Bastaría aplicar las normas legales expresas y vigentes —tales como las relativas a la prescripción de la acción penal— y respetar los derechos y garantías que nuestra Carta Fundamental asegura a todas las personas.
Para cerrar el trágico capítulo de nuestra historia reciente y poner fin a los vergonzosos procesos sobre violación de derechos humanos seguidos contra militares y policías que debieron afrontar la violencia revolucionaria no es necesario dictar nuevas leyes. Bastaría aplicar las normas legales expresas y vigentes —tales como las relativas a la prescripción de la acción penal— y respetar los derechos y garantías que nuestra Carta Fundamental asegura a todas las personas.
Lamentablemente a tales servidores de la patria se les está aplicando el lema “ni perdón ni olvido”, acuñado por los mismos que predicaban la lucha de clases, la vía armada y el totalitarismo, y que tratan de mantener latente el odio y la división entre los chilenos, una de las causas de la crisis que condujo al pronunciamiento militar.