Las FF.AA. no tienen pensiones de privilegio
Las opiniones en esta sección son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión.
Las FF.AA. no tienen pensiones de privilegio
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“Yo, juro por Dios y por esta Bandera,
servir fielmente a mi Patria,
ya sea en mar o en tierra o en cualquier lugar,
hasta rendir la vida si fuese necesario;
cumplir con mis deberes y obligaciones militares, conforme a las leyes y reglamentos vigentes;
obedecer con prontitud y puntualidad las órdenes de mis superiores y
poner todo empeño en ser un soldado valiente, honrado y amante de mi Patria”.
Ley.10.544, de 1952
Setenta y siete jóvenes soldados chilenos mueren en suelo peruano, ya en las postrimerías de la Guerra del Pacífico en 1882. La literatura y la historia han sido pródigas en regalarnos imágenes donde aparecen atribulados chilenos, rodeados por el odio, superados ampliamente por soldados peruanos y una enorme y belicosa “indiada”. Pese a tener todo en contra, los chilenos no se rindieron.
La institucionalidad tomó ese acto como un hito importante para la formación de las FF. AA. y de la propia identidad nacional. Años tras año se realiza en todos los cuarteles, entre el 9 y 10 de julio, el acto solemne de jurar a la bandera, el cual no solo es realizado por personal castrense, sino también pueden hacerlo civiles.
Hacia 1952, con Gabriel González Videla, adquiere este juramento la fórmula que hasta el día de hoy conserva. Su texto fue fijado por la Ley 10.544. Sin embargo, no fue esta su primera versión.
Ya en 1943, el contenido del juramento de las FF.AA. establecía de parte del conscripto o soldado, “orgulloso de ser chileno, prometo por mi honor, acatar la Constitución, las leyes y las autoridades de la República; juro además amar y defender con mi vida la Bandera, símbolo de esta tierra nuestra y expresión de libertad, justicia y democracia”.
Nótese que, en la fórmula del 43, no aparece la idea de jurar por Dios, sino que se apela al honor de la persona. Destaca por supuesto los principios de obediencia a la voluntad popular expresada en respeto a las leyes y autoridades. De igual manera resulta interesante la ligazón que se muestra entre tierra como espacio donde de refleja o ejerce la libertad y la democracia. No hay nada de la obediencia a los mandos que sí figura en la fórmula del 52 y sobre la que bien conocemos hoy su dramática puesta en práctica.
En medio de un proceso de reflexión y debate público sobre la nueva Constitución Política y repensando las “reglas políticas y sociales”, cabe también que comencemos a revisar las bases históricas e ideológicas que han conformado a nuestras Fuerzas Armadas y de Orden (particularmente, Carabineros).
Este proceso de deliberación respecto al rol y definiciones de las FF.AA., debiese de estar en medio de la elaboración de un nuevo pacto social e institucional.
De seguro no faltarán voces que, del mismo modo en que se plantea como un sacrilegio la revisión de las AFP y de otros pilares del modelo, pretenderán que temas relativos a las FF.AA. no sean tocados por los aires de la revisión ciudadana.
Y, como nos lo ha enseñado Andrés Bello, todas las verdades se tocan. Por ello, a manera de invitación para repensar la función de defensa nacional, creo importante que se puede ir definiendo si consideramos necesario o no tener Fuerzas Armadas; si estas deben ser totalmente profesionales; si deben o no tener un carácter ofensivo (como las actuales) o defensivas en su concepción y sistema de armamento; si su personal debe tener un sistema previsional distinto al del resto de los chilenos; podríamos discutir cuánto dinero público se entregará para las compras de armas, qué armas comprar, quién las compra y quiénes debieran autorizar las compras.
Podríamos reflexionar si las nuevas FF.AA. debiesen tener nuevos cuerpos doctrinarios en los que se valore más la democracia, el respeto a los Derechos Humanos, se reconozcan los errores y horrores producidos, vale decir, se conserve y transmita su memoria íntegra, donde ejemplos de represión a trabajadores y campesinos, la ocupación del territorio mapuche y la sistemática violación de DD. HH. entre 1973 a 1990 estén presentes en sus aulas.
A manera de estimular esta reflexión, me permito iniciar desde ya este aggiornamento, proponiendo una revisión crítica del Juramento a la Bandera.
El nuevo juramento a la bandera para las FF.AA. de la nueva Constitución debería centrarse en los valores de la ciudadanía y la democracia.
Repondría el término “tierra” que ya figuraba en 1943, como símbolo de la nueva noción de cuidado y compromiso con nuestro hogar: el territorio con sus ríos, sus bosques, su mar. Ello en vez de la noción de patria.
La nueva fórmula debería indicar que se da la palabra de hombre o de mujer o de persona, en vez de apelar a la idea de “jurar por Dios” o “por la Bandera”. Esto como reconocimiento del valor intrínseco que toda persona en cuanto tal posee, y que somos capaces de comprometernos sin apelar a noción externa.
Introduciría la noción de defensa y respeto a la democracia y a la ciudadanía como principios elementales y supremos a ser protegidos.
Además, las nociones de obediencia a la superioridad deberían de quedar condicionadas a si dichas órdenes se corresponden al espíritu de justicia y equidad, acabando con la mentada obediencia (cuasi)ciega de la que hoy se hace gala.
Agregaría, en el nuevo juramento o promesa, que el soldado pondría todo su empeño en “ser honrado, respetuoso de las leyes y un fiel defensor de todos sus compatriotas”.
