¿Quo Vadis Ejército de Chile?
Nuestro glorioso ejército, pronto a cumplir 215 años, siempre vencedor y jamás vencido, que libró exitosamente las guerras de la independencia, que junto al Ejército de San Martin liberó el Perú, que posteriormente derrotó a Perú y Bolivia en más de una oportunidad, y fue clave en convencer a la Argentina que no era una buena idea invadirnos en 1978, que todos los días se entrena para asegurar la soberanía y proteger el territorio nacional, y que lleva más de cinco años desplegado entre estados de catástrofe y de emergencia, no pasa por su mejor minuto después de que la misma institución detectó y denunció recientemente a suboficiales por estar involucrados en labores de narcotráfico.
Claramente el tema de los traidores, calificativo que dio el comandante en jefe a los siete que están detenidos por participar en el transporte de drogas desde el norte al centro de Chile, tiene tomada la agenda de la institución con el Ministerio de Defensa y el gobierno.
Entendiendo la importancia del tema narco y los impactos que tiene en nuestro ejército, su moral, y por sobre todo, en el estado de ánimo institucional y de la gran familia militar, hay temas que en mi opinión son más importantes, urgentes y críticos cuando se mira al Ejército de Chile como una institución que se prepara la defensa de Chile y sus intereses, y más precisamente para la guerra, para ser letales, para generar respeto y dar la seguridad de que, si atacan Chile, sean actores estatales o no estatales, harán que paguen caro, muy caro, quienes osaran tal cosa.
Los temas importantes, críticos y urgentes que preocupan más allá de lo narco, y a los que me refiero son:
1.El Ejército está afectado por los mismos recortes presupuestarios que afectan a las otras instituciones de la Defensa Nacional, que se dan principalmente en los subtítulos 21 y 22, es decir sueldos y gastos generales, con las obvias implicancias que ello conlleva en dotaciones, entrenamiento para lo militar, y mantenimiento del material, tema que, si no se corrige oportunamente para el presupuesto del 2026, pagaremos caro de cara al futuro y en lo inmediato.
2. Se les está pidiendo estar desplegados en las fronteras con el Perú y Bolivia, al mismo tiempo que mantienen un contingente relevante en la Macrozona Sur, todo lo cual implica necesidades de tropas más allá de las que estén desplegadas, ya que un despliegue implica las que están en preparación de pre-despliegue, y las que están saliendo a descanso y reentrenamiento en lo militar, todo ello en un ejército preparado para la guerra y no labores de seguridad interior, que es bajo en personas y alto en tecnología, exactamente lo contrario a lo que teníamos en el siglo XX, que tenía regimientos en casi todas las ciudades de Chile y en una época en que constitucionalmente era parte de la fuerza pública, cosa que eliminó la constitución del 80, dejándolo sólo para lo excepcional, cosa que el gobierno y el Congreso parecen no entender.
3. En relación con el punto anterior, y más allá de lo que es correcto desde la perspectiva constitucional, el problema del tipo de dotaciones del Ejército de Chile es un tema importante. Es distinto dotar a un ejército para guerras modernas del tipo que se observan en Ucrania o en las que está involucrado Israel, que tenerlo de espantapájaros en las provincias de Malleco y Cautín, o en labores de acompañamiento a las policías de las fronteras del norte y noreste. La guerra moderna necesita de militares tecnológicos y digitales, en cambio la seguridad interior, de tropas militares entrenadas para ser parte de la fuerza pública que enfrenta inmigrantes ilegales, criminales transnacionales, y narcotraficantes. Dos cosas muy distintas, pero no muy distintas a lo que otros ejércitos han debido enfrentar, como fue el caso del Ejército de los Estados Unidos, que tuvo que pasar de estar preparado para guerras con la Unión Soviética, a ser desplegados en las guerras de Iraq y Afganistán, y ahora de regreso a estar preparados para enfrentar a Rusia, China, Corea e Irán.
