Verdad, justicia y reconciliación
El asesinato del capitán Viola y su hija a manos de la guerrilla debe ser considerado un crimen de lesa humanidad
El recurso de apelación interpuesto contra la resolución que denegó reabrir la causa para investigar si los asesinatos del capitán Humberto Viola y su pequeña hija, ejecutados por el ERP el 1º de diciembre de 1974, expone con claridad las razones por las que ese crimen debe ser considerado de lesa humanidad.
El abogado de la causa denunció que el proceso judicial ha tenido hasta ahora la verdad bajo presión, a través de una apariencia de justicia que lesionó los derechos reconocidos por el artículo 8º de la Convención Americana de Derechos Humanos y el artículo 14.1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, e impidió a la querellante impulsar la investigación.
Ya el fiscal general Claudio Palacín sostuvo en la causa “Larrabure” que no es legal desechar una denuncia sin producir ninguna medida de investigación, teniendo en cuenta incluso el comunicado del 22 de abril de 2009 del procurador general de la Nación, Esteban Righi, que ordenaba investigar y sólo después discutir si determinado delito constituye o no crimen de lesa humanidad.
Para que exista un crimen de estas características debe mediar un ataque generalizado sistemático contra la población civil, sin ser necesario que el atacante tenga control del territorio.
El ejemplo es el criterio fijado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos al analizar el ataque al Regimiento de La Tablada, donde concluyó que los actos violentos ocurridos el 23 de enero de 1989, durante el gobierno de Raúl Alfonsín, no podían ser correctamente caracterizados como una situación de disturbios internos. Los terroristas participaron en un ataque armado contra un cuartel, que fue cuidadosamente planificado, coordinado y ejecutado, por lo cual, a pesar de su corta duración, activó la aplicación del artículo 3º de los Convenios de Ginebra de 1949, que prohíbe atacar o atentar contra los civiles inocentes en cualquier tipo de conflicto armado.
Hiere la conciencia moral que se excluya de esta protección a las dos hijas menores del capitán Viola, una asesinada y la otra herida en el hecho, que tenían en ese entonces tres y cinco años de edad.
La propia Cámara Federal que juzgó a los comandantes de las Fuerzas Armadas en 1983 concluyó que a partir de 1973 el país vivió una guerra revolucionaria provocada por un terrorismo que se incrementó en forma gravísima a través de una estructura militar con capacidad ofensiva para tomar dependencias policiales y asaltar unidades militares. Además, los recursos económicos con que contaban provenían de robos, secuestros extorsivos y una variada gama de delitos económicos.
Es hora de poner un elemento de sinceridad en un tema oscurecido por mucha falsedad e hipocresía. Para labrar un camino de reconciliación es necesario restituir la verdad en su integridad y dejar de lado las deformaciones ideológicas que enturbian el análisis y el juzgamiento de los hechos. A partir de la verdad, cada cual podrá asumir su posición, hacer su autocrítica y, tal vez, entender los motivos del otro, aunque no los justifique.
No se debe aceptar que la historia sea sustituida por la memoria. No se puede permitir que los jueces apliquen principios diferentes según criterios ideológicos o políticos, y, menos aún, que no se apliquen los principios básicos y seculares de la justicia. El Poder Judicial puede actuar como instrumento de venganza o bien como camino de reconciliación y verdad si juzga a todos los que olvidaron en la década del 70 el sagrado valor de la vida.
Tal es el dilema moral que enfrentan los jueces en las horas que vive la República.
Fuente: LANACIÓN, de Buenos Aires.
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Para justificar la notable caída de la Concertación se ofreció una autocrítica que se limita a reconocer insuficiencias y errores sin precisar nada. Autocrítica incompleta.
I. Oligarquía: No hubo autocrítica para reconocer que un elenco, incluida familias enteras, se han apoderado del gobierno por 10,15 y hasta 20 años; y para colmos algunos de estos últimos, anuncian sus aspiraciones de agregar 8 años más en el Senado. La ciudadanía está fatigada con los mismos rostros y mensajes que han ido perdiendo consistencia y horizontes. Una virtual oligarquía política ha comenzado a desplomarse.
Oligarquía: significa, según la etimología, “Gobierno de pocos” pero la tendencia a sido identificarla como “ Gobierno de los ricos”; sin embargo, nos dice el Diccionario de Política de Norberto Bobbio y Nicola Matteucci que el vocablo “no indica una forma específica de gobierno, si no que se limita a llamar nuestra atención sobre el hecho, sobre el puro y simple hecho, de que el poder supremo lo detenta un pequeño grupo de personas tendencialmente cerrado, ligados entre si por vínculos de sangre, de interés o de otro tipo, que gozan de particulares privilegios y utilizan todos los medios que el poder les da a disposición para mantenerlos”. La cita calza perfectamente con la transformación de la Concertación en un desnudo grupo de poder.
II. Corrupción: Ni una palabra sobre la corrupción: MOPGATE- Ferrocarriles-subvenciones educacionales-Chile Deportes- Aviones Mirages, Hospital de Puerto Montt, son algunas cuentas de este rosario que irritan a la población.
