ESCALADA EN UCRANIA
El Mercurio, Editorial, 12/10/2022
Rusia tomó venganza del ataque que dañó el puente que une su territorio con la anexada Crimea, con el lanzamiento de decenas de misiles sobre ciudades de Ucrania, asumiendo que los responsables fueron enviados por Kiev.
Esta ofensiva muestra un escalamiento del conflicto, si bien no parece que las fuerzas rusas hayan avanzado en el campo de batalla, sino por el contrario: sus pérdidas siguen siendo enormes, mientras los ucranianos recuperan porciones de zonas ocupadas.
En este punto de la guerra —“operación especial” para Vladimir Putin—, la situación en el terreno está lejos de resolverse. Rusia continúa ocupando vastas zonas del sur, todo un ancho corredor que llega hasta Crimea, la región estratégica emblemática, que ha sido codiciada desde Pedro el Grande.
Pero Ucrania no se rendirá y seguirá luchando con todo el esfuerzo que ha significado enfrentarse a una potencia nuclear que, aunque en decadencia, tiene una inmensa superioridad militar.
Los ataques de estos días no parecen cambiar el curso del conflicto.
Por eso, el Presidente Volodimir Zelenski, ante los últimos ataques con drones de fabricación iraní, suplica a Occidente que le envíe modernos sistemas de armas que intercepten con mayor precisión los cohetes en el aire. Según informaciones, con la defensa antiaérea que tiene, se pudo destruir cerca de la mitad de los proyectiles rusos. Los más sofisticados equipos asegurarían una protección más amplia y efectiva
En una reunión virtual de los líderes del G7, los países más desarrollados, se acordó seguir dando a Ucrania apoyo “financiero, humanitario, militar, diplomático y legal… por el tiempo que sea necesario”.
Ese puede ser un mensaje perturbador para el Kremlin. Es una señal potente de que la OTAN y sus aliados no claudican ante las dificultades que ha causado la guerra —como la crisis energética, alimentaria y económica—, y debería ser un disuasivo destinado a que Putin baje la intensidad de la agresión.
Sin embargo, el Presidente ruso ha estado bajo enorme presión de los sectores nacionalistas más duros, que buscan doblegar a Kiev a como dé lugar, incluso usando armas nucleares, tal como insistió el líder checheno Ramzan Kadyrov.
Al parecer, de acuerdo con informes de inteligencia, Putin no estaría preparándose para utilizar esas armas. Al menos en ese aspecto, estaría usando el sentido común que dice que hoy en día nadie gana cuando se inicia un duelo nuclear.
Para contrarrestar las bajas en el campo de batalla, todavía el Kremlin espera movilizar reclutas en todo el país, un llamado a los cuarteles que no fue bien recibido por los jóvenes civiles, miles de los cuales han huido a países fronterizos para escapar del servicio.
Con todo, los ataques de estos días no parecen cambiar el curso del conflicto y, por cierto, tampoco han despejado el camino para unas negociaciones que lleven a término una guerra que parece extemporánea en el siglo XXI.
Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel
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