera sido más manifiesta.

¿Entenderá la clase política el mensaje de la verdadera “calle”?

Difícil. Para ello el Gobierno debería deshacer lo mal hecho y, por su parte, la oposición debería unirse en un proyecto claro de repudio al Programa Bachelet. Todo lo cual parece una tarea imposible para los primeros y muy difícil para los segundos.

El País se mostró más moderado que aquello que la propaganda indicaba. El hombre de la “calle” se vengó del profundo y creciente malentendido de estos últimos dos años, desde que asumió la NM.

Ahora la palabra está con la clase política.

 

©Credo Chile