Relato cuento del sobrino nieto del teniente de Ejercito Armando Cortínez Mujica ,quien en 1919; en un avión de tela cruzó de ida y vuelta la cordillera de los Andes
“De pronto un ronquido y una explosión continua.
– ¡Mierda, se paró el motor!
Volvió a dar contacto y nada.
– Hasta aquí no más llegamos, murmuró. Tengo bencina, pero ¡qué es lo que te pasa Le Rhone!
¡Dios, levántame!
Unos dos minutos planeó en silencio, escuchando el viento helado por todas partes. Volvió a dar el contacto: nada. Otra vez: nada. Por tercera vez lo hizo y el motor ahora respondió y resonó como un semi ahogado en el mar que encuentra el aire en la superficie.
Cortínez respiró y se pasó la mano por la frente.
<<Alcancé a ver la muerte de nuevo, la acabo de sentir.
¡Me salvé, carajo, qué cerca estuve! No me abandones más querido Bristol, menos ahora que estamos haciendo historia>>.[1]
Mi tío bisabuelo, Armando Cortínez Mujica, fue el primero en cruzar volando, ida y vuelta, la cordillera de Los Andes. Lo hizo en abril de 1919, en un avión Bristol inglés, de tela y madera liviana. Una hazaña para ese entonces, pero también para ahora, que abrió la ruta para el desarrollo de la aviación comercial. Desde que soy niño conozco su historia y vibro con ella cada vez que la escucho. Todo partió con un sueño, una idea inalcanzable para algunos, para otros simplemente una locura; para mí, su sobrino bisnieto, como un acto visionario, de valentía y patriotismo, que buscaba lograr lo que nunca nadie antes había hecho. Su historia me moviliza, me invita a atreverme a realizar cosas nuevas, a adentrarme en lo desconocido, lo inexplorado, me da ánimo para empezar cosas que parecen imposibles, aquellas que me da miedo intentar, pero que el corazón me llama a buscar. Cuando siento que no podré sacar adelante un proyecto, una tarea, algo que quiero pero que parece muy difícil, me acuerdo de él, de su historia, y eso me inspira a seguir adelante, a buscar con confianza ese logro, a poner el alma en lo que estoy haciendo. Lo hago y voy hacia adelante, sin volver atrás la mirada, convencido de lo que estoy haciendo, sin miedo a fracasar, porque el verdadero fracaso es no intentar lo que se quiere.
Mi padre, Camilo Labbé Cortínez, aviador, al igual que su tío abuelo, mi hermano y yo, junto al busto del Tte. Armando Cortínez Mujica, primer vencedor vía aérea, ida y vuelta, de la cordillera de Los Andes.
[1] Valderrama Hoyl, Pablo; “Un delito heroico”; MAGO Editores, Santiago, abril 2012.
Réplica del avión Bristol C 4987, utilizado por Armando Cortínez Mujica, para cruzar ida y vuelta la cordillera de Los Andes, en abril de 1919.
Un aporte nuestro socio y ex director, Roberto Serón
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