Columna de Opinión

EL DURO CAMINO QUE TENEMOS AL FRENTE por Juan Pablo Zúñiga H. — EL LEGADO DE UNA DERECHA COBARDE, UN REBAÑO SIN PASTOR por Mauricio Riesco V

EL DURO CAMINO QUE TENEMOS AL FRENTE por Juan Pablo Zúñiga H. — EL LEGADO DE UNA DERECHA COBARDE, UN REBAÑO SIN PASTOR por Mauricio Riesco V
LAS OPINIONES DE ESTA SECCIÓN SON DE RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE EL PENSAMIENTO DE LA UNIÓN
La pérdida de visión de mediano y largo plazo ha llevado a que muchos candidatos no consideren el duro escenario que tendrá el Congreso y el ejecutivo en el próximo período considerando que recibirán un país con endeudamiento altísimo, un clima de división interna de proporciones peligrosísimas y una Convención Constitucional que aspira a convertirse en asamblea constituyente.
Sí, el camino por el que Chile transita hoy es difícil y lamentablemente seguirá siendo cuesta arriba. Si queremos avanzar, necesitamos tracción para llegar al llano y desde allí seguir avanzando.
No tendremos a nuestras valerosas Fuerzas Armadas que defiendan a esta nación; varios cientos de sus miembros ya han sufrido el pago con que Chile les agradeció el haber podido mantener nuestras cabezas sobre los hombros. Es imposible que quieran recibir, de nuevo, el mismo pago por liberar al país.
EL DURO CAMINO QUE TENEMOS AL FRENTE
Juan Pablo Zúñiga H.
VivaChile.org, Política, 06/08/2021


 
Por momentos da la impresión de que nuestro país, y particularmente la clase política, padece de un nuevo mal que se suma al brote de insensatez: miopía colectiva. Hay una preocupación por el hoy, y, en el mejor de los casos, por los próximos seis meses. ¿Y después, qué?
Sin contar con quién resulte electo, el camino de Chile hace rato que anda cuesta arriba y nada hace pensar que será llano el camino para quien llegue al Congreso y a La Moneda.
Habiendo -afortunadamente- quedado en el camino el candidato presidencial del PC, ahora le toca a Boric ser inflado por los medios y también por ciertos grupos influyentes e inclusive próximos al mundo intelectual.
En un reciente encuentro virtual entre el Sr. Boric y un conglomerado de emprendedores, de acuerdo con La Tercera (“Los pormenores de la reunión de Boric con Endeavor y su acercamiento a las startup”, 20 Julio 2021), el candidato ha mostrado un acercamiento al mundo empresarial.
Si bien este conglomerado -cuyo compromiso con el desarrollo nacional es loable y fundamental- señala no tener afiliación política, resulta preocupante el eventual espaldarazo a un candidato que no se pronunció en lo absoluto con la destrucción de miles de negocios y pymes, más aún, festinó con ello.
Ya sea porque fueron encantados por la juventud del candidato o por el apoyo que éste posee de otros emprendedores abiertamente frente amplistas, lo medular es que con el historial del Sr. Boric, me resulta poco creíble su repentina gran vocación empresarial.
En línea con lo anterior, ante la nueva asonada insurreccional, incitada y promovida por Campillai -que tiene la osadía de ser candidata a senadora- el silencio de Provoste, y también de Boric, quien, más aún, defiende a los destructores de emprendimientos y propiedad privada llamándolos de “presos políticos” o “presos de la revuelta”, el eventual apoyo a este último por parte de emprendedores resulta paradojal.
Por lo tanto, o se trata de miopía consciente, es decir, selectivamente escoger lo que se desea y lo que no se desea ver, o es un grave proceso de normalización de la violencia.
La pérdida de visión de mediano y largo plazo ha llevado a que muchos candidatos no consideren el duro escenario que tendrá el Congreso y el ejecutivo en el próximo período considerando que recibirán un país con endeudamiento altísimo, un clima de división interna de proporciones peligrosísimas y una Convención Constitucional que aspira a convertirse en asamblea constituyente.
A esto se suma la gravísima crisis hídrica. Habiendo ya pasado la mitad del invierno, la prácticamente nula pluviosidad en la zona central augura un futuro muy difícil en términos hídricos a no ser que se tomen medidas radicales, no sólo de ahorro sino de innovación tecnológica, que requieren atención inmediata.
Tenemos el ejemplo de naciones como Israel que han sabido sortear este problema, el cual hace más de una década debíamos de haber comenzado a tratar.
Como es de esperar, los candidatos de izquierda y los propios convencionales, que nunca se han caracterizado por ser buenos gestores, sólo proponen palabrerías. Solamente los Republicanos cuentan hoy con una propuesta concreta a este respecto.
Sí, el camino por el que Chile transita hoy es difícil y lamentablemente seguirá siendo cuesta arriba.  Si queremos avanzar, necesitamos tracción para llegar al llano y desde allí seguir avanzando.
En tiempos difíciles se requieren medidas extraordinarias. Solamente aquellos que tiene la convicción, la valentía y que buscan el bien común de la nación, son capaces de adoptarlas con coraje, aunque resulten desagradables y abominables para los llorones de siempre.
Solo estos serán los que tendrán las mejores chances de hacer posible el proceso de reconstrucción nacional.

