Columna de Opinión

Dubai y a los Emiratos Árabes

Dubai y a los Emiratos Árabes
Los israelíes no hacen islas en forma de palmeras, ni rascacielos altísimos, ni hoteles carísimos, ni sus líderes usan autos con carrocería de plata masiva (clara alusión a Dubai y a los Emiratos Árabes).
El orgullo del Estado de Israel es que pronto sus tecnologías podrán ser usadas por toda la humanidad:
1. La Universidad de Tel Aviv está desarrollando una vacuna nasal que protegerá a la gente del Alzheimer y de los accidentes cerebro-vasculares.
2. El Technion, Instituto de Tecnología (Haifa), ha desarrollado un simple examen de sangre capaz de detectar diferentes tipos de cáncer.
3. El Centro Ichlov (Tel Aviv) aisló una proteína que hace innecesaria la colonoscopia para detectar cáncer de colon, con un simple examen de sangre. El cáncer de colon mata anualmente a unas 500.000 personas.
4. El acné no mata a nadie, pero causa ansiedad e insatisfacción en adolescentes. El Laboratorio Curlight ha creado una cura mediante la emisión de Rayos UV – alta intensidad, que liquida las bacterias que producen acné sin generar complicaciones adicionales.
5. El Laboratorio Given Imaging ha desarrollado una cámara minúscula en forma de pastillas tragadas y transmiten miles de fotos del tracto digestivo. Estas fotos de alta calidad (2 por segundo durante 8 horas) pueden detectar pólipos, cánceres y fuentes de sangrado. Las fotos se envían a un chip que las almacena y envía a una computadora. Al final del proceso, la cámara se elimina por el recto.
6. La Universidad Hebrea (Jerusalén) desarrolló un neuroestimulador eléctrico (baterías) que se implanta en el pecho de pacientes con Parkinson, similar al marcapaso. Las emisiones de este aparato bloquean las señales nerviosas que producen temblores.
7. El simple olor del aliento de un paciente puede detectar si un paciente tiene cáncer de pulmón. El Instituto Russell Berrie de Nanotecnología ha creado sensores capaces de percibir y registrar 42 marcadores biológicos que indican la presencia del cáncer de pulmón sin necesidad de biopsia.
8. Es posible prescindir de cateterismo en muchos casos. Endopat es un dispositivo colocado entre los dedos indicadores, que puede medir el estado de las arterias y predecir la posibilidad de infarto en los próximos 7 años.
9. La Universidad de Bar Ilan estudia nuevo medicamento que combate virus por vía sanguínea. Se le llama Trampa Vecoy, pues engaña a un virus hasta conseguir su autodestrucción. Muy útil para combatir la hepatitis, y en el futuro Aids y Ébola.
10. Es posible que los científicos israelíes del Centro Médico de Hadassah (Jerusalén) hayan descubierto la primera cura de esclerosis lateral amiotrófica, conocida como Enfermedad de Lou Gehring, en un rabino ortodoxo. Stephen Hawking, famoso científico británico, padecía esta enfermedad y para comunicarse utilizaba métodos inventados por científicos israelíes.

No solo de malas noticias vive el mundo. Información como esta es la que hace falta y debe ser divulgada!

Las opiniones en esta sección son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional.

Columna de Opinión

Tras la huella de los Héroes Olvidados de la Guerra del Pacífico.

