Columna de Opinión

CONVENCIÓN, UN FINAL INCÓMODO El Mercurio, Editorial, 05/07/2022—EL ESCÁNDALO DE ACOSO SEXUAL QUE PROPICIÓ LA RENUNCIA DE DOS MINISTROS BRITÁNICOS Y QUE DESATÓ UNA NUEVA CRISIS EN EL GOBIERNO DE BORIS JOHNSON. Redacción BBC News Mundo, 05/07/2022

CONVENCIÓN, UN FINAL INCÓMODO El Mercurio, Editorial, 05/07/2022—EL ESCÁNDALO DE ACOSO SEXUAL QUE PROPICIÓ LA RENUNCIA DE DOS MINISTROS BRITÁNICOS Y QUE DESATÓ UNA NUEVA CRISIS EN EL GOBIERNO DE BORIS JOHNSON. Redacción BBC News Mundo, 05/07/2022

Las opiniones en esta columna, es de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión

La de ayer fue una autocontención tardía, forzada en lo formal y que no repara las graves deficiencias de fondo en su propuesta.

CONVENCIÓN, UN FINAL INCÓMODO

El Mercurio, Editorial, 05/07/2022

Constituye una inmensa paradoja del proceso constitucional el hecho de que el órgano especialmente elegido para llevar a cabo la tarea, que se concibió a sí mismo como el mejor espejo de la sociedad chilena y que corregiría el divorcio entre esta y sus instituciones políticas, haya terminado transformándose en factor de incomodidad y descrédito.

La ceremonia con que la Convención dio por terminado su trabajo y entregó al Presidente de la República su propuesta fue una clara muestra de aquello.

En un acto breve y algo opaco, se buscó evidentemente marcar un contraste con los bochornosos incidentes que acompañaron su instalación en 2021 y las desmesuras que siguieron caracterizando su funcionamiento. Las pifias y gritos de hace un año fueron reemplazados por aplausos entusiastas al himno patrio y por una profusión de banderas chilenas, mientras que la palabra “refundación” —aquella que la primera presidenta, Elisa Loncon, usara para definir su misión— estuvo ausente de los discursos.

La de ayer fue una autocontención tardía, forzada en lo formal y que no repara las graves deficiencias de fondo en su propuesta.

Tampoco se habló del 18 de octubre ni se reivindicó a los “presos de la revuelta”, cuya violencia antes se exaltara como origen de todo el proceso.

La de ayer fue sin embargo una autocontención tardía, motivada por el complejo panorama que muestran las encuestas para la opción Apruebo. Una moderación de último momento que, si en lo formal pareció forzada —hace un mes, la misma mesa de la Convención excluía de su acto de cierre a los expresidentes de la República, medida solo revisada luego del escándalo suscitado—, en nada repara las graves deficiencias de fondo que presenta la propuesta constitucional, expresión de un ánimo radicalizado.

Los discursos de la presidenta, María Elisa Quinteros, y del vicepresidente, Gaspar Domínguez, tuvieron similitudes, en cuanto a reconocer la existencia de problemas durante el trabajo de este órgano, pero intentando diferenciar esto de los contenidos del texto, respecto de los cuales a su vez evitaron mencionar los conceptos más controvertidos.

Así, aludiendo a ideas en abstracto poco discutibles, como la descentralización o el reconocimiento de la diversidad, omitieron sin embargo hablar de la “plurinacionalidad”, término que no solo fue protagónico todo el último año, sino que recorre la propuesta, pero que genera rechazo en la población, que percibe allí la negación de la igualdad básica entre todos los ciudadanos.

Por cierto, tampoco hubo referencias a un diseño del sistema político que constituye, a lo menos, un experimento de difícil pronóstico, cuando no un riesgo para la estabilidad democrática; un modelo de autonomías territoriales difícilmente compatible con la definición de Estado unitario, o un sistema judicial bajo la dependencia de un todopoderoso Consejo de la Justicia.

Y es que si bien resulta justo demandar que la propuesta constitucional sea evaluada independientemente de las demasías en la conducta de muchos de los convencionales, ello también supone que cada uno de los contenidos sea analizado con rigor y que no se pretenda excusar un texto insatisfactorio aludiendo al modo democrático en que fueron elegidos sus autores.

En lo que pareció un guiño a la campaña de “aprobar para mejorar”, los discursos admitieron la existencia de imperfecciones en la Constitución que se propone. Quinteros sin embargo señaló esperar que esta sea un “piso mínimo”, definición de la que debieran tomar nota quienes hoy fundamentan su intención de aprobar en la posibilidad de reformar el texto con posterioridad al plebiscito de septiembre.

El breve discurso del Presidente Boric fue en línea con el giro dado la semana pasada al separar el proyecto constitucional del cumplimiento de su programa. Su insistencia ayer en que “el plebiscito no es un juicio al Gobierno, es el destino de Chile para las próximas cuatro décadas”, pudo leerse como una pertinente separación entre dos materias de distinta naturaleza.

Sin embargo, a la luz de los referidos sondeos, la afirmación también cabía ser vista como un intento por salir de la incómoda situación en que ha ido quedando esta administración producto del error de haberse amarrado prematuramente a una propuesta constitucional de futuro incierto.

Por lo mismo, no es fácil entender su tono posterior en la cadena nacional de anoche, donde volvió a observarse a un mandatario que, antes que garante de un proceso en que se enfrentan dos opciones legítimas, apareció otra vez evidentemente comprometido con la opción Apruebo.

EL ESCÁNDALO DE ACOSO SEXUAL QUE PROPICIÓ LA RENUNCIA DE DOS MINISTROS BRITÁNICOS Y QUE DESATÓ UNA NUEVA CRISIS EN EL GOBIERNO DE BORIS JOHNSON

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M

enos de un mes más tarde, un nuevo escándalo. El gobierno del primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, fue sacudido este martes por una crisis de consecuencias imprevisibles, iniciada por el escándalo sexual en el que se vio involucrado un parlamentario conservador cercano al premier.

El ministro de Hacienda, Rishi Sunak, y el ministro de Salud, Sajid Javid, renunciaron en un plazo de media hora cuestionando la competencia de Johnson para liderar al país.

Sunak dijo que los ciudadanos esperan que el gobierno sea dirigido de una forma “apropiada, competente y seria“; mientras que Javid afirmó que el gobierno no estaba “actuando en el interés nacional”.

Ambas dimisiones avivaron las expectativas de que el gobierno pueda caer en un lapso breve y animaron a los líderes de otros partidos a hacer llamamientos pidiendo la pronta renuncia de Johnson.

“Después de toda la sordidez, de todo el fracaso, está claro que este gobierno conservador se está derrumbando”, señaló el líder del Partido Laborista, Keir Starmer.

Por su parte, el jefe del Partido Liberal Demócrata, Ed Davey, calificó el mandato de Johnson como un “gobierno del caos que le ha fallado al país” y le conminó a renunciar.

Estos llamamientos ocurren menos de un mes después de que el primer ministro enfrentara una moción de censura en el que 41% de los legisladores de su propio partido votaron contra él.

Aquella censura fallida tuvo su motivación en los incumplimientos en los que incurrió el personal del Ejecutivo al realizar celebraciones y encuentros en la sede del gobierno en momentos en los cuales estas reuniones estaban prohibidas por las restricciones impuestas por el propio gobierno de Johnson durante la pandemia de covid-19.

BBC Mundo te responde las preguntas clave sobre esta nueva crisis que amenaza con hacer colapsar el gobierno de Johnson.

  1. ¿Cuál es el origen de la crisis? El pasado 30 de junio, el diario británico The Sun publicó una información según la cual el entonces subjefe de la bancada del Partido Conservador en el Parlamento, Chris Pincher, había manoseado a dos hombres en un club privado en Londres.

Pincher, quien había sido nombrado en ese cargo por Johnson en febrero de este año en medio de una reorganización del Ejecutivo, renunció inmediatamente.

A los pocos días, los medios británicos publicaron información sobre al menos otros seis casos de supuesta conducta sexual inapropiada por parte de Pincher ocurridos en los últimos años.

Pincher, quien fue suspendido por el Partido Conservador, ha pedido disculpas y ha dicho que cooperará plenamente con las investigaciones sobre su conducta y que está buscando “apoyo médico profesional”.

  1. ¿Cuál es la implicación de Boris Johnson? Aunque el primer ministro británico no es quien ha incurrido en conductas sexuales inapropiadas, el escándalo de Pincher le coloca en una situación difícil debido a que se está cuestionando su buen juicio, así como la transparencia con la que el gobierno ha manejado el caso.

El pasado 1 de julio, la oficina del gobierno dijo a la prensa que Johnson no sabía que hubiera acusaciones contra Pincher antes de su nombramiento. El portavoz del gobierno dijo que el primer ministro no era consciente de “acusaciones específicas” sobre Pincher.

Esa fue la misma línea que mantuvieron en los días siguientes varios miembros del gabinete.

Sin embargo, el 4 de julio, el portavoz del mandatario dijo que Johnson conocía sobre “acusaciones que fueron resueltas o no progresaron hasta la fase de queja formal” y que no se había considerado apropiado detener el nombramiento de Pincher debido a “acusaciones no sustentadas”.

Esa misma tarde, sin embargo, la BBC reveló que Johnson había sido informado sobre una queja formal sobre el “comportamiento inapropiado” de Pincher, mientras este trabajó en el ministerio de Exteriores entre 2019-2020. Esta queja llevó a un proceso disciplinario que confirmó que sí hubo un comportamiento inapropiado.

Posteriormente en una entrevista con la BBC, Johnson dijo: “Hubo una queja que me hicieron llegar a mi específicamente…fue hace mucho tiempo y me la presentaron de forma oral…pero eso no es excusa, yo debí haber actuado a partir de ella”.

El primer ministro calificó como “un error” haber nombrado a Pincher, de quien dijo que se había comportado “muy, muy mal”, por lo que pidió disculpas a las personas afectadas.

  1. ¿Por qué cuestionan al primer ministro? “Todo esto se trata de una cosa: la verdad”, señala Chris Mason, editor de Política de la BBC al analizar la crisis en marcha en el gobierno británico.

“Al margen de la marejada de detalles y acusaciones, todo se reduce a si la gente puede creer lo que dice el número 10 [como se llama coloquialmente al Ejecutivo británico]”, agrega.

Y es que la respuesta del Ejecutivo al escándalo de Pincher ha ido cambiando progresivamente a medida que han ido surgiendo otros elementos, como ocurrió durante el llamado “Partygate”, el caso sobre las fiestas realizadas en la sede del gobierno durante el confinamiento por el coronavirus, en el cual finalmente se comprobó que incluso Johnson había asistido a alguna de estas reuniones sociales.

“Las preguntas se refieren a lo que Boris Johnson sabía y cuándo lo supo. Y las respuestas siguen cambiando, a menudo en respuesta a hechos incómodos que demuestran que su anterior defensa era una basura, o al menos no tan sincera como podría haber sido”, señala Manson.

  1. ¿Qué puede ocurrir ahora? En teoría, tras haber sobrevivido a la moción de censura en su contra hace apenas un mes, Boris Jonhson está protegido de otra iniciativa semejante durante un año.

Esto se debe a que así lo establecen las reglas actuales del Comité 1922, el grupo que agrupa a los legisladores comunes del Partido Conservador británico. Estas señalan que ese es el periodo que debe transcurrir para poder volver a someter a cuestionamiento al líder del partido.

Sin embargo, los críticos de Johnson quieren aprovechar la convocatoria para renovar a la directiva de ese comité para intentar tomar el control del mismo y cambiar esa regla para hacer posible una nueva moción de censura.

El legislador conservador Andrew Bridgen, uno de los más críticos con Johnson, le dijo a Sky News que espera que la nueva directiva esté a favor del cambio de esa regla y que así se pueda eliminar esta limitación antes de las vacaciones de verano.

Consultado por la BBC sobre la viabilidad de este cambio en la normativa, Sir Graham Brady, actual jefe del Comité 1922, dijo que “técnicamente es posible”.

En la votación ocurrida hace un mes, Johnson obtuvo 211 votos a favor y 148 en contra.

Sin embargo, su situación política se ha deteriorado más en los últimos días con el escándalo de Pincher, primero, y ahora con las renuncias en su gobierno, las cuales no se limitan a estos dos ministros, sino que se extienden más allá para incluir a otros funcionarios como el procurador general Alex Chalk, quien señaló que la “confianza pública en la capacidad del Número 10 para mantener los estándares de sinceridad que se esperan de un gobierno británico se ha roto irremediablemente”.

Otro mecanismo que podría llevar a la salida de Johnson es que se convoque un voto de censura en el Parlamento, en el cual los legisladores de todos los partidos puedan participar.

Esa iniciativa ya ha sido propuesta por los Liberales Demócratas, pero para que pueda prosperar necesitaría ser presentada por el Partido Laborista y el gobierno tendría que estar de acuerdo en que se incluyera en la agenda del Legislativo.

También es posible que sigan produciéndose renuncias dentro del gabinete que aumenten la presión política sobre Johnson para que renuncie.

Por lo pronto, sin embargo, hay varios ministros que ya han ratificado su confianza en Johnson. Entre estos se incluye la ministra de Cultura, Nadine Dorries; la ministra de Interior, Priti Patel, y el ministro para las oportunidades del Brexit, Jacob Rees-Mogg.

Finalmente, existe la posibilidad de que el mandatario británico logre capear el temporal adverso como ha hecho en crisis anteriores que ha enfrentado su gobierno, aunque los analistas coinciden en que se le está acabando el tiempo.

Un aporte del Director de la Revista UNOFA, Antonio Varas Clavel

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