Columna de Opinión

Adolfo Paúl Latorre. Cartas no publicadas en medios de prensa

Cicciolina:
Si existiera una Cicciolina en Chile, estaría liderando las encuestas.
Adolfo Paúl Latorre
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Anarquía:
El Congreso aprueba proyectos de ley que violan normas constitucionales; el gobierno no cumple su obligación esencial que es la conservación del orden público; guerrilleros, terroristas y vándalos actúan impunemente; el Estado no tiene el control sobre vastas regiones de su territorio y es incapaz de garantizar en ellas el Estado de Derecho; diversos actores políticos promueven la violencia y la insurrección revolucionaria; la ciudadanía vive con miedo, inseguridad y desesperanza.
Esta situación de anarquía —ausencia de poder público; desconcierto, confusión, caos o descontrol debido a la falta o debilidad de una autoridad— que estamos viviendo se debe principalmente a la lenidad del gobierno, que no aplica la violencia física legítima del Estado a la que está obligado por deber de justicia y de autoridad para reprimir a quienes subvierten el orden social e institucional de la República y lograr mediante ella la restitución del orden exigido por el bien común.
Como lo muestra la historia universal, a la anarquía sucede siempre una dictadura; la que en algunos casos es precedida por una guerra civil. Durante el siglo XX estas dictaduras han sido o militares o de movimientos o partidos políticos de inspiración marxista.
La dictadura, la revolución o la guerra civil ¿son fatalidades que no podremos evitar?.
Adolfo Paúl Latorre
Columna de Opinión

ADOLFO PAÚL LATORRE. CARTAS NO PUBLICADAS EN MEDIOS DE PRENSA

CARTAS NO PUBLICADAS EN MEDIOS DE PRENSA
Anarquía: El Estado ha dejado de tener el control sobre regiones de su territorio, de garantizar el Estado de Derecho y de asegurar en ellas el monopolio de la violencia física; características típicas de los Estados fallidos.
El Congreso aprueba proyectos de ley que violan normas constitucionales; guerrilleros y terroristas actúan impunemente en la macrozona sur y en las principales ciudades de Chile; los actos de insurrección revolucionaria se han manifestado con enorme violencia a partir del 18 de octubre de 2019; la ciudadanía vive con temor e incertidumbre.
Esta situación de anarquía —ausencia de poder público; desconcierto, incoherencia, confusión, caos, barullo o descontrol debido a la falta o debilidad de una autoridad— que estamos viviendo se debe principalmente a la lenidad del gobierno, que ha dejado de cumplir su obligación esencial que es la conservación del orden público, porque no aplica la violencia física legítima del Estado a la que está obligado por deber de justicia y de autoridad para reprimir a quienes subvierten el orden social e institucional de la República y lograr mediante ella la restitución del orden exigido por el bien común.
Como lo muestra la historia universal, a la anarquía sucede siempre una dictadura; con o sin guerra civil de por medio. Durante el siglo XX estas dictaduras han sido o militares o de movimientos o partidos políticos de inspiración marxista.
La dictadura, la revolución o la guerra civil ¿son fatalidades que no podremos evitar?.
Adolfo Paúl Latorre
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La guerra:
La guerra es un fenómeno histórico inseparable de la existencia humana. En un famoso intercambio de correspondencia, Einstein pregunta: “¿Por qué la guerra?”. Y Freud responde: “Porque el hombre es lo que es”.
La guerra es un conflicto en cuya resolución se emplea la violencia armada, en forma metódica y organizada; un acto de fuerza para imponer nuestra voluntad al adversario. Su naturaleza es política, tanto en su génesis, como en su desarrollo y en el fin perseguido.
Según lo antedicho, los grupos guerrilleros y terroristas que están actuando impunemente en la macrozona sur, equipados con armamento de grueso calibre, están en guerra contra el Estado de Chile, la que debe ser enfrentada como tal. El Estado tiene la obligación de defenderse.
Las acciones de violencia cometidas por estos grupos no deben ser consideradas como desórdenes que podrían ser controlados por fuerzas policiales, las que no cuentan ni con los medios suficientes para cumplir tal cometido ni con libertad de acción para emplear los que tienen.
Para combatirlos eficazmente deben ser utilizadas, inevitablemente, las fuerzas militares del Estado; las que deben actuar con todo el potencial bélico que fuere necesario, aplicando la violencia propia de la profesión militar y los procedimientos operacionales de tiempo de guerra.
Adolfo Paúl Latorre

Las opiniones en esta sección son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional.