UNA HISTÓRICA OMISIÓN EN VÍAS DE REPARACIÓN
Humberto Julio Reyes
Una interesante controversia se ha suscitado en El Mercurio a partir de la carta de un conocido hombre público al Director que celebraba la reciente inauguración en Washington D.C. de un museo dedicado a las víctimas del Comunismo, cien millones según el “Libro Negro del Comunismo” publicado años atrás.
Rápidamente le salió al través un “destacado pensador y escritor nacional” e “intelectual clave” haciendo ver que si la intención de dicha carta era la defensa de los derechos humanos y no simplemente atacar al comunismo, no podía omitir mencionar los millones de víctimas de otros regímenes políticos.
A continuación pone como ejemplos omitidos los crímenes de Hitler contra los judíos; la muerte por inanición de 27 millones de hindúes, obra de Inglaterra; diez millones de nativos en el Congo por acción de Bélgica; los muertos en Vietnam, Corea e Irak, todos atribuibles a Estados Unidos y que sumarían otros diez millones a los que agrega las víctimas de Hiroshima y Nagasaki.
Finaliza su inventario con la conquista de América y el tráfico de esclavos, otros 31 millones y concluyendo que el comunismo no es el único “malo de la película” y que todos sus ejemplos fueron cometidos por criminales que pertenecían a la cultura occidental cristiana y no eran comunistas.
Se despide “aconsejando” desde su altura al autor de la primera carta que complete su estadística agregando a las víctimas de la monarquía y el capitalismo.
Suena a empate pero queda corto respecto a los cien millones del comunismo.
Antes de referirme a la réplica posterior someto a ustedes mis propios argumentos para refutar al detractor y que no envío a El Mercurio asumiendo que mi carta probablemente no sería publicada para no faltar el respeto al “intelectual clave”.
En primer lugar es el Comunismo el que todavía impone su sistema de partido único, con el atropello a los derechos humanos que ello significa, en varios países del orbe y en otros, como el nuestro, aspira a llegar a ejercer el poder. No es Historia antigua.
Por otra parte algunos de los ejemplos de crímenes pasados sí están recordados en museos y memoriales, en particular los consagrados a las víctimas del Holocausto o el de Hiroshima, sin olvidar Vietnam en su versión comunista.
Mi segundo argumento es coincidente en gran parte con la cortés réplica en que el autor de la carta original hace ver que en la actualidad “los seguidores de la doctrina comunista se erigen como los grandes catones de la humanidad en materia de derechos humanos, en una pretendida supremacía moral de la que carecen por completo”.
No podría estar más de acuerdo, ¿y usted estimado lector?
Por otra parte, y ya finalizando, recurro a la columna de Carlos Peña donde previene respecto a los intelectuales a quienes se les debería oír con cautela ya que por el sólo hecho de llevar un premio en la solapa esas personas no son sabios en todo y así no oír sus exabruptos e informalidades como revelaciones.
Ojalá esta reciente iniciativa se replique poniendo fin a una histórica omisión y quede en evidencia la perversidad del pregonado paraíso en la tierra.
07 de nov. de 22
Un aporte del Director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel
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