Tras la huella de los Héroes Olvidados de la Guerra del Pacífico.
Una Patria, Una Bandera – Cuando Chile estaba por sobre todo. Si la gente compartiera en vez de solo apretar me gusta, quizás más gente le daría la importancia que merecen, a quienes pusieron a Chile sobre todo.
HÉROES OLVIDADOS DE LA GUERRA DEL PACÍFICO – QUINTÍN QUINTANA LAUCHEN
Antes de las grandes batallas por Lima, en la región de Ica aparecen las primeras relaciones del ejército chileno con los chinos, quienes eran representados por Quintana.
Francisco Machuca en su obra “Las Cuatro Campañas de la Guerra del Pacífico” nos dan a conocer a este personaje y su participación de la siguiente manera: “Una de las principales casas de comercio chinas pertenecía a don Quintín Quintana, caballero de cierta ilustración, extraído de china traidoramente y vendido a un rico hacendado de la vecindad, simulando la esclavitud con un contrato de arrendamiento de servicios por 20 años, a dos soles anuales.
Afincado de Ica y comerciante con tiendas surtidas en Ica y Pisco, recibió a los chilenos con la gratitud que inspiran los libertadores de sus compatriotas, sumidos en la más cruel servidumbre en los cañaverales, y víctimas de un tratamiento cruel e inhumano.
Quintana hospedó en su casa a los jefes chilenos, los agasajó, sirvió de guía a los destacamentos e hizo cristiano a sus hijos. El coronel Amunátegui sirvió de padrino a uno de ellos.”
Obviamente al ser liberados de sus patrones dueños, la estancia en dichas tierras sería un infierno si quedaran allí sin la protección de Chile, por esta razón deben alejarse. En la misma obra de Machuca nos explican todo: “Al evacuarse a Ica, no puede quedarse en la población; los nativos le habrían hecha pagar caro su chilenismo. Envía a bordo a su familia, y él a la cabeza de sus hermanos libertos, sigue a la División Lynch, prestándole importante servicios, en la conducción de bagajes, transporte de heridos, y provisión de agua, leña y verdura para el rancho de la brigada. Se internan centenares de kilómetros en los valles vecinos en busca de víveres; algunos no vuelven; unos chinos menos, y nada más. Durante el trayecto, se pliegan los esclavos de las haciendas de caña, riquísimas en aquella zona, de suerte que Lynch llega con unos 1.500 a Lurín, a donde acuden más compatriotas de las heredades vecinas. Después de una peroración oída con religioso respeto, se procede a las complicadas ceremonias de juramento de fidelidad a Chile, en el altar de los sacrificios, en el cual se inmola un gallo, se bebe la sangre caliente aun y se presta el juramento, que es terrible y sólo, se exige en circunstancias muy solemnes. El perjuro queda sujeto a la suerte del gallo, a que su sangre sea bebida por los concurrentes.
Con la mano derecha en alto, los chinos juran seguir a Quintín Quintana, servir al General en jefe, y obedecer ciegamente “si se ordena trabajar, trabajar si matar, matar; si incendiar, incendiar; si morir, morir”.
 Terminada la ceremonia se dirigen en perfecta formación, en filas de a cuatro, a ratificar su promesa ante el General en jefe, que se presenta en los balcones a recibirlos.
Quintín sea adelanta y dirige al señor General esta alocución:
“Mi General: He vivido durante veinte años en el Perú; he conseguido por mi trabajo y acierto, los medios de vivir; los caballeros se han portado bien conmigo y mi familia; no tengo ningún odio personal; pero me lleva a sacrificar mi fortuna y hacer lo que hago, mi cariño por estos infelices cuyos sufrimientos no podría nadie imaginar.
Hay aquí hermanos que durante ocho años han estado cargados de cadenas sin ver el sol, y los demás han trabajado como esclavos. No quiero para ellos nada más que la comida y la seguridad de que no sean abandonados en esta tierra maldita; que el general los lleve donde quiera, que yo los mando a todos”.
El General les hace saber por su ayudante, teniente don Domingo Sarratea, que tendrán todo lo que desean. Los chinos reciben esta declaración con gritos de alborozo; luego forman en la plaza, dirigido por su Jefe Supremo, Quintín, un segundo, cuatro divisionarios, doce centuriones y veinte jefes de decurias.
 Se procede en seguida al reparto del personal para los diversos servicios: 500 de los más jóvenes y resueltos pasan a los pontoneros del capitán Villarroel, destinados a hacer saltar las minas, bombas automáticas y cortar los hilos de las baterías eléctricas.
 Esta sección saluda con entusiasmo al nuevo jefe, que les habla en su lengua nativa. 300 van a las ambulancias para ayudar al transporte de heridos en el campo de batalla.
900 al parque destinados a embalar municiones. 100 al bagaje para distribuir forraje y cuidar del ganado.
300 a la Intendencia General, para formar cargas para las mulas, transportar bultos, coser sacos y demás trabajos propios del movimiento interno de bodegas y almacenes.
El resto al mando de Quintana, disponibles, a las órdenes de las autoridades superiores. Muchos pasan a ayudantes de los asistentes y aun de asistentes titulares de clases y soldados.
Y todos contentos y felices, con kepí y uniforme de brin, y botas de tropa, proporcionadas por la Intendencia.
El General después de visitar la Intendencia, pasa a las ambulancias que desarrollan prodigiosa actividad; ordena a Quintín Quintana que con su regimiento de chinos, cave profundas fosas para el entierro de los muertos, y si falta tiempo, amontone los cadáveres enemigos y proceda a quemarlos; se encamina después a los campamentos; revista las Divisiones, llenados ya los claros de los caídos, formada y numerada la tropa, lista para entrar en combate.
Importante y útil labor proporcionaron a Chile como sirvientes en la mayoría de los casos en todas las labores más ingratas que se deben hacer en una guerra. Nada se dice que hayan tenido la labor de combatir y menos que se les hayan entregado armas para dicha labor.
Poco más se sabe de este personaje, que vuelve junto al Ejército chileno avecinándose en el país junto a su familia en la ciudad de Santiago.
En nuestro país, la historia nos dice que era asiduo visitante de las Sociedades de Veteranos del 79 y como policía municipal donde fue Jefe de la Unidad de Pesquiza, y muy tenido por la delincuencia. Este órgano es precursor de la PDI. Desde hace años, que en ella se le reconoce su labor.
Fue casado con doña Eugenia Hernández, con la cual se traslada a nuestro país junto a sus hijos Abraham, Lorenzo, Sara y María.
Muere de peritonitis el día 06 de Marzo de 1902 y sus restos depositados en el Mausoleo Guardia Municipal del Cementerio General. Lamentablemente dicho mausoleo que se ubicaba en la calle donde descansaban los restos de O’Higgins (Entrada Av. La Paz, cerca de actual Panteón de Jefes y Oficiales del Ejército) ya no existe y los restos de este asiático servidor de nuestra bandera se han perdido como muchos restos de otros héroes de la patria.
“Esto y mucho más de nuestros héroes en www.laguerradelpacifico.cl
Por Mauricio Pelayo González
Un hombre solo muere cuando se le olvida…..