La integridad y el futuro de nuestro país están en juego. Haga parte de la solución, comenzando por votar responsablemente.

EL LEGADO DE UNA DERECHA COBARDE, UN REBAÑO SIN PASTOR
Mauricio Riesco V.
VivaChile.org, Política, 06/08/2021
No hace tanto, tuve una triste experiencia con mi querida chaquetita azul que, según me confidenció mi señora, por el brillo de los años ya no era más que un mal espejo.
Aunque afligido, tuve que aceptar su consejo para cambiarla por una nueva, sin lustre. Ya en la tienda, caí en la cuenta de que la moda ahora es más acomodaticia, se amolda a las necesidades del momento por el que pasa cada cual. Así, muchas chaquetas las hacen con un forro interior tan estiloso que permite darlas vuelta y usarlas al revés sin mayor desmedro estético para quien las viste.
El buen vendedor trataba de convencerme de las prodigiosas propiedades de este nuevo estilo y me contaba que los sastres ya no daban abasto por su recarga de trabajo con esta innovación; “este es un año de elecciones, (me dijo), y han estado ocupadísimos en la confección de chaquetas reversibles por su alta demanda. Permítame darle un buen ejemplo en este asunto: dicen que aún deambula por el sector de Las Condes un señor que ha modelado por años una chaquetita multifacética, la más asombrosa que alguien haya confeccionado a la fecha, que le ha permitido exhibirse como ‘UDI-Aliancista-Bacheletista-socialdemócrata’. Es reversible para el lado que le guste a la gente”, me confidenció.
No será de buena tela pensé yo puesto que, según se comenta, no le ha dado los frutos esperados. Las vueltas de chaqueta tienen su costo, me dije.
Volviendo a casa (con las manos vacías, aclaro), me topé con un buen amigo mío y le conté sobre esta nueva forma de emperifollarse. Interesado en el fenómeno, él me relató que algo similar pasaba también con las cada vez más escasas pieles de ovejas, y que había sabido que en año de comicios las pobres ovejas no lo pasan bien.
Todos los políticos quieren vestirse con sus ropajes de mansedumbre y docilidad. En suma, chaquetas y pieles buscan lo mismo: que los demás crean que los disfrazados ahora son buenas personas, que cambiaron para bien, lo que, en una palabra, viene a ser engaño.
Hicimos recuerdos que al término del gobierno del presidente Augusto Pinochet hubo una estampida de muchos de sus cercanos colaboradores, que antes se empujaban unos a otros para figurar al lado del presidente en la foto, pero después, terminado su gobierno, corrieron a camuflarse entre el ganado ovino en un par de corrales.
Con mi amigo recordamos, además, que muchos de esos chaqueteados hoy forman parte de un amasijo medio gelatinoso que, si no me equivoco, lo llaman “derecha”.
Con cierta compasión comentamos que ellos parecieran suponer que nadie se ha dado cuenta de su travestismo político, cambiando de pellejo cada vez que necesitan uno distinto. Entiendo que Piñera (cuando le gustaban las cámaras), los llamó “cómplices pasivos” si bien muchos de esos pasivos trabajaron con él y varios aún lo hacen.
Por razones demasiado evidentes, él valora esa capacidad “camaleonesca”. Son de camadas afines. A varios les conocimos sus intimidantes rugidos en el Parlamento y, una vez instalados en algún sillón importante del gobierno, los convirtieron en sumisos maullidos.
¿Dónde estarán hoy, me pregunto yo, las fotos en que aparecían con pecho inflado, orgullosos, al lado de nuestro Presidente Pinochet como sus valientes paladines? ¿Rompieron las que exhibían con orgullo en sus escritorios junto a quien les salvó el pescuezo, aquel que encarnó el exitoso desarrollo de Chile, aquel único gobernante en el mundo que venció al comunismo?
La deslealtad, la ingratitud, la felonía, en algún minuto se paga, pensé. Lo malo es que casi siempre, junto con los que traicionan, la cuenta la pagan también los traicionados; de hecho, la estamos pagando desde hace ya demasiado tiempo y no ha sido exigua.
