Columna de Opinión

Allende y las Fuerzas Armadas por Tomás Bradanovic — LA OLA ABORTISTA por Gonzalo Rojas Sánchez

Allende y las Fuerzas Armadas por Tomás Bradanovic — LA OLA ABORTISTA por Gonzalo Rojas Sánchez
Las opiniones en esta columna, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión.
Optimismo Por eso no me explico el pesimismo y el terror con que mucha gente de derecha mira la posibilidad que alguien de izquierda gane la próxima elección. No se va a caer el mundo si ganan, bueno a ellos si se les va a caer porque como son incapaces y corruptos terminarán de desprestigiarse definitivamente. No hay mejor manera de desprestigiar a alguien de izquierda que dejarlo que gobierne sin tener los fusiles, eso nunca ha fallado, ni jamás fallará, van derecho al colapso, aunque ganaran.

Salvador Allende no era un ingenuo idealista. Los documentos de Mitrokhin muestran que comenzó a trabajar para la KGB en 1953, no como agente sino como amigo. Hay harta confusión en los roles del espionaje extranjero, el agente de un servicio de inteligencia es normalmente un agregado diplomático que -excepto en caso de guerra- en el extranjero se dedica solo a buscar, reclutar y controlar espías, operativos o amigos, que son naturales o nativos del país donde se hace la operación. Los nativos están en el escalón más bajo y son los que corren real peligro, porque hacen cosas ilegales y si algo sale mal normalmente los dejan caer.
Personajes como James Bond son pura fantasía, lo normal es que un agente de servicio de inteligencia operando en el extranjero sea un caballero tranquilo, que vive entre su oficina de la embajada y su casa, jamás porta un arma y menos se mete a hacer cosas clandestinas, porque para ensuciarse las manos están los nativos. Un espía es alguien que traiciona a su país vendiendo secretos, saboteando o cosas por el estilo. Un operativo puede ser -por ejemplo- un periodista que arma campañas de guerra psicológica y/o vende análisis de situación, mientras que un amigo es alguien que vende informes sobre chismes, cosas confidenciales y aprovecha su situación influyente en beneficio de los intereses de país que lo reclutó. Todos estos roles son pagados en dinero, beneficios y regalos. Allende, según los papeles de Mitrokin fue un amigo de la KGB desde 1953 hasta el día de su muerte.
Todo esto explica de donde salía la “muñeca política” que lo hizo tan famoso en su época y que le permitió sortear con éxito las muchas dificultades políticas que enfrentó en su carrera, sin duda tenía buenos consejeros y estaba muy bien dateado.
Nunca en su trayectoria política Allende atacó a las Fuerzas Armadas, ni siquiera los atacó por su rol ejecutor durante la Ley de Defensa Permanente de la Democracia. Siempre les mostró gran respeto y apenas fue elegido hizo lo imposible por congraciarse con ellos, miren por ejemplo esta declaración de 1970:
“He señalado insistentemente la limpia tradición patriótica, democrática y profesional de nuestras Fuerzas Armadas y he planteado mi propósito de cumplir con la obligación nacional de facilitarles su perfeccionamiento técnico y respetar su función específica, para hacer cada vez más eficaz su misión de cautelar la soberanía y la integridad territorial del país” ç
“(,,.) Punto dos: acuerdo en que las FF. A A. tienen que integrarse a la dirección de los aspectos claves de la economía nacional, en contra del pensamiento oligárquico clásico de que son organismos de represión sin derecho a voz ni voto”
Hay un documento muy interesante escrito por Robinson Rojas en 1971 que pueden leer aquí. Esta actitud la tuvo hasta el último día de su mandato, intentando atraerlos a su causa de modo que se decidieran a hacer un golpe militar favorable a su gobierno y en contra de la oligarquía, como llamaba a sus opositores. Su último intento fue el inédito nombramiento de militares, marinos y aviadores en altos cargos de gobierno: general Prats como ministro del interior, almirante Huerta en OOPP y transportes, general del aire Sepúlveda en minería, entre otros.
Todo esto porque sabía perfectamente que el gobierno de la Unidad Popular estaba condenado al fracaso si no podía contar con el apoyo incondicional de las Fuerzas Armadas, la “revolución con empanadas y vino tinto” era una fantasía sin fusiles, eso lo sabían sus empleadores de la Seguridad del Estado soviética y sus amigos Castro de Cuba, lo tenían más que claro.
La izquierda y las Fuerzas Armadas hoy
A partir de 1990, pese a que Aylwin y Frei hicieron algunos intentos por mantener una convivencia pacífica con las Fuerzas Armadas y de Orden, fueron rápidamente superados por el resentimiento y revanchismo de corto plazo. Apareció la Comisión Rettig primero y luego la escandalosa comisión del Cura Valech, que estableció un sistema de corrupción y compra masiva de votos que hasta el día de hoy mantiene desangrando a las arcas fiscales.
Como, al menos durante los primeros años, el asunto de “los derechos humanos” resultó una bandera electoral muy exitosa, que encumbró a un grupo de tipos siniestros como Girardi, Navarro, Letelier y muchos otros hipócritas, el país entró en una especie de histeria dedicada a demonizar al gobierno militar, a humillarlos, meterlos presos con la complicidad de jueces sinvergüenzas y trepadores, en fin, todos conocemos lo que pasó y que hoy sigue pasando.
No se han dado cuenta que el odio que están generando dentro de las Fuerzas Armadas hacia los políticos, los está condenando a que jamás sean una alternativa de poder. Imaginen que Artés, Boric, Hertz o cualquier otro orate de esos llegue a la presidencia ¿Qué cambios podrían hacer? Ni uno solo, serían eunucos sin posibilidad de hacer nada, tendrían “el gobierno pero no el poder” como solía decir Allende.
Esto muestra la miserable capacidad intelectual y política de la izquierda actual, incapaces de ver más allá de sus propias narices, asierran la rama donde están precariamente parados. Incapaces de sacar alguna lección del Perú, donde el presidente Castillo llegó prometiendo la revolución proletaria y no ha sido capaz de mover un solo dedo, porque la izquierda sin fusiles no funciona, su naturaleza es dictatorial y debe mantenerse en permanente estado de guerra, lo que termina arruinando los países como ha pasado a Cuba y Venezuela, por solo mencionar los ejemplos más cercanos.
Optimismo
Por eso no me explico el pesimismo y el terror con que mucha gente de derecha mira la posibilidad que alguien de izquierda gane la próxima elección. No se va a caer el mundo si ganan, bueno a ellos si se les va a caer porque como son incapaces y corruptos terminarán de desprestigiarse definitivamente. No hay mejor manera de desprestigiar a alguien de izquierda que dejarlo que gobierne sin tener los fusiles, eso nunca ha fallado, ni jamás fallará, van derecho al colapso, aunque ganaran.
Y sobre José Antonio Kast y el Partido Republicano, los veo en mejor posición que nunca porque somos los grandes ganadores del desprestigio de la izquierda y el centrismo eunuco. Es un proyecto de largo plazo, que -así como vamos- va a gobernar por décadas y volverá a levantar al país, porque el capital humano nos sobra. Ya lo verán. Por mientras tomemos palco, porque la izquierda y el centro…

Fuente: https://bradanovic.blogspot.com/

www.elpaisonline.cl/opinion-new/politica/2487-allende-y-las-fuerzas-armadas

Un aporte de nuestro Director Gastón Mendoza

LA OLA ABORTISTA

Gonzalo Rojas Sánchez

VivaChile.org Vida, 02/10/2021

Fueron advertidos todos los que han propiciado irresponsablemente el aborto en tres causales: les dijimos que ese sería sólo el primer paso para establecer después la autorización del crimen más brutal, hasta las 14 semanas; y después, obviamente, vendrán nuevas propuestas para extender la barbarie. Así, hasta el infanticidio, ya propuesto en publicaciones ‘científicas’.

Ésa ha sido la tendencia en todo el mundo, pero quienes en Chile han colaborado con esta barbaridad -desde algunos mundos liberales y desde otros ambientes, que se dicen llamar cristianos- se han negado sistemáticamente a reconocer la evidencia con que se expresa la ola abortista.

Frente a ellos, resuenan una vez más las lúcidas palabras de Julián Marías, referidas al aborto: “Creo que, dentro de poco tiempo, una oleada de vergüenza histórica invadirá a los hombres.”

¿De qué nos avergonzamos ya hoy, cuando resulta casi inminente la legalización del aborto hasta las 14 semanas en Chile?

De nuestra ineptitud para demostrar el valor de la vida, de toda vida;

De la precariedad de nuestras redes de protección a las madres abandonadas;

De nuestra incapacidad para entender los vínculos entre la ideología de género, el feminismo y el aborto. Quienes, como el rector Ignacio Sánchez, se han opuesto con valentía a las tres causales, pero al mismo tiempo han abierto paso a la ideología de género y al feminismo radical, no han logrado entender cómo se encadena el crimen del aborto con el generismo y el feminismo;

De nuestra escasa voluntad para generar movilización provida en las calles y en las redes;

De la mínima influencia en la discusión pública de nuestras Facultades de Humanidades, Ciencias Sociales y Derecho;

De la escandalosa falta de formación de algunos que se autodenominan ‘políticos cristianos’ o ‘legisladores de centroderecha’.

De eso, y de tantas otras cosas, nos debemos avergonzar.

Por cierto, hay quienes en estas materias mucho han hecho y les pedimos perdón por no haberlos acompañado adecuadamente. Pero es necesario mantener nuestras heridas abiertas para remover nuestras conciencias, las de quienes poco o nada hemos hecho en este tema; y, también, para condenar la colaboración al mal de quienes podía esperarse un mínimo de sensatez y coherencia.

Sí, hay que condenar a quienes promueven la condena a muerte de los embriones en el vientre materno. Hay que hacerlo, porque la nuestra, qué duda cabe, es una benigna condena comparada con el vil asesinato al que ellos contribuyen.