4. Está claro que debemos definir qué tipo de ejército necesitamos, con las implicancias que ello tiene tanto en las personas como en el tipo de equipamiento, pero en lo inmediato debemos abordar la urgencia que tenemos con la dotación actual, en donde no daré las cifras exactas por confidencialidad, pero podríamos decir que tenemos solo 2 mil de los aproximadamente 7 mil soldados de tropa profesional que tiene autorizada la planta. La tropa profesional son soldados conscriptos que se quedan unos años más en el Ejército, obviamente en otras condiciones, pero con la ventaja de que ya están entrenados. Por otro lado, este año y en los anteriores el ingreso de jóvenes, hombres y mujeres, ha sido menor a 5 mil por año, lejos de los números del pasado, en donde podíamos tener más de 10 mil anuales. Con estos números es difícil mantener un ejército desplegado en el sur y en el norte sin afectar los que están en las escuelas siendo capacitados para ser integrantes de un ejército que deben ser capaz de defender el territorio, la soberanía y el interés nacional.
5. Cambiando de tema, y viendo las lecciones que nos dan las guerras modernas, no me queda claro que la defensa nacional y en particular el Ejército de Chile esté equipado para desplegar entre otros masivamente drones, misiles y municiones guiadas, como también enfrentar correctamente ese tipo de amenazas. Tenemos un ejercito con capacidades superlativas en lo humano y en lo material cuando comparados con nuestros vecinos y potenciales amenazas, pero son capacidades que rápidamente se pueden ser superadas si no enfrentamos de inmediato las debilidades que podríamos tener cuando comparados a los equipamientos de ejércitos como el de Israel o de Ucrania.
Expertos como el general Griffiths o el coronel Masalleras de AthenaLab han hablado en extenso de lo que debe ser un ejército moderno y en qué consiste la guerra moderna, como también la necesidad de tener un Ejército de Chile más preparado para hacerse cargo de la frontera norte y noreste. Por preparado me refiero a dotaciones, orgánica, equipamiento, instalaciones, entrenamiento y claridad en los aspectos legales, como también de la necesidad de manejar las fronteras desde lo conjunto, usando las capacidades disponibles de mando y control del Comando Conjunto Norte que reporta al EMCO.
A este Ejército de Chile, a nuestro ejército siempre vencedor y jamás vencido, le debemos claridad en lo que esperamos de ellos, sus áreas de misión, como también les debemos el presupuesto que ellos necesitan para operar y continuar siendo una fuerza de combate moderna y letal, pero a la vez si los vamos a querer de regreso en la fuerza pública como lo era en la constitución del 25, entonces también les debemos las dotaciones necesarias, con el consecuente entrenamiento, capacidades y respaldo legal que esas funciones requieren. Se supone que Carabineros de Chile es el responsable constitucional de proveer y garantizar la seguridad y el orden público en el territorio de la república, pero si ello ya no es el caso, y se va a necesitar de la concurrencia de las fuerzas armadas y del Ejército de Chile en particular, entonces sinceremos las cosas y nos los mandemos a sacar las castañas del fuego sin soldados, sin equipamiento, sin entrenamiento, sin respaldo legal, y con pocas capacidades de inteligencia que nos indique los riesgos de donde les pedimos operar, y de contrainteligencia que los protejan de quienes los quieren corromper y traicionar a sus camaradas de armas, y el buen nombre de quienes los antecedieron.
El Ejército de Chile del futuro requiere que también busquemos resolver los problemas del pasado. Por ello me refiero a sacar de Punta Peuco, Colina 1 y otros penales a los militares del 73 que están enfermos, a los que están viejos, y los que están injustamente presos. Necesitamos demostrar humanidad y agradecimiento con ellos, algo que los soldados del presente y el futuro observan, y tendrán en consideración el día que la patria los llame al servicio.
Fuente: El Líbero

Experto en Defensa y Seguridad Nacional; concejal por Las Condes
Un aporte de nuestro Presidente CN. George Brown Mac Lean
Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional