¿VOLTERETAS O PICARDÍAS?
GDB Humberto Julio Reyes
A medida que transcurren los meses estivales y nos vamos enterando de nuevos cambios en las previamente conocidas definiciones del presidente electo – las populares volteretas en jerga periodística y de las redes sociales – pienso si acaso son efectivamente producto de una reflexión que lo lleva a modificar algo “para mejor” o solamente una expresión espontánea para salir del paso y tranquilizar a la opinión pública, en particular a los ahora llamados “amarillos”.
Lo anterior me lleva a recordar un popular personaje de mi niñez que escuchábamos y nos divertía, a veces no tanto, en un programa radial. Era Copucha el colegial.
El nombre completo del programa era “Picardías de Copucha el colegial” y realmente de eso se trataba, de las múltiples formas del personaje para salirse siempre con la suya recurriendo a su, al parecer, innata picardía.
Era como Pedro Urdemales pero chico.
Confieso que a mí no me gustaba mucho, quizás por su voz incluso lo encontraba antipático y nada gracioso.
Usted, apreciado y paciente lector, ya estará haciendo el paralelo quizás sin haber conocido a Copucha.
Fue en medio de esas cavilaciones que me entero de las recientes declaraciones del ya nombrado futuro Ministro de Hacienda, personaje que concita al parecer merecido respeto de moros y cristianos y entre quienes me cuento o me contaba ya que ahora estoy “en reflexión” o “al aguaite”.
Dice refiriéndose al programa del futuro gobierno que no hay cosas en él con las que pudiera decir que tenga un desacuerdo fundamental.
No sabemos si se refiere al total del programa o solamente a las materias propias de su cartera pero no todos quienes las han conocido han quedado satisfechos ya que ¿debemos alegrarnos o preocuparnos?
Entiendo que está de moda, por políticamente correcto, manifestar que si al gobierno le va bien todos ganamos pero ¿Qué se entiende que al gobierno le vaya bien? ¿Qué pueda desarrollar su programa, como no le ocurrió al actual por la cerrada oposición del parlamento?
Para quienes, a diferencia del futuro ministro, sí tenemos un desacuerdo fundamental con el programa que hemos conocido, si le fuera bien y ejecutara lo previsto a muchos nos iría muy mal.
Pura lógica, ¿verdad?
Así que entrando en detalles el entrevistado confirma que ayudará a sentar las bases económicas para que el programa sea posible.
Vaya balde de agua fría para quienes confiábamos en la ortodoxia de quien la aplicó a la cabeza del Banco Central.
Estas declaraciones para algunos han sido una voltereta comparable a las que hemos ido conociendo pero otros más agudos han advertido la picardía de matar dos pájaros de un tiro ya que al nombrarlo ministro se ha eliminado una potencial fuente de entorpecimiento del programa y, si también aplicara una incómoda ortodoxia en sus futuras funciones, nada cuesta agradecerle sus servicios y que pase el siguiente.
Vaya picardía. La misma que derrocha en esa difundida entrevista donde canta con evidente regocijo una canción que en una parte alude a lo que haría con un casco militar.
Bueno, al menos en sentido figurado, ha cumplido su deseo con el nombramiento de la futura ministro de Defensa aunque puede haber otras justificaciones, salvo la preparación para ejercer dicho cargo.
Pero, en lo que respecta a conducir nuestro país, ¿bastará su picardía para suplir la juventud, en relación con la importancia del cargo, o su ausencia de experiencia?
Las opiniones en esta sección son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional