Ha alcanzado la inmortalidad y se encuentra en compañía de aquellos que son modelo e inspiración para todos quienes algún día juramos ante el glorioso tricolor servirlo hasta dar la vida si fuese necesario”.
“Al Batallón Chile sólo van los valientes, los que tienen la voluntad inquebrantable de cumplir con lo que los intereses de la patria demandan”, señaló el Oficial a cargo de despedir al Sargento en nombre de la Institución. En presencia del Ministro de Defensa, Jorge Burgos, el Comandante en Jefe de la Armada, Almirante Enrique Larrañaga, el Jefe del Estado Mayor Conjunto (EMCO), Vicealmirante José Miguel Romero; autoridades nacionales, el Alto Mando Naval; y sus familiares y seres queridos; se celebró en la Academia de Guerra Naval la misa fúnebre para despedir los restos del Sargento Rodrigo Sanhueza caído en Haití. “Hemos presenciado una ceremonia bien emocionante de despedida del Sargento Rodrigo Sanhueza Soto. Culmina con esto la forma en que la Armada y el Estado de Chile despiden a una persona que entregó su vida no sólo por la patria sino que la búsqueda de paz en el continente. El dolor que tiene la familia, la Institución y todos los chilenos y chilenas se mitiga de alguna manera por la forma y modo en que fue capaz de cumplir con su deber”, señaló el Ministro Burgos, quien además recalcó el compromiso de las autoridades haitianas y la solicitud de Naciones Unidas para que haya una pronta captura y este crimen no quede en impunidad. Por su parte, el Comandante en Jefe de la Armada, Almirante Enrique Larrañaga, reiteró su sentido pésame a la familia. “Para la Institución ciertamente es un momento de dolor y recogimiento pues siempre es duro cuando parte un camarada de armas, especialmente cuando ello ocurre en el cumplimiento de su deber. Lo gratificante si se quiere de alguna manera es que el Sargento Sanhueza, realizando misiones de paz al exterior de nuestro territorio, honró el juramento que hizo ante Dios y la Bandera, y estuvo dispuesto a rendir la vida si fuera necesario. Y eso evidentemente a la Institución nos compromete y obliga a seguir avanzando en esa línea que la Marina siempre ha tenido, de cumplimiento de obligaciones y del deber, tratando de que Chile siempre sea mejor”, indicó el Almirante. Luego de la homilía religiosa, la ceremonia continuó en el Cementerio Parque del Mar en Concón, donde el cortejo fúnebre arribó en medio de los honores de la Escuadra de Fusileros y la Banda Naval, y la presencia de secciones de representación de las Fuerzas Armadas del Ejército, Fuerza Aérea y Carabineros de Chile. La despedida oficial en nombre de la Institución la realizó el Capitán de Fragata Juan Andrés Helmke, Comandante de la Fragata Condell, dotación a la que el Sargento perteneció desde el año 2010 hasta que partiera como voluntario a Haití, para formar parte del Batallón Chile que se despliega en el país caribeño, como parte de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH). En esta línea, el Comandante destacó que el Sargento Sanhueza “ha alcanzado la inmortalidad y se encuentra en compañía de aquellos que son modelo e inspiración para todos quienes algún día juramos ante el glorioso tricolor servirlo hasta dar la vida si fuese necesario”. Luego de la despedida de los familiares, quienes enfatizaron que para el efectivo naval partir a Haití fue uno de sus mayores logros como persona y profesional, se realizaron los honores de corneta y Salva de honor y posteriormente, en un emotivo encuentro, hizo entrega del pabellón nacional a la familia el Almirante Larrañaga. Una vida al servicio de la Patria: En un soleado día de diciembre del año 2000 el Sargento Sanhueza realizó su juramento y dos años después, ya graduado como enfermero naval, fue trasladado al Hospital Naval de Viña del Mar, donde sus labores, especialmente en el área de oncología, lo acercaron al sufrimiento humano y acentuaron su vocación de servicio y entrega por los demás.El año 2006 sirvió como enfermero de cargo en la Infantería de Marina de la Armada y posteriormente, con nuevos cursos de perfeccionamiento, se fue modelando un profesional de excelencia experimentado y preparado. El 2010, como Cabo 1º, se presentó en la que sería su última unidad a bordo, la Fragata “Almirante Condell”, hasta decidir anteponer el interés nacional a voluntades personales: quería ayudar a quienes sufren y aportar con toda su capacidad a un fin superior, abriéndose la posibilidad de unirse al Batallón Chile de la MINUSTAH
“Al Batallón Chile sólo van los valientes, los que tienen la voluntad inquebrantable de cumplir con lo que los intereses de la patria demandan, aun cuando la vida esté en riesgo. Y eso hizo, y lo hizo bien”, destacó el Comandante Helmke. “Una vida ejemplar de servicio y entrega llegó abruptamente a su fin mientras cumplía a cabalidad con su juramento, con la bandera en el brazo y el recuerdo de su amada familia en el corazón”, añadió.