Columna de Opinión

DIRIGENTES Y PASTORES por Jorge Reyes y Sergio García, Abogados El Líbero, Opinión

DIRIGENTES Y PASTORES por Jorge Reyes y Sergio García, Abogados El Líbero, Opinión, 06/04/2022 —-“COCINA” CONSTITUCIONAL ( El Mercurio, Editorial, 05/04/2022)

Las opiniones en esta columna, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión

Tan o más grave que la violencia física y material nunca vista en los últimos 30 años, fue poder observar y ver sufrir a una sociedad sin hombres de suficiente fuste, coraje y visión

Mucho se habla y escribe de los grandes errores que se observan en la Convención Constitucional. Producto de la ignorancia, por una parte y rencores por la otra, donde siempre el perdedor es el derecho. Y con ello se conduce a la confusión que ya nada respeta.

Sin embargo, resulta imperativo analizar cómo se llegó a ello. Y no se trata sólo de destacar al 22% del rechazo, hoy una especie de pitoniso.

Eso no es lo curioso, sino la profunda ceguera que llevó a un grupo de chilenos que se pensaba cultos y con supuestas convicciones -llámense dirigentes gremiales, hombres públicos, columnistas, o religiosos- a perderse en la penumbra, y con ello conduciendo a otros a la pérdida de esperanzas y bienes logrados después de una vida de trabajo.

Ahora se habla de “arrepentidos”. En buena hora, pero el daño ya está hecho. De hoy a la reconstrucción en medio del desorden, fuego y balas, de haberla sería muy lenta y con pérdidas de vidas y estructuras.

Tan o más grave que la violencia física y material nunca vista en los últimos 30 años, fue poder observar y ver sufrir a una sociedad sin hombres de suficiente fuste, coraje y visión

Un Poder Ejecutivo que ofreció la Constitución de 1980 con sus más de 200 reformas y plebiscito que se acordaron entre los partidos democráticos de todos los sectores, a cambio de controlar, sin éxito, una asonada callejera planificada desde fuera y dentro del país, lo que ocurrió en varias naciones latinoamericanas que sí supieron aplacarla.

Una judicatura compuesta por los tres tribunales del más alto rango institucional, halagando el mal llamado Acuerdo por la Paz el mismo día de su firma sin reflexión alguna, con ostensibles vicios de nulidad.

Un conjunto de políticos y parlamentarios redactando durante la madrugada dicho documento en medio de una grave fuerza moral, sin ninguna visión de lo que ocurriría con ello.

Y la Conferencia Episcopal que por la unanimidad de los obispos en vez de conducir a su rebaño, se plegaba -también ese mismo día- a la euforia de la “nueva constitución”, a través de una profusa declaración promoviéndola, y sin meditar siquiera acerca de quiénes eran los llamados a redactarla, ni prever que los tres valores que Benedicto XVI llamó a no transar -la vida, la familia y la libertad de culto- estarían en grave peligro de ser atacados en forma inmisericorde, como ha ocurrido finalmente.

Por lo anterior, pensamos que tan o más grave que la violencia física y material nunca vista en los últimos 30 años, fue poder observar y ver sufrir a una sociedad sin hombres de suficiente fuste, coraje y visión. En suma, una élite desarticulada y con falta culpable de certezas.

Que Dios guíe a nuestras autoridades y a una clase dirigente y espiritual, que no han sabido responder a sus responsabilidades. Y no se trata de llorar sobre la leche derramada, sino de convocar a su deber a quienes no supieron -ni de cerca- cumplir, no sólo de acuerdo con las expectativas, sino que a sus obligaciones irrenunciables.

Fuente: DIRIGENTES Y PASTORES por Jorge Reyes y Sergio García, Abogados El Líbero, Opinión, 06/04/2022