Presentamos este interesante articulo cuyo autor es nuestro Pas Presidente Humberto Julio Reyes, en el que hace presente sus aprensiones respecto a la Macrozona sur y a la labor de las FF.AA.
Declarado el Estado de Emergencia en parte de la hoy llamada Macrozona Sur, hemos podido conocer diversas declaraciones que fluctúan entre el apoyo y el rechazo, pasando por otras relativamente neutras o más objetivas.
Por razones de principio me abstendré de opinar en uno u otro sentido; no vivo en la zona y “otra cosa es con guitarra”. Además creo que pueden esgrimirse argumentos a favor y en contra.
La inquietud personal que intento hoy trasmitir al paciente lector se origina en que, pese a que prosiguen los atentados, la visible presencia militar en la zona contribuiría quizás a generar una sensación de relativa tranquilidad que puede ser o no beneficiosa para el fin último de recuperar el Estado de Derecho.
Todo ello me ha llevado a recordar un episodio algo lejano en el tiempo y que fuera analizado, si mi memoria no me engaña, por un experto colega de brillante pluma con el título “Learning from Aidid”. El autor se refería al General Mohamed Farrah Aidid quien propinó un severo revés a la misión de paz de la ONU en Somalía en 1993.
Para quienes no lo hayan leído aclaro que se trata de un análisis de las lecciones que debieran aprenderse del episodio llevado al cine con el nombre “Black Hawk down” y que muestra cómo, una turba aparentemente desorganizada pero fanática, hace fracasar un operativo planificado por una potencia del primer mundo y que debía llevarse a cabo con lo mejor de sus fuerzas especiales, incluida tecnología de punta.
No solamente los norteamericanos debieran haber incorporado lecciones de aquel fiasco sino en particular todos los países que ponen fuerzas a disposición de la ONU para misiones de paz y en general para enfrentar exitosamente en su propio territorio conflictos armados no convencionales.
Vuelvo a la Macrozona en cuestión.
No me cabe duda que los integrantes de las Fuerzas Armadas que se han desplegado estarán obteniendo experiencias por rutinarias y tranquilas que puedan parecer sus misiones, ninguna exenta de riesgos en todo caso. Eso es de sentido común.
Pero también estarán aprendiendo quienes quisieran constituirse en territorio independiente y han declarado repetidamente su disposición a luchar para lograrlo.
Así, cada vez que me entero de una calma aparente, imagino a quienes amparados en el anonimato que les da el confundirse con la población local (como pez en el agua, como decía Mao), observan y aprenden del “huinca” lecciones que más adelante les podrían ser útiles.
También Lautaro aprendió exitosamente del huinca pero quizás es el precio que haya que pagar para aportar algo de tranquilidad a nuestros sufridos compatriotas.
Quince días pasarán rápido y otros quince también.
¿Quién finalmente obtendrá mayores beneficios de la imposición de este Estado de Emergencia?
18 de oct. de 21