La Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional, saluda a los socios de la Armada de Chile en el mes de recuerdo de las Glorias Navales.
La Armada de Chile inicia en esta fecha la celebración del Mes del Mar, mes de las Glorias Navales, para recordar y celebrar a sus héroes y a sus gestas gloriosas.
Recordemos que el Mes del Mar tuvo su origen en 1974, cuando el entonces Comandante en Jefe de la Armada, Almirante José Toribio Merino Castro, dispuso que en mayo de cada año se celebrase en todo Chile el Mes del Mar, que se identifica con las Glorias Navales y la gesta heroica del Capitán Arturo Prat y su dotación en Iquique.
Desde 1974 ha sido tradicional la realización de un acto inaugural y un sinnúmero de actividades que buscan afianzar la conciencia marítima impulsadas por la Armada y también por organizaciones civiles, tanto en la costa como en el interior del país. La ceremonia de lanzamiento del Mes del Mar se ha realizado en los últimos años en distintos lugares de Chile, donde se ha buscado ejemplificar la relevancia que tiene el mar para una nación con un litoral tan extenso como el nuestro.
En este mes,recordemos y honremos el episodio máximo de la historia naval chilena y muy destacada a nivel internacional, como es el Combate Naval de Iquique y su corolario, como lo es el igualmente heroico Combate de Punta Gruesa.
El Combate Naval de Iquique, es un suceso histórico que tiene diversos niveles de lectura:
Desde el abordaje de Arturo Prat al Huáscar como un acto temerario para intentar revertir el curso de los acontecimientos y la mantención de la bandera chilena en la cima del mástil como reflejo de que la rendición no tenía cabida, para la tripulación, hechos que elevaron al “Capitán Prat al panteón de los Héroes Nacionales” y a la corbeta Esmeralda como ícono de que David puede vencer a Goliat.
Esa mítica leyenda se hacía realidad en las aguas del sur del océano Pacífico, donde una modesta nave de madera ya vieja se imponía, inesperadamente, a un acorazado blindado varias veces más grande.
¿Cómo se había llegado a producir tal acontecimiento? La crónica es conocida, iniciada la guerra contra Perú y Bolivia por parte de Chile un miércoles 5 de abril de 1879, las autoridades nacionales movilizaron la Armada Nacional hacia el norte, con el propósito de controlar las vías marítimas por las que circulaba el comercio de los países sudamericanos del Pacífico e intentar frenar las maniobras de la Armada del Perú que era ampliamente superior a la fuerza naval chilena.
Sin embargo, desencadenados los hechos desde las primeras horas de la mañana del 21 de mayo hasta pasado el medio día en que la “Esmeralda” se hundió, el resultado de la jornada le mostraba al Perú que sus pérdidas humanas y de poderío naval le hacían imposible contrarrestar una derrota militar a manos de Chile.
Pero la gesta de Prat fue posible gracias a algunos componentes menos épicos, pero que sin duda contribuyeron a la victoria de Chile en la Guerra del Pacífico. Comparativamente a lo que mostraban Perú y Bolivia, Chile había logrado construir en las primeras décadas del siglo XIX un Estado en forma, que en la década del setenta mostraba visos de madurez evidente.
Pero refirámonos al combate muchas veces contado y siempre atentamente escuchado.
La escuadra chilena había zarpado a tempranas horas desde Iquique, dejando el bloqueo en manos de dos antiguos navíos, la corbeta “Esmeralda” y la goleta “Covadonga”, ambas de casco de madera y propulsadas por un sistema mixto de antiguas calderas y de velas.
La llegada de los dos principales blindados peruanos a Iquique aquel 21 de mayo, fueron el aviso de que la gloria rondaba ya por sus aguas. Tranquilamente y sin prisas, ambos navíos chilenos se aprestaron a la lucha la que a todas luces mostraba una gran desproporción.
Pero el espíritu de los marinos chilenos era inquebrantable. Ese día vencerían o morirían, pero no habría rendición en la mente de nadie.
El capitán Prat fue muy claro en su arenga y todos lo entendieron así. La bandera tricolor estaría en lo alto de sus mástiles y si era el caso, se hundiría orgullosamente abatida por el poderío blindado peruano.
Las maniobras de Prat fueron certeras, pero las antiguas calderas no rindieron lo esperado y pronto la Esmeralda se encontraba prácticamente inmovilizada.
Embistió el Huáscar con su espolón a la Mancarrona produciéndoles daños mayores en su estructura, pero los marinos peruanos, atónitos, vieron como un grupo de tres marinos saltaba valientemente al abordaje y que se acercaba rápidamente al puente de mando, espada y hacha de abordaje en mano. El destino y los disparos de la tripulación abordada dieron cuenta de los héroes, los que quedaron yaciendo en su cubierta envueltos en la gloria.
Dos espolonazos más destartalaron a la corbeta. Otra partida de abordaje logró alcanzar la cubierta del buque peruano, sufriendo todos la misma suerte de su comandante.
Finalmente, con grandes pérdidas, con sus entrañas desgarradas por los espolonazos del blindado, pero con su bandera clavada en el mástil mayor y con el postrer saludo del último cañón en servicio, la corbeta “Esmeralda” se sumergió en las aguas de la rada de Iquique, dejando un reguero de maderos y velámenes y a los heroicos marinos sobrevivientes del combate flotando en sus aguas.
Se había consumado el sacrificio y se había entrado en la inmortalidad.
La “Covadonga”, por instrucciones de Prat, había enfilado hacia el sur y el blindado “Independencia” al percatarse de esta maniobra y siguiendo las órdenes de Grau, había iniciado la persecución a toda máquina.
Que emocionante navegar. La “Independencia” navegando a todo andar detrás de una goleta de madera, disparando sus cañones con pésima puntería y muy escasos efectos, siguiendo cual perro de presa. El capitán Condell, astuto marino conocedor de los fondos de la costa, apegado a esta, pasando muy cerca de los rocosos fondos gracias a su escaso calado y la “Independencia” en forma imprudente y decidido a embestirla con su espolón a la presa, siguiéndola sin percatarse hacia la trampa que se aproximaba.
Y de pronto, tal como Condell esperaba, su quilla embistió los bajos y el imponente navío encalló y comenzó a hacer agua y a hundirse. Condell no le dio tregua y con sus fusileros y cañones le ametralló sin piedad hasta que vio izar la bandera blanca de rendición.
No hubo tiempo para socorrer a los náufragos; el “Huáscar”, terminada su faena en Iquique, navegaba a toda máquina en pos de la “Covadonga” y en auxilio de la “Independencia”.
La “Covadonga” inició su navegación hacia el sur inicialmente perseguida por el “Huáscar” hasta que este se desistió de la persecución y volvió hasta donde yacía peligrosamente escorada, la “Independencia”.
Ese día la marina chilena había perdido un antiguo navío y la peruana a su mejor buque.
¿Un empate?
No, de ninguna manera. Chile había ganado un héroe inmortal, un valiente que cumplió su lema de “Vencer o Morir”, un marino que fue un ejemplo en todas las facetas de su vida personal y profesional, él que no trepidó en ofrendar su vida en cumplimiento al sublime juramento de “…rendir la vida si fuese necesario”.
Prat le dejó trazado un claro camino a los marinos del ayer, del hoy y del mañana: la bandera de su buque nunca será arriada y antes de rendirse ante el enemigo, más vale morir en su defensa.
Como consecuencia inmediata del resultado del combate y de la inmolación del héroes, se despertó el fervor patriótico en sus ciudadanos, muy poco empeñados en la guerra, los que quisieron seguir el ejemplo de Prat y en masa concurrieron a los cuarteles para enrolarse en los regimientos y marchar hacia el norte. No cabe duda de que el ejemplo del héroe dio un giro muy positivo a la guerra, el que determinó la victoria final y la ocupación de Lima, su capital.
La Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional hace un lato en sus actividades para ofrendar al héroe y sus heroicos marinos, un mensaje de admiración y respeto, un recuerdo lleno de gloria y de consideración a su heroico sacrificio.
El Presidente, el Directorio y los socios saludan a los socios provenientes de la Armada Nacional en este mes de recuerdos gloriosos.
A aquellos que no fuimos marinos, no nos cabe duda de que ellos habrían procedido en igual forma cuando la Patria los requirió en aquel ya lejano año 1978, en que muchos de ellos navegaron al encuentro de la flota argentina con el ejemplo de Prat en sus mentes y la promesa de cumplir como nuestro héroe lo hizo.
En esta oportunidad y debido a la situación internacional de pandemia que nos aflige no podremos acompañarlos como hubiéramos querido, pero, en la medida de nuestras posibilidades, estaremos con ellos cuando se escuche el tañido de la campana de las 12:10 en el día 21 de mayo del 2021.
Inaguración mes del mar 2021: youtu.be/gNa8B7fRYF0
Himno de la Armada de Chile:www.youtube.com/watch