III. Derechos Humanos: Insistencia hasta el cansancio en las violaciones a los derechos humanos. Carmen Soria, luchadora por estos derechos, ha condenado lo que llamó “Hipocresía del candidato concertacionista sobre este punto”. Bandera justa y potente pero que esta vez perdió eficacia con un candidato del que poco sabíamos que comprometió cheques y joyas en los primeros días del Golpe Militar y que durante los 6 años de su gobierno nunca recibió a las organizaciones de derechos humanos. La inauguración del Museo de la Memoria fuera de contexto histórico es un intento mayúsculo de manipular un proceso que tiene dos caras, no para justificar abusos pero si para situarlos en sus circunstancias.
IV. Frei: Postulación sin más proyectos que dar continuidad a la protección social establecida por Bachelet y colgarse patéticamente de su justo prestigio. Reconocer el fracaso electoral con malabares verbales no significa nada. ¿Aceptará la elección democrática de los intendentes? ¿Se comprometerá con la Reforma Tributaria? Son propuestas potentes que explican en parte el éxito de Marco.
V. Arrate: La vieja izquierda prisionera de consignas grandilocuentes pero carentes de toda viabilidad. Los ojos cerrados frente a Cuba, Nicaragua y Venezuela. Debe reconocerse que cambió los mismos votos de siempre ahora por tres diputados elegidos con votos de la Concertación. Se rompió la exclusión. Eso sería todo.
VI. Marco: Con valentía y audacia se convirtió en el gran ganador; puede convertirse en el capitán del futuro destinado a superar conflictos agotados y convocar a los mejores poniendo fin al Estado como botín de los partidos políticos. Su convocatoria a la meritocracia, fue un atractivo poderoso para los profesionales bloqueados por los operadores políticos en su ingreso al Gobierno y a las empresas públicas. Es obvio que necesita unas cuantas precisiones y fuerza para resistir presiones que podrían destruir gran parte de lo conquistado. Su talante democrático debe deslindar fronteras frente a las violaciones de los derechos humanos por dictadores de izquierda. Su propuesta Copihue pude catapultarlo como un gran reordenador, no sólo de la Concertación, también de un nuevo gran referente. No alinearse para la segunda vuelta rechazando negociaciones espurias fue una decisión esperanzadora que en realidad se ha propuesto seriamente enterrar la vieja política.
VII. Piñera: Ofreció un rostro renovado de la derecha con audaces propuesta para modernizar el Estado y convocar a un gobierno de unidad nacional. La consigna “Todos contra Piñera” fue y será un tiro por la culata; la ciudadanía advierte que tras esa conjura están los intereses de la oligarquía política y de su personal de servicio. Así como la izquierda terminó por reconocer el papel del mercado, la derecha ha terminado por reconocer el papel del Estado en la protección social. Es cierto que hay que cuidar las fronteras entre los negocios de empresarios con la política, pero con la misma fuerza los negociados y corruptelas de los altos funcionarios.
VIII. Voto Ilustrado: En los grandes centros urbanos el voto más ilustrado prefirió a Piñera y a Marcos, mientras que los “pobres agradecidos”, ciudadanos cautivos por la protección social, han votado por Frei. Una verdadera campaña del terror se difundió en este sector anunciando que las conquistas sociales serían canceladas por Piñera.
IX. Parlamentarios: La Concertación, con escasas acepciones, presentó candidatos, colgados hasta el ridículo de la figura de la Presidenta. Incluso algún osado la presentó con su brazo sobre el hombro de un oscuro parlamentario sin meritos propios; cayeron viejos y nuevos caciques y un disfrazado de huaso no pudo regresar al Congreso porque la gente del mundo rural no se chupa el dedo.
X.- Intervención: Es perfectamente legítimo que un grupo de gobernantes trate de perpetuarse pero violenta el juego democrático cuando todo el aparato del Estado con sus recursos humanos y financieros salen a la calle a presionar para conquistar electores. La intervención electoral esta vez ha superado todo lo conocido, a lo menos en los últimos 50 años de contiendas democráticas, configurando sombras sobre la verdadera vocación de quienes se autoproclaman como los únicos que merecen gobernar al país. Los desembarcos desde el Gabinete resultarán inútiles porque son caras de la misma oligarquía que llega 20 años gobernando. Algunos más viejos, algunos más jóvenes, pero todos viejos en las ideas y las prácticas políticas.
Estos son a lo menos 10 puntos claves que surgen de una mirada crítica sobre la primera vuelta electoral. Cabe por cierto, seguir reflexionando sobre éstos y otros puntos para comprender que las elecciones están reflejando una grieta geológica en el sistema político y que, cualquiera que sea el resultado final, la democracia chilena no podrá seguir funcionando como ha ocurrido hasta ahora. Bien por Chile: Habrá alternancia sin terremoto y aires renovadores ventilarán un sistema que acusa fatiga de materiales y la pérdida de todo otro horizonte que no sea el gobierno como botín. Miles de chilenos no aceptaremos más el chantaje que viene el lobo.
Fuente: Diario El Sur, Blog 14 de diciembre de 2009