Columna de Opinión

Ivan Witker: Muro de Berlín, triunfo talibán y alegría de los bufones

Ivan Witker: Muro de Berlín, triunfo talibán y alegría de los bufones
LAS OPINIONES EN ESTA SECCIÓN SON DE RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE EL PENSAMINETO DE LA UNIÓN.
Lo uno y lo otro representan el deseo irresistible de quienes propugnan el totalitarismo y gustan de provocar entre las personas el máximo de pánico posible.

 Apenas dos meses después que el líder germano-oriental Walter Ulbricht asegurara que no se iba a construir el Muro de Berlín, un día de agosto de 1961, la gran metrópoli a orillas del Spree amaneció dividida por alambres de púas y enormes bloques de cemento. Lo de Ulbricht fue una broma de mal gusto y un presagio de lo que se vendría en los años posteriores. Pese a su oprobiosa existencia, el Muro de Berlín fue defendido con entusiasmo, y hasta sus últimos días, por quienes creían en el comunismo de manera obtusa, fanática. Incluso en Chile.

Por estos días, otro episodio igualmente oprobioso impacta a través de las redes sociales. Un economista chileno, conocido principalmente por sus nexos con el Partido Comunista, ha transmitido su enorme alegría por la toma de Kabul a manos de los talibanes.
¿Qué tienen en común estos dos asuntos aparentemente tan desconectados y con 60 años de diferencia en el tiempo? La verdad es que mucho más de lo que pareciera.
Lo uno y lo otro representan el deseo irresistible de quienes propugnan el totalitarismo y gustan de provocar entre las personas el máximo de pánico posible. Incluso a través de medios grotescamente represivos. Ambos episodios dan cuenta de ese afán último que subyace en las visiones extremistas que habla de un desprecio total por las normas civilizadas de relacionamiento entre los seres humanos.
Por eso, Ulbricht no se ruborizaba ante los embustes más burdos y el ocultamiento de los planes deleznables. La construcción del Muro fue una medida inmisericorde con millones de familias, planificada en secreto por la cúpula germano-oriental, pero también fue la confesión de que el modelo -aún en su versión más exitosa, intentada con la industriosa mentalidad germana- no lograba entusiasmar a su población.
Motivos similares tiene el economista para no ruborizarse con cualquier perspectiva, por atroz que parezca (aun cuando provengan de extremistas religiosos). Le sirve a su imaginario totalitario. Es la alegría de un bufón ante los infortunios de millones de mujeres, niños y hombres en Afganistán.
¿Cabe entonces alguna duda sobre la comunión de propósitos entre quienes apoyaban el Muro y hoy alaban a los talibanes?
Pero nos sorprende. Cuadra perfecto con esa idea tan propia de la gauche divine, en orden a considerar el destino de las personas como parte del arsenal de maniobras y conductas políticas. Por eso consideran necesaria la existencia de matarifes en los asuntos públicos. Por macabro que suene.
Que el bufón admire simultáneamente a los talibanes y el Muro deja en claro que para las mentalidades totalitarias, la democracia y la herencia cultural no son más que una simple petitesse. Ya lo advirtió en su tiempo Willy Brandt, alcalde de Berlín cuando se construyó el Muro: “un demócrata no puede aceptar la división física de una ciudad y de sus familias por motivos políticos”.
Aunque hoy suene a despropósito, Berlín estuvo 28 años separado por pesados bloques de hormigón, a lo largo de 150 kms, incluidos 44 de ellos por el centro mismo de la ciudad, más los puestos de vigilancia con mecanismos de disparos automáticos (que asesinaron a 140 personas). No hay un documento escrito del PC local (donde el economista bufón ha militado toda su vida) registrando la más mínima preocupación por las consecuencias humanitarias de tal división. Y obvio, el PC también guardó silencio ante la destrucción de los Buda gigantes (declarados patrimonio cultural de la humanidad por UNESCO), perpetrada por los talibanes en 2001. ¿Cabe entonces alguna duda sobre la comunión de propósitos entre quienes apoyaban el Muro y hoy alaban a los talibanes?
Por estos días, televidentes de todo el mundo civilizado han observado con espanto las imágenes de gente desesperada corriendo al lado de los aviones en el aeropuerto de Kabul; incluso algunos amarrándose al tren de aterrizaje de las aeronaves. Las generaciones previas también se horrorizaron con las imágenes de aquel fatídico agosto de 1961, cuyo símbolo fotográfico es la foto del joven policía, Conrad Schuman, abriéndose paso desesperado entre los alambres de púas en el centro de Berlín.
No cuesta mucho suponer que en Afganistán se instalarán campos de exterminio al estilo de Camboya. Es muy probable que muchos sigan intentando huir, y que terminen como los miles que lo hicieron a través del Muro. También, muy presumiblemente, terminarán con las mismas secuelas sicológicas provocadas en Schuman. Aquel joven de 22 años nunca se recuperó emocionalmente y en 1999, agobiado por la vida que le tocó, prefirió el suicidio. Hoy, un monumento en la intersección de las calles Ruppiner Straße y Bernauer Straße, donde ocurrió su salto, lo homenajea a él y a las otras 5.075 personas que lograron escapar.
No es extraño el deleite por la barbarie observado entre los defensores del Muro y de los talibanes. Tampoco es casualidad que la ideología totalitaria haya producido una variante asiática más mortífera que Ulbricht; los Khmer Rojos.
La gran pregunta, entonces, es qué puede y debe hacer una democracia con los bufones que dicen no sólo execrar la democracia burguesa, y obviamente el capitalismo, sino que festejan hechos tan sanguinarios. Es la vieja cuestión de los límites de la tolerancia en democracia.
Podría afirmarse que la salud de una democracia pasa por el estado de derecho. Y si bien corresponde tomar los dichos del bufón como una simple chocarrería, destinada a provocar más allá de lo imaginable, no debe perderse de vista que el crispado ambiente nacional puede abrir la puerta a más desquiciados. Alentar el desorden y el desgobierno, está a la orden del día. Pensar otra cosa es sencillamente no captar la naturaleza política de las organizaciones totalitarias.
Fuente: El Libero (23 de agosto 20219
Columna de Opinión