Chile no estaría de nuevo al borde del mismo precipicio del que salimos hace 48 años si no fuera por esta gente que, debiendo haber sostenido con coraje sus convicciones, sus principios (¿los habrán tenido?), su amor a la Patria, no se hubieran transformado en “sepulcros blanqueados”.
Nuestra clase política está agotada. No de trabajar, por cierto, sino por su creciente decadencia. Por intereses mezquinos y una grave infidelidad con el país, los chaquetas vueltas de esa peculiar “derecha” se han ido acercando, poco a poco, a quienes desde hace ya tiempo vienen negociando la venta de Chile al comunismo internacional.
Víctimas de una presumible necrosis cerebral (esa sí que es irreversible) y junto a un medroso y complaciente Ejecutivo, no quisieron apagar a tiempo la mecha de la asonada subversiva narcoterrorista desatada en todo Chile desde octubre de 2019; y, peor aún, en menos de un mes, un 15 de noviembre de aquel año, firmaron en el congreso el contrato de promesa de compraventa tan anhelado por la izquierda marxista. El pacto fue bautizado elegantemente como “Acuerdo por la Paz Social y nueva Constitución”.
Junto a los otros ocho presidentes de partidos políticos firmantes, también estuvieron por parte de los vendedores los presidentes de los tres partidos que aún conforman la coalición de gobierno, (cómplices activos para este efecto), vistiendo vanidosamente sus chaquetas vueltas. Todo muy bien coordinado con Piñera y sus cortesanos que ya habían ido entregando nuestro país a la tiranía de los DD. HH. y, en consecuencia, su administración quedó radicada en Ginebra desde donde hoy nuevamente nos controla la señora.
A los dos días de la firma de aquel contrato convenientemente aplaudido por el presidente de la República, en un solemne discurso nos advirtió él muy bravo, que ahora “No habrá impunidad ni con los que hicieron actos de inusitada violencia ni con aquellos que cometieron atropellos o abusos”, refiriéndose a los actores de la asonada narcoterrorista de aquellos días. Como Garrick, aún se ríen-llorando las víctimas en Arauco y en Chile entero, y hoy ya se propician fórmulas para dejar en libertad a los pocos desalmados que se pudieron apresar y condenar de los varios miles que participaron.
Escasos fueron los políticos visionarios que se opusieron valientemente a ese “Acuerdo por la Paz Social y nueva Constitución”, muy escasos. Nada cuesta comprender que para Chile el pacto aquel tendrá una trascendencia muchísimo mayor que la próxima elección presidencial; en efecto, el destino de nuestro país luego del plebiscito terminó quedando en manos de unos constituyentes que mayoritariamente son parte de una izquierda dura, ignorantes muchos, beligerantes, odiosos, amenazantes como su presidenta E. Loncón, que insiste en su discurso de lucha de clases.
Los hay incluso dispuestos a entrometerse en las responsabilidades de otros poderes del Estado como su vicepresidente; ahí está como ejemplo, la exigencia de liberar a los procesados o condenados por los saqueos, incendios, lesiones, daños a edificios, destrucción del Metro de Santiago y otros delitos que por cerca de US$4,500 millones provocaron aquellos subversivos a los que se refería nuestro presidente en los desmanes de fines de 2019.
Son jóvenes idealistas, como los llamaba S. Allende. Son los “presos políticos”, según J. Bassa, vicepresidente de la Convención Constituyente.
Chile huele a azufre. Resulta fácil imaginar que, así como vamos, quizás si pudiéramos ver instalada en la Moneda una pandilla mefistofélica que cada vez toma más fuerza y lo hace en la misma medida en que surte efecto el potente anestésico que han inyectado a los ciudadanos de este país.
Su jefe, don sata lo llaman, no olvida que fue destronado hace 48 años (“ni perdón ni olvido” acuñó como lema tiempo después), y esta vez viene algo más rudo por las facilidades frívolamente ofrecidas por un gobierno entreguista, inepto y miedoso del “cuco” de Ginebra, y por unos políticos chaqueteros que con su transformismo han traicionado sus conciencias y a nuestro querido Chile.
Todos ellos han dado las facilidades para que el marxismo retome el poder. Por mientras, ansioso de recibir oficialmente la batuta, el “destronado” ha estado ejercitando solapadamente sus destrezas en el palacio de gobierno, en nuestro parlamento, en los tribunales de justicia (incluido el Tribunal Constitucional), y en el Ministerio de Obras Públicas; desde allí dirige la repavimentación de nuestros anticuados caminos para poder alcanzar aún más rápido la idílica fantasía comunista.
Hoy, la nación chilena es un rebaño sin pastor. Y quienes aspiran a pastorearnos, salvo una valiosa excepción, los demás lucen esas inmaculadas pieles de oveja para cubrir sus verdaderos propósitos. Su codicia les ha hecho inhalar el azufre que regala a granel el director de esa orquesta.
Mientras seguía camino a casa, meditaba que tenemos a la vista solo dos oportunidades para revertir el proceso de demolición de nuestro querido Chile, de interrumpir la venta de este país al comunismo internacional: la primera será el 21 de noviembre de este año con las elecciones presidencial y parlamentarias, y se nos dará, incluso, unos pocos días para recapacitar (hasta el 19 de diciembre) si eventualmente los resultados lo requieren. Y la segunda y última ocurrirá durante el próximo año 2022, cuando a través de un plebiscito de salida se apruebe o rechace el texto de la nueva Constitución que se proponga a la ciudadanía.
El desenlace nos revelará qué rumbo tomará Chile por, al menos, los próximos 30 o 40 años. Aprovechar estas oportunidades dependerá de una mayoría que anhela vivir en paz pero se encuentra profundamente hipnotizada; y no me refiero a esa “derecha” bobalicona, narcisista y adicta a la ambigüedad, sino a la gran mayoría de los ciudadanos asqueados de lo que vemos pasar por nuestras propias narices todos los días.
Tendremos que despertar de nuestro letargo y dar la batalla convencidos que las mismas causas producen siempre los mismos efectos y estos ya los conocimos de muy cerca no hace tanto tiempo atrás.
No podemos olvidar que, como decía alguien por ahí, entre un gobierno que lo hace mal y un pueblo que lo consiente, hay una cierta complicidad vergonzosa.
 Para diluir pronto los efectos del narcótico que aún mantiene sus efectos en una mayoría, necesitamos de un pastor que se esfuerce por su rebaño disperso. Un verdadero pastor que sea capaz de reorientar a Chile por su ruta de progreso por la que caminábamos entusiastas y esperanzados, un pastor capaz de llamar las cosas por su nombre, que sea sordo a los cantos de sirenas y valiente en combatir el comunismo y sus secuaces con toda energía.
Evitar un próximo reinado luciferino dependerá exclusivamente de nuestro pueblo despabilado y advertido, ya que, por razones demasiado obvias, no tendremos a nuestras valerosas Fuerzas Armadas que defiendan a esta nación; varios cientos de sus miembros ya han sufrido el pago con que Chile les agradeció el haber podido mantener nuestras cabezas sobre los hombros. Es imposible que quieran recibir, de nuevo, el mismo pago por liberar al país.
Si desdeñáramos aquellas dos oportunidades, nos estaría quedando únicamente el recurso de amparo ante la corte celestial y con serias probabilidades de perderlo por tontos.
Así las cosas, me he vuelto a enfundar en mi vieja y querida chaquetita azul, brillosa pero irreversible, y dispuesto a defender a nuestro querido Chilito de los comunistas y sus aliados, esos chaquetas reversibles cófrades de un mismo amasijo gelatinoso.

Es cierto que intenté convencer a mi señora que el resplandor era mío, no de la chaqueta. Pero, tan buena ella, desde entonces se ha limitado a describirme los estragos psicológicos que ha estado provocando la pandemia del murciélago de Wuhan.
Un aporte del Director de la Revista UNOFAR Antonio Varas C.
Columna de Opinión

Paula Schmidt: Cuentas claras conservan la amistad. — A propósito del “proyecto de Nueva Constitución”, se adjunta link de parte de una entrevista a J Guzmán por Dn Francisco, previo a la votación de la propuesta de Constitución de 1980

Paula Schmidt: Cuentas claras conservan la amistad. — A propósito del “proyecto de Nueva Constitución”, se adjunta link de parte de una entrevista a J Guzmán por Dn Francisco, previo a la votación de la propuesta de Constitución de 1980.
LAS OPINIONES EN ESTA SECCIÓN SON DE RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE EL PENSAMIENTO DE LA UNIÓN
En pedir no hay engaño. Es verdad, cuando se trata de dinero es mejor ser transparente, pero la solicitud, que bien califica como pedigüeña, proviene de quienes, más que recursos monetarios para redactar la nueva Constitución, necesitan demostrar verdadero compromiso

Al grupo de constituyentes insatisfechos, un recordatorio: el poder que ostentan les impone demostrar que entienden que su labor es dar antes de recibir.
El título de esta columna pertenece a un refrán (como diría mi abuela) más viejo que el hilo negro, que nos debería recordar el valor de pagar las deudas a tiempo o por lo menos dar cuenta para evitar los roces que sobrevienen cuando el prestatario se hace el leso mientras que su fiador va perdiendo, de a poco, tanto su paciencia y confianza. Por otra parte, algunos creen (equivocadamente) que el dinero tiene la capacidad de hacerlo todo, por lo que terminan ellos haciéndolo todo sólo por dinero, y como el tema “platas” siempre resulta sensible, esto de que algunos miembros de la Convención hayan manifestado que las 50 UTM que recibirán al mes (alrededor de $2 millones 600 mil, sin contar futuras asignaciones) no les serán suficientes me parece impresentable.
Hay otro refrán, quizás aún más popular, que expresa: en pedir no hay engaño. Es verdad, cuando se trata de dinero es mejor ser transparente, pero la solicitud, que bien califica como pedigüeña, proviene de quienes, más que recursos monetarios para redactar la nueva Constitución, necesitan demostrar verdadero compromiso. Por otra parte, quienes se acuerden del extraordinario personaje que Tom Cruise interpreta en la película Jerry Maguire y su célebre frase “Show me the money!” recordarán cómo un monto importante de dinero puede desviar las acciones hasta del más pintado llevándolo a engañarse no sólo a sí mismo, sino, lo que es peor, engañando a los demás; pero como soy bien pensada por naturaleza, no voy a adelantar conclusiones sobre el tema de las remuneraciones de los constituyentes hasta que la cosa esté más encaminada. Lo que sí espero es que, a lo largo de todo el proceso, sea la sensatez la protagonista y no el estado permanente de insatisfacción que utiliza la izquierda extrema para de a poco ir corriendo el cerco e invadir los límites democráticos. Obviamente, si le ha resultado efectivo en el pasado, porqué no ahora. Justamente es por eso que no me explico por qué esta estrategia, archiconocida, termina casi siempre recibiendo concesiones de quienes dicen valorar nuestra institucionalidad. A quienes caen en ese juego creo que se los denomina buenistas. En fin, está claro que tanto buenismo ha dañado la credibilidad del país y podría intervenir, no de la mejor forma, sobre nuestro futuro por lo que, a estas alturas, y por como va todo, creo que a sus exponentes hay que ir llamándolos de otra forma.
Por último, si hay constituyentes que antes de siquiera instalarse en sus respectivos puestos en el Palacio Pereira ya quieren enmendar la plana en el ámbito de los recursos, qué nos espera para cuando haya que consensuar un decálogo suficientemente razonable sobre temas estructurales, como la iniciativa exclusiva del Ejecutivo en materia de gastos. Justamente, para evitar el desorden fiscal y limitar los conflictos político-electorales, Chile ha perpetuado desde los primeros atisbos que aparecen al respecto en la Carta Fundamental de 1833 las facultades presidenciales en materia de gastos, para prevenir situaciones que pudiesen afectar la coherencia económica que un país necesita para proyectarse. Es por eso que al grupo de constituyentes insatisfechos un recordatorio: el poder que ostentan les impone demostrar que entienden que su labor es dar antes de recibir. Así no sólo mantendrán las cuentas claras, sino también la amistad con la ciudadanía. (Sin engaños de por medio) ¿Será mucho pedir?
@LaPaulaSchmidt
Un aporte de nuestro Director Christian Schmidt
A propósito del ” Proyecto de Nueva Constitución”, se adjunta link de parte de una entrevista a Jaime Guzmán por Don Francisco, previo a la votación de la propuesta de Constitución de 1980.” ( Jaime Guzmán, posteriormente fue asesinado por terrorista)

 https://youtu.be/p2i2eDauCQw

Un aporte de nuestro Director Enrique Villalobos A.