A 40 años de la crisis del Beagle
Socio BGL Humberto Julio Reyes
Comentario de 4 libros
“Soldados de una guerra que no fue Chile-Argentina “Ricardo Avello Ávila
“Al borde de la Guerra Chile-Argentina 1978”Rafael Mellafe Maturana
“Chile y Argentina Historia del Gran Conflicto” USS Editores
“La controversia del Canal Beagle perspectivas periodísticas y documento oficiales “Consuelo León Wöppke y Nelson Llanos Sierra Editores.
Presentamos a nuestros lectores otra reseña de publicaciones referidas a la llamada “Crisis del Beagle”, habiéndose cumplido recientemente 40 años de la fecha en que estuvimos a punto de entrar en guerra con Argentina.
Combinamos ahora la visión de un “soldado de a pie”, en los recuerdos del entonces joven recluta del Curso Especial de Aspirantes del Regimiento Chacabuco Ricardo Avello Ávila con la visión de un especialista de la Guerra del Pacífico, el historiador Rafael Mellafe Maturana.
Agregamos los artículos publicados por el diario La Segunda, al cumplirse 20 años del Tratado de Paz y Amistad que puso fin a la larga controversia y diversas entrevistas a los protagonistas efectuadas por la periodista Mónica Cerda y que forman parte de la Colección Grandes Temas editada por la Universidad San Sebastián.
Finalmente comentamos una selección de artículos de prensa nacionales y extranjeros que cubren el largo período que va desde el enero de 1977 hasta diciembre de 1985 y que han sido también publicados en fecha reciente por la Fundación Valle Hermoso y que incluye 17 documentos oficiales, desde el Tratado de 1881 hasta el de 1984.
Comencemos por el libro de Ricardo Avello que el mismo autor llama novela ya que ha alterado los nombres, quizás para no incomodar a quien no salga bien parado en su vívido relato autobiográfico.
La verdad es que he leído su experiencia como conscripto con una mezcla de pena y vergüenza y me temo que él nada ha exagerado al transmitir sus traumáticas vivencias sometido a un trato brutal donde ninguna humillación es ahorrada a título de prepararlos para la guerra.
Aclaremos que fue reclutado en 1979 como parte de 200 estudiantes universitarios especialmente elegidos para formarlos como comandantes subalternos en dos períodos de cuatro meses cada uno, cumpliéndose el segundo en 1980.
Me pregunto, ¿era éste el mismo Ejército en que a mí me correspondió instruir contingente y donde tocar a un conscripto era inaceptable? ¿Justificaba el peligro de guerra el que, salvo excepciones, los instructores “especialmente seleccionados “conocieran sólo los golpes como método pedagógico?
Siendo joven dos libros me impactaron profundamente dejándome preocupado por lo que narraban sus protagonistas. “El purgatorio “es lo que podría decirse un clásico anti militar y como se desarrolla en el Regimiento “Maipo”, a fines de los años 20, acudí a mi padre, que había servido en esa unidad por esos años, en busca de respuestas.
Después leí “La ciudad y los perros” ambientada en el liceo militar del Ejército Peruano y que equivalía a los que era entonces el Curso General en nuestra Escuela Militar.
Ambos los encontré deprimentes en su crudeza pero el segundo podía contrastarlo con mi propia experiencia en nuestra Escuela, en cambio me preocupaba llegar a un regimiento como el descrito en la novela . Pero al compararlas con lo que Avello nos narra, ambas narraciones parecen ser más bien una entretenida novela de aventuras.
Sin embargo Avello no parece guardar resentimiento alguno, al contrario parece justificar el trato recibido y su única frustración sería haber sido licenciados sin pena ni gloria y jamás haber recibido reconocimiento alguno. Nunca es tarde, me atrevo a decir.
Al respecto el año pasado quienes sirvieron en la Brigada Blindada Escorpión tuvieron la feliz iniciativa de reunirse y concurrir a Magallanes para rememorar esos días que los han marcado de por vida. ¿No debieran ser imitados en otras unidades y guarniciones sin que ello implique una provocación hacia quienes nos enfrentaban hace 40 años?
Por el contrario, el libro de Mellafe es la mirada de un historiador donde no caben detalles personales y que resume muy bien el largo diferendo a la vez que incluye interesantes anexos, especialmente en lo referido al material bélico de que disponían los potenciales beligerantes.
Para alguien que haya servido en ese período puede que le llamen la atención algunos errores menores que podrían haberse evitado si el autor hubiera consultado algunas fuentes testimoniales, como es el caso de los nombres de los comandantes de los teatros o algunos sistemas de armas incorporados posteriormente, toda vez que a futuro alguien podrá utilizar estas referencias sin comprobarlas.
El tercero tiene el mérito de rescatar a los protagonistas junto a sus opiniones, especialmente porque el tiempo transcurrido ha llevado a olvidar a algunos con quienes nuestro país debiera tener una deuda eterna de gratitud, como el hace poco fallecido Francisco Orrego quien, junto a otros fuera marginado de toda conmemoración oficial por sucesivos gobiernos por mezquinos intereses ideológicos.
Finalmente las publicaciones de prensa de la época tienen la virtud de hacernos revivir día a día esos dramáticos años donde tan cerca estuvimos de una guerra no buscada ni deseada pero que estuvimos dispuestos a afrontar como lo señalaron nuestros dirigentes en más de una oportunidad y cuyo efecto en la disuasión lograda no puede ser ignorado.
Como se dice ahora, raya para la suma, su lectura me ha hecho sentirme agradecido al Gobierno Militar que supo enfrentar la situación con el valioso apoyo de sus asesores y a las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile que se prepararon para respaldar efectivamente la diplomacia y rechazar la eventual agresión, sin falso orgullo misión cumplida.
Y recordando lo que dice Ricardo Avello, todas estas publicaciones tienen el mérito de rendir un tácito reconocimiento a los miles que estuvimos dispuestos a defender nuestra Patria y ser un documentado mentís para los que pregonan desvergonzadamente una posverdad donde nunca existió otra cosa que una pugna de dictadores para distraer a sus pueblos de sus problemas internos.