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La Unión saluda a los padres en su día. “MI VIEJO”. Mario Barrientos Ossa.

 

La Unión saluda a los padres en su día

Con motivo de celebrarse hoy, 18 de junio en nuestro país el día del padre, la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional, les hace llegar a cada uno de los integrantes de la Unión que tuvieron la dicha de ser padres, un caluroso saludo con el reconocimiento por su inmensa labor de haber formado a sus hijos con valores y principios propios de quienes en algún momento abrazamos la carrera de las Armas.

De la misma manera un reconocimiento especial, a los padres de nuestra organización cuyos hijos siguiendo su tradición hoy forman parte de las instituciones de la Defensa Nacional y de Carabineros de Chile.

En este día del padre, una oración al cielo a todos los padres que emprendieron el camino al más allá y fueron el pilar de nuestras vidas, como también a los que tienen la inmensa dicha de tenerlos hoy.

Su origen:

El día del Padre tiene una fecha oficial en que se celebra en Chile y esta es el 19 de junio, según lo estipulado en el Decreto 1.110 del año 1976, por el alto valor que la familia representa para el pueblo de Chile.

No obstante, tal y como ocurre con el Día de la Madre, la festividad cuenta con una fecha oficial y otra comercial, la que se celebra el tercer domingo del mes de junio, por lo que este 2023 el Día del Padre es un día antes que el oficial, es decir, el domingo 18 de junio.

 

La conmemoración del Día del Padre nació en Estados Unidos. En 1909, durante un Día de la Madre, la ciudadana estadounidense Sonora Smart Dodd ideó conmemorar a su padre, un veterano de la guerra civil de ese país.

 

William Jackson Smart fue un sargento de la Union’s First Arkansas Light Artillery que participó en la Guerra Civil de Estados Unidos. Quedó viudo cuando su esposa, Ellen Victoria Cheek Smart, dio a luz a su sexto hijo, lo que provocó que se hiciera cargo de toda su familia.

 

La iniciativa de Sonora fue apoyada en otras ciudades y en 1924, el Presidente Calvin Coolidge, lo decretó como oficial. Sin embargo, no fue hasta 1966 cuando el Presidente Lyndon Johnson promulgó el día oficial del padre.

 

Fuente: https://www.pauta.cl/dato-en-pauta/dia-del-padre-en-chile-cuando-es-y-por-que-se-celebra

Emotivo video

En este Día del Padre, saludo muy afectuosamente a todos mis amigos padres, anhelo que disfruten una jornada de amor y reconocimiento por parte de sus hijos, y quienes tenemos a nuestro viejo en el cielo, le enviamos este saludo de recuerdo, que dedico a todos los padres con todo mi aprecio.

MI VIEJO.

Mario Barrientos Ossa.

         La familia, núcleo central de nuestra sociedad, a pesar de las distorsiones actuales, surge de la unión en matrimonio de un hombre y una mujer, para vivir juntos, procrear y auxiliarse mutuamente en los azares de la vida.

         Surge así la figura del padre, del hombre que pasa de las licencias de la juventud a la enorme tarea, seria, compleja, responsable, de engendrar hijos en una mujer y asumir su custodia, protección y educación.

         En este seno familiar, cálido, feliz, protegido, los hijos crecen, abren sus ojos a los fenómenos del mundo, se desarrollan física y mentalmente, con los dulces cuidados de la madre y la celosa protección y guía del padre.

         La imagen del padre perdura y, cuando el inexorable paso del tiempo hace que deje este mundo y comience a morar en el Más Allá, su figura reluce, se hace más nítida, más humana, su guía se enriquece, sus consejos y enseñanzas adquieren una fuerza vital.

         Cuando los embates de la vida nos azotan y difíciles decisiones debemos asumir, cuyas consecuencias recaerán no solo sobre nosotros, sino también sobre la mujer que amamos y sobre los hijos que son parte entrañable de nuestra vida, la gravedad del momento nos conduce inexorablemente a preguntarnos: “¿Qué habría hecho mi viejo en este caso?”. Y pareciera que su voz resuena en nuestros oídos, su consejo aflora y una luz tranquilizadora nos muestra la ruta. Es la fuerza de la paternidad que traspasa las barreras temporales y materiales.

         Hoy, en el Día del Padre,  recuerdo con nostalgia, con tremendo cariño y gratitud, a mi viejo, ese hombre que mora en mi alma, íntegro, culto, de hermosos y grandes ojos azules como el cielo, esos mismos que enamoraron a mi madre, muchas veces silencioso y absorto, con su impecable traje, demasiado formal tal vez,  y sus finos modales.

         Mi viejo, a quien solo cabría criticarle su exceso de desinterés en las cosas materiales de la vida, que vivió apegado a las tradiciones, con su recuerdo imborrable y lleno de nostalgia de su querido Chiloé, donde nació, y cuyos relatos sobre el Caleuche, las picardías del Trauco, y tantos personajes de la rica mitología del archipiélago nos deleitaban en nuestra infancia en las gratas cenas familiares.

         Mi viejo, que tal cual lo relata la canción de Piero, nació con el siglo y los tranvías, que gustaba del vino tinto, y que con el correr de los años vimos ponerse sus pasos lentos.

         Mi viejo, que hablaba latín, que recitaba los grandes poetas clásicos, cuya oratoria era famosa y cuyos bellos discursos terminaban siempre con la misma frase que gustaba tanto repetir: “¡Sursum cordam”!

         Mi viejo, que era tranquilo, quitado de bulla, bueno para leer y jugar dominó, que jamás nos dio ni siquiera un coleto, pues repudiaba la violencia y el mal trato, que su mayor reacción frente a nuestras travesuras era entristecerse, y eso nos dolía más que el golpe más severo.

         Hoy, a la distancia del tiempo, contemplo su vida, lo comprendo mucho mejor que en mi juventud, pues hoy ya peino canas, debí cruzar los mismos rubicones que él, entiendo cosas que antes no supe comprender, y su voz, su figura, sus consejos, pareciera que van gradualmente subiendo de tono en mi alma, como si una mano invisible elevara el volumen de un misterioso instrumento que reproduce sus sabias palabras y gestos. ¿Será que se acerca nuestro reencuentro?

         Mi viejo, ¡cuánto no daría por abrazarte, mirar tus hermosos ojos azules de frente, agradecerte con un beso de hombre a hombre, e invitarte a brindar conmigo con ese exquisito vino tinto, que era tu deleite, y que sigo bebiendo en tu memoria!

         ¡Feliz Día del Padre, viejo querido!