Estimado(a)s Amigo(a)s y Camaradas: Junto con saludarles y desear que estén bien, ahora que estamos en la víspera de las Fiestas Patrias de la República de Chile, les envío este afectuoso saludo para que, junto a los suyos, especialmente en compañía de vuestras familias, las vivan y disfruten como bien merecido lo tienen.
Estimado(a)s Amigo(a)s y Camaradas:
Junto con saludarles y desear que estén bien, ahora que estamos en la víspera de las Fiestas Patrias de la República de Chile, les envío este afectuoso saludo para que, junto a los suyos, especialmente en compañía de vuestras familias, las vivan y disfruten como bien merecido lo tienen.
Y es que son 209 años desde nuestra primera manifestación y atisbo de vida independiente, contados desde nuestra primera Junta de Gobierno de Notables del Cabildo de la capital del entonces Reyno de Chile, que como ahora se dio en un ambiente de pronta Primavera; mes del año que a la postre se transformaría en el Mes de la Patria y en el que además se celebran las Glorias de nuestro Ejército, del que bien se dice es Vencedor y Jamás Vencido.
Y festejaremos en un tiempo y espacio que nos compelen más que nunca a hacer Patria, ejecutando así una suerte de contrato social de tracto sucesivo, en el que nunca dejamos de construir Chile, aportando para ello para disfrutar de sus bondades.
Sin embargo, hay que reconocer, que esta tarea ciudadana es dura y difícil, porque para hacer Patria cada uno de nosotros primeramente debe sobrellevar y superar arduamente sus propias vicisitudes familiares y personales; las que resueltas, recién ahí posibilitan que nos desenvolvamos en los ámbitos de lo público, ayudando al compatriota en particular y al prójimo en general.
Pero hay que saber decir que no sólo es justo sino también saludable que celebremos nuestras Fiestas Patrias, en una especie de rito de paso nacional que mantiene así viva nuestra memoria histórica y que también nos motiva a que sigamos nuestra senda hacia nuestro destino como nación chilena.
Por eso, recordemos formarnos primero como ciudadanos con una rica vida interior que, entre otras inquietudes y aficiones, nos interesemos en un cuanto hay de materias pero sin olvidar nunca las Humanidades y las Ciencias Sociales, especialmente la historia y la geografía tanto universal como chilena; lo que sumado a la mejor educación posible nos convertiran en personas cultas e, incluso, en prósperos profesionales.
Por esta vía, seremos ejemplos existosos de lo que puede producir Chile: la igualdad, el mérito, la tolerancia, la libertad, la identidad nacional, la soberanía, la visión geopolítica del entorno, la idea americanista de relacionarnos con otros países, nuestro espíritu republicano y democrático, el equilibrio de poderes, el respeto y la disciplina, nuestras gallardas Fuerzas Armadas y la bienvenida que le damos a los extranjeros e inmigrantes escogidos.
Por último, los insto a seguir construyendo la magna obra de hacer de Chile una gran Nación, esto es un país desarrollado en el más amplio sentido de la palabra, respetado y respetable; recordando que para este propósito la únicas muestras de nobleza que requerimos son aquellas que nuestro Padre de la Patria don Bernardo O’higgins nos resumió: el mérito, la virtud y el patriotismo.
¡Viva Chile!
Cordialmente,
RAÚL JESÚS ROMERO GOENAGA
Abogado
Doctorando en Derecho
Máster en Economía y Gestión
Profesor Universitario e Investigador