Seguridad y defensa

CARABINEROS COMPRÓ ARMAS DE ELECTROCHOQUE POR US$125 MIL DURANTE BACHELET II, PERO SU USO FUE DESECHADO LUEGO DE LA REVUELTA DE 2019

CARABINEROS COMPRÓ ARMAS DE ELECTROCHOQUE POR US$125 MIL DURANTE BACHELET II, PERO SU USO FUE DESECHADO LUEGO DE LA REVUELTA DE 2019

Diego Ortiz

Interferencia, 21/03/2022

“Ahora se comenzarán a usar en Chile”, asegura un periodista de Canal 13 mientras de fondo, en la nota, pasan videos de personas recibiendo el impacto de un arma de electrochoque, también conocida como taser.

Acto seguido, en el reportaje televisivo enfocan a funcionarios de Carabineros, vestidos con boinas y chalecos antibalas, probando el arma durante una demostración al equipo del canal.

No disparan sin antes advertir su uso mediante tres gritos secos: “¡Taser! ¡Taser! ¡Taser!”.

Un mes antes del estallido social, medios nacionales dieron cuenta del inminente uso de estas armas en las calles con notas sobre las capacitaciones de Carabineros. Según fuentes al interior de la institución, luego del 18/O, el exsubsecretario Rodrigo Ubilla junto a una facción de la policía se opusieron a su uso; decisión que parecería ser definitiva a 4 años de adquiridas.

“Si ahora usted escucha esta palabra tres veces, es porque se realizará un disparo con el taser”, asegura el periodista en la nota.

Corría el 16 de septiembre de 2019.

Carabineros adquirió un número indefinido de armas de electrochoque marca Taser International por USD $125.000. La compra se realizó en agosto de 2017, a fines del segundo gobierno de Bachelet.

Un mes después, con la llegada de masivas protestas que dieron pie al estallido social, las certezas de Carabineros para el uso de armas de electrochoque se esfumaron. El grito de “¡Taser! ¡Taser! ¡Taser!” no se escuchó aquel 2019 en calles chilenas, y pareciera que definitivamente no se escuchará; sin importar lo ya invertido en este armamento.

Según información obtenida por INTERFERENCIA vía Ley de Transparencia, la institución adquirió un número indefinido de armas de electrochoque marca Taser International por USD $125.000; unos $80 millones y medio de pesos al cambio de la fecha.

La compra se realizó en agosto de 2017, a fines del segundo gobierno de Bachelet.

Empujado por las circunstancias, sería la administración de Piñera la que impediría su entrada en servicio.

Fuentes al interior de Carabineros aseguran que las protestas nacidas el 18 de octubre de 2019 jugaron un importante rol en el inminente uso de armamento de electroshock.

Múltiples y sostenidas denuncias contra Carabineros por violaciones a los derechos humanos durante labores de control de orden público en manifestaciones cambiaron la postura frente a las pistolas Taser ya adquiridas. El exsubsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, es señalado como uno de los principales opositores a su uso.

La brutalidad que conlleva el uso de armas que electrocutan personas habría llevado a Ubilla a oponerse a su entrada en servicio, opinión que, según quienes conocieron el proceso, era compartida por funcionarios de relevancia en Carabineros.

La brutalidad que conlleva el uso de armas de electroshock habría llevado a Ubilla a oponerse a su entrada en servicio, opinión que era compartida por funcionarios de relevancia en Carabineros.

Y es que, a pesar de ser catalogadas como armamento no letal, las armas de electrochoque pueden causar la muerte. Y lo han hecho. Según un informe de Amnistía Internacional presentado el 2012 y replicado por la BBC, 500 personas murieron entre 2001 y 2012 luego de ser impactados por un Taser.

No sólo el armamento puede resultar mortal utilizado con personas que carguen con preexistencias médicas, como problemas cardiacos o epilepsia, sino que el mal uso de estas armas también aumenta su peligrosidad.

Esto último algo relevante y que seguramente tuvo en cuenta el exsubsecretario Ubilla y altos funcionarios de Carabineros a la hora de desechar su uso.

Para ese momento, en pleno estallido social, con miles de denuncias en contra de la entidad policial por brutalidad y violaciones a los DD. HH., el mal uso de armamento para control del orden público era una certeza.