Inflación, créditos más caros, alza del dólar: el costo oculto de los retiros. Por Marcela Gómez

Inflación, créditos más caros, alza del dólar: el costo oculto de los retiros. Por Marcela Gómez
LAS OPINIONES EN ESTA SECCIÓN SON DE RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE EL PENSAMINETO DE LA UNIÓN.
Los datos del Banco Central revelan que las tasas de interés han aumentado 2% desde el primer retiro y desde abril, las de largo plazo en pesos acumulan un alza de 120 puntos base. El alza en las tasas de mercado para créditos comerciales e hipotecarios significa que el costo de los créditos que otorga la banca será más alto y podrían exigirse mayores garantías

La liquidez que aportan los ahorros que estaban en las AFP contribuyen a fenómenos que afectan el poder adquisitivo de las familias y su acceso a créditos.

Costo oculto de retiros. Créditos: Agencia Uno

Agencia Uno

Los impactos de los retiros de ahorros desde las AFP en las variables financieras pudieron ser contenidos al inicio, pero su acumulación va generando efectos permanentes difíciles de mitigar y menos de deshacer. Esto es lo que repiten economistas y que entidades como el Banco Central y la Comisión para el Mercado Financiero, entre otras, advirtieron a los diputados que debaten un nuevo retiro parcial o total.

¿Qué tanto importan esos riesgos para familias y personas que no compran acciones, ni invierten en fondos mutuos o bonos, ni tienen grandes ahorros en el banco? Es decir, para la gran mayoría que vive de su sueldo, pensión o de los ingresos que generan en forma independiente.

La respuesta es que los impactos financieros terminan llegando al conjunto de la población por diversas vías. Muchos ya se están percibiendo, aunque no parezca obvio que relacionen con los retiros. Pero además, se trata de efectos que se retroalimentan entre sí porque en el mercado financiero todo está interrelacionado.

Alza constante de precios

Que los productos de consumo habitual por parte de las familias se han ido encareciendo no es solo una percepción: el IPC de julio llegó a 0,8% y acumula una variación en 12 meses de 4,5%. Con esto además la UF romperá la barrera de los $30 mil en la segunda quincena de agosto, lo que encarece arriendos, créditos hipotecarios y seguros que se pactan en esa unidad.

La retiros desde las AFP y en lo más reciente la mayor liquidez disponible por las ayudas del Fisco generan una alta liquidez (disponibilidad de dinero en efectivo). El desconfinamiento ayuda a que esos recursos impulsen el consumo. Es decir, aumentan las compras, hay una mayor demanda por productos y servicios, lo que junto con problemas de logística que existen en algunas áreas, hace que los precios se eleven.

 

 

El Banco Central sostiene que la depreciación del tipo de cambio (un mayor precio del dólar a nivel local, o reducción del valor del peso) pone “presiones adicionales sobre la inflación”. Esto porque los precios de los productos que importamos (como combustibles, automóviles, computadores, entre otros) están en dólares y ahora necesitamos más pesos para adquirirlos, lo que los encarece.

La expectativa es que las alzas de precios se mantengan y que en diciembre la inflación anual del IPC total sea de 4,4%. Más inflación erosiona el poder de compra de los salarios y afecta especialmente a los más vulnerables, que destinan un mayor porcentaje de sus ingresos a consumo.

Un dólar más caro

“El tipo de cambio continua impulsado en gran medida por factores locales, en donde se destaca la incertidumbre provocada por la discusión de un nuevo retiro de fondos previsionales”, dice Banchile Inversiones en su reporte de agosto. El Banco Central precisa que desde la aprobación del tercer retiro a fines de abril, se ha acumulado un desvío del tipo de cambio cercano a $50 respecto del nivel que tendría de acuerdo a las variables que lo sustentan.

El gerente general de Ruvix, Sergio Tricio, explica que los fundamentos que inciden en el valor del dólar a nivel local sugieren un precio m+as bajo que el actual: el cobre estuvo hasta hace pocas semanas en máximos históricos, el dólar estaba debilitado a nivel global y Chile está subiendo las tasas cuando en Estados Unidos aun no.

“Todos esos factores, además de la enome liquidación de dólares que ha existido este año por los retiros y las ventas de Hacienda, deberían tener al dólar más bajo”, dice. Cree que ese diferencial “perfectamente debería ser de $100 o más”, con el dólar ubicándose más cerca de $650-$700. “Si está más alto hoy se debe al ruido político y a los riesgos que está viviendo Chile en la discusión política. Hay mucha incertidumbre y eso termina debilitando a nuestra moneda”, afirma.

 

 

¿Por qué sube el valor del dólar si con los retiros hay una liquidación de activos denominados en esa moneda y a mayor abundancia de dólares su precio debería bajar? “Al margen de que sea una venta de dólares, la segunda lectura, y más estructural, es que puede ser una compra, porque el inversionista empieza a ver frágil el mercado de capitales local”, explicó Manuel Astaburuaga, director de trading regional de Credicorp Capital, en Pauta de Negocios, de Radio PAUTA.

Es decir, si olfatean riesgo, muchos inversionistas compran dólares y no es de extrañar que crezca la “dolarización”, al aumentar la tenencia de saldos líquidos y ahorros en dólares por parte de las personas.

Mayor costo de créditos

Las AFP y compañías de seguro son los mayores actores del mercado local. Con los retiros deben vender los instrumentos (acciones y bonos) en que tenían invertidos los ahorros de los chilenos, para poder entregarles efectivo. Una venta masiva con pocos compradores termina rebajando el precio de venta y presionando las tasas de interés al alza.

Los datos del Banco Central revelan que las tasas de interés han aumentado 2% desde el primer retiro y desde abril, las de largo plazo en pesos acumulan un alza de 120 puntos base. El alza en las tasas de mercado para créditos comerciales e hipotecarios significa que el costo de los créditos que otorga la banca será más alto y podrían exigirse mayores garantías. A julio, las tasas hipotecarias han aumentado a 2,8% desde el 1,9% de noviembre de 2019. Esto implica que la base desde la cual parte el banco para entregar un crédito de largo plazo para comprar una vivienda es más alta.

“Los retiros han disminuido el caudal de flujo de inversiones desde las AFP a muchas corporaciones incluyendo los bancos. En consecuencia, al existir menos liquidez en estas empresas se produce un aumento en las tasas de interés”, explica el director de Finanzas Corporativas de OpenBBK, Álvaro Acosta.

Precisa que, en la práctica, si veíamos tasas cercanas al 2% en 2019-2020, hoy en promedio los créditos tienen el doble de interés. “Esto implica, agrega, que las personas contrataban un hipotecario al 1,9% de interés anual y ahora lo hacen a casi un 4%. Es decir, están pagando anualmente un aumento del 25% en el costo del dividendo”, sostiene. Adivierte que se trata de un escenario que se debe mirar concautela, ya que la importante inyección de liquidez hacia las personas “aporta a la inflación, lo que a su vez aumenta las deudas de largo plazo de las mismas personas, puesto que los créditos hipotecarios son en UF”

Fuente: Pauta.cl

Un aporte de nuestro Director Raúl Godoy C.