Sin duda que este borrador de juramento a la bandera 2.0, puede ser reformulado y modificado, lo interesante del ejercicio es que se invita a imaginarnos unas nuevas Fuerzas Armadas, democráticas en su composición interna, origen social y cuerpos doctrinarios, de un claro respeto a las leyes y sujeción al poder civil.
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LA GUERRA DECLARADA
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El 16 de diciembre de 1879 se presentó al Congreso Nacional el primer proyecto para proceder al traslado de los restos de los héroes de Iquique, el que fue encarpetado debido a que las preocupaciones se referían, en ese momento, a la guerra y quedó pendiente para tiempos mejores.
En mayo de 1881 se exhumaron en el cementerio de Iquique, con mucha solemnidad, los cadáveres de Prat y Serrano, los que fueron reconocidos; los ataúdes de madera fueron colocados dentro de otros de zinc, y trasladados a la parroquia o iglesia matriz y sepultados en su nave principal, bajo una capa de arena.
Un mes más tarde, después de desenterrar 110 cadáveres de la fosa común del cementerio, fue ubicado el del sargento Aldea por las indicaciones de don Adolfo Gariazzo, que había presenciado la inhumación. Las osamentas fueron colocadas en una urna de caoba con manillas de plata, una medalla del mismo metal en la tapa y las iniciales J.D.A. Se llevaron a la compañía de bomberos, donde quedaron en custodia hasta que fueron trasladados a la oficina del telégrafo.
El 10 de marzo de 1883 la ciudad de Iquique sufrió un violento incendio que quemó varias manzanas y diversos edificios públicos, entre ellos el templo parroquial. Un improvisado grupo de voluntarios entró a la iglesia y salvó los restos de Prat y Serrano y los llevó a la jefatura de policía. De allí pasaron a la bóveda de una casa comercial.
Al reconstruirse la iglesia incendiada, una capilla cerraba la nave lateral derecha, donde se adoptaron precauciones especiales contra el fuego y el 21 de mayo de 1884 fueron trasladados allí los restos de Prat, Serrano y Aldea.
Posteriormente, el 3 de noviembre de 1887, con motivo de una moción para conceder una pensión a los hijos del almirante Condell, recientemente fallecido, el diputado don Jacinto Chacón propuso agregar que se hiciesen traer al país los restos de Orella, que había muerto en Ecuador, a lo que el ministro de Relaciones Exteriores, Miguel Luis Amunátegui, respondió, haciendo presente que se procedería junto con los de Arturo Prat, por lo que se le exigió una fecha exacta, comprometiéndose para el 21 de mayo del año siguiente.
De inmediato comenzaron las gestiones para el traslado de los héroes de Iquique y se pidieron propuestas para la fabricación de tres urnas metálicas, que fue ganada por la casa de Bocardo Benvenuto.
Estas tenían una firme estructura que les aumentaba notoriamente el peso, pintadas de negro. La de Prat llevaba adornos dorados y el nombre en letras de bronce, la de Serrano con adornos y letras plateadas y la de Aldea de cobre.
El 20 de abril de 1888, el Ministerio de Marina dispuso que el Huáscar, el crucero Esmeralda y las corbetas O’Higgins y Chacabuco zarparan a Iquique el 5 de mayo, siendo seguidos por el vapor Mapocho que conduciría a la comitiva oficial. En el puerto nortino se les uniría el blindado Blanco Encalada.
La escuadra viajó bajo las órdenes del Comandante General de Marina, contraalmirante Luis Uribe, sucesor de Prat en el mando de la gloriosa corbeta de Iquique, su jefe de Estado Mayor era el capitán de navío Francisco Segundo Sánchez, artillero de ella. El almirante izó su insignia en el crucero Esmeralda y como ayudantes de órdenes se desempeñaban el capitán de corbeta Vicente Zegers, guardiamarina en el épico combate, quien se encontraba en retiro por enfermedad y que posteriormente se reincorporaría a la Armada, y Estanislao Lynch, artillero de la Covadonga. El comandante de la corbeta O’Higgins era el capitán de corbeta Arturo Wilson, también guardiamarina en Iquique. Completaba la delegación el sargento mayor Antonio Hurtado, jefe de la guardia militar en el combate.
Además, en el Huáscar viajaban quince soldados de la Artillería de Marina, todos ellos sobrevivientes del combate, además de los marineros de la Esmeralda y de la Covadonga que aún permanecían en servicio, los que debían cubrir la guardia de honor en la capilla ardiente.
En Iquique. Según el programa, los restos de los héroes debían ser trasladados desde sus ataúdes de madera y de zinc a las urnas metálicas llevadas desde Valparaíso por el Huáscar, pero en vista de la debilidad del catafalco, se decidió que la ceremonia se hiciese con los sarcófagos que tenían y, una vez a bordo, serían trasladados a los de acero.
Se armó en la iglesia un catafalco que en su parte inferior tenía tres gradas forradas en terciopelo negro y en las cuales descansaban flores y candelabros, enseguida continuaba una plataforma destinada a las urnas, la cual estaba cubierta por un dosel de terciopelo negro con cuatro columnas decoradas con banderas chilenas, franjas y galones de plata. En la parte superior se colocaron las urnas de Prat y de Serrano y, un poco más abajo, la de Aldea que era de menor tamaño. En los ángulos exteriores, cuatro antorchas completaban la capilla ardