LA GUERRA QUE CAMBIÓ LA FORMA DE HACER LA GUERRA
Vladimir Putin comenzó el 24 de febrero su invasión de Ucrania por cinco frentes distintos y unas fuerzas de 160.000 soldados y 2.600 tanques. El Kremlin pensó que Kiev caería en unos días. Transcurridos casi tres meses, Rusia sigue anclada en los viejos conceptos de la guerra mecanizada y no ha conseguido ninguno de sus objetivos. Su reloj militar lleva décadas parado. Texto ALBERTO ROJAS
Napoleón Bonaparte dijo que no convenía interrumpir a un enemigo cuando se estaba equivocando. La invasión de Ucrania ha dejado una lista de errores que se estudiará en las academias de oficiales. Algunos tienen que ver con la falta de moral, el mantenimiento deficiente del armamento o la falta de liderazgo. Pero la mayoría de analistas sugiere que los problemas del Ejército ruso son sistémicos: combaten en una guerra del siglo XXI como si estuvieran en el siglo XX.
Nadie sabe cómo acabará la guerra, sin olvidar que ambos contendientes sufrirán las consecuencias durante décadas. Pero la humillante derrota rusa en los alrededores de Kiev y la enorme cantidad de bajas del considerado como segundo gran ejército del mundo ya dejan material para llegar a algunas conclusiones.
En la guerra, la potencia de fuego no es el único factor importante. Ucrania no sólo combate por su capacidad de resistencia, sino por la manera de administrar sus escasos recursos. Rusia usa columnas de tanques, artillería de saturación y bombardeos como si combatiera en la Segunda Guerra Mundial.
Con un puñado de drones, pequeñas unidades bien armadas con antitanques al hombro y una inteligencia en tiempo real, Kiev le ha dado la vuelta a las previsiones. Ha eliminado generales, destruido blindados y tumbado cazas. La manera de hacer la guerra ha cambiado.
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Fuente: https://www.elmundo.es/
Un aporte del Director de la revista UNOFAR. Antonio Varas C.