ALIANZA DEL PACÍFICO AMENAZADA POR AMLO
El Mercurio, Editorial, 08/03/2023
Andrés Manuel López Obrador (AMLO) está empeñado en continuar impidiendo el correcto funcionamiento de la Alianza del Pacífico.
Su obstruccionismo afecta intereses nacionales, infiere grave daño a las oportunidades de bienestar de los pueblos y desarrollo de las principales economías latinoamericanas de la Cuenca del Pacífico, perjudica la integración regional y transpacífica; incluso afecta a su propio país, a la diversificación del comercio mexicano, dependiente en más de un 80 % del intercambio con los Estados Unidos, dañando además la confianza y la imagen de la diplomacia mexicana, el comercio libre y el valor compartido por el multilateralismo.
El Presidente de México se aferró al poder en su condición de presidente pro tempore de la Alianza. Su mandato caducó a comienzos de año, pero desde entonces se niega a transferir su cargo temporal a la Presidenta constitucional de Perú, Dina Boluarte.
Antes, el 25 de noviembre, suspendió sine die las cumbres de la Alianza por la inasistencia del entonces Presidente peruano, Luis Castillo, actualmente destituido y en prisión por intento de golpe de Estado luego de que decretara la disolución del Congreso y Poder Judicial de Perú.
Sorprende la pasividad y tolerancia de los restantes gobiernos, gremios empresariales y laborales participantes en la Alianza.
Lo sucedió constitucionalmente su vicepresidenta Boluarte, a quien AMLO pretende calificar de espuria.
El proceder autocrático y el ideologismo de AMLO —evidenciado en estos días por su iniciativa en contra de la independencia de la institucionalidad del sistema electoral mexicano— ahora trascienden a su país e impactan en la región, al obstaculizar el pleno funcionamiento de la Alianza, que hasta su negativa interferencia no había logrado ser politizada ni burocratizada, como es habitual en los organismos latinoamericanos.
En sus casi trece años de existencia, la Alianza ha crecido sostenidamente, hasta constituirse en una institución eficaz para la integración regional, que aporta un mercado creciente, superior a los nueve mil millones de dólares anuales para exportaciones chilenas, 40 % provenientes de pymes, fundamental para miles de empleos y centenares de empresas nacionales.
La Alianza del Pacífico, conformada por Chile, Colombia, México y Perú, tiene más de 50 estados observadores de todos los continentes, varios interesados en asumir la condición de estado asociado, entre los que se cuentan Canadá, Nueva Zelandia, Australia, Singapur, Ecuador y Corea del Sur, todos atraídos por la flexibilidad, innovación y visión de la organización, carente de cargas burocráticas, politización, limitaciones e inoperancia características de los fracasados y románticos cometidos integracionistas latinoamericanos.
Sus cuatro miembros fundadores representan el 40 % del PIB de América Latina, el 55 % de sus exportaciones, y un mercado superior a doscientos millones de habitantes.
No sorprende el autocrático e ideologizado comportamiento del Presidente López Obrador, que interfiere ilegítimamente en el progreso y en las instituciones sudamericanas, no obstante el limitado interés mexicano en sus vínculos con la región, y cuya prioridad más bien son los lazos con el hemisferio norte y América Central.
Lo que sorprende es la pasividad y tolerancia de los restantes gobiernos, gremios empresariales y laborales participantes en la Alianza.
El Gobierno, la Cancillería, los gremios empresariales chilenos, no pueden permanecer indiferentes; deben salir en defensa del interés nacional ante el intento destructor de AMLO, y no lo han hecho. Están en juego principios y políticas de Estado como el libre comercio, la vigencia de tratados internacionales, la apertura al Asia Pacífico, el multilateralismo y el progreso de nuestro país.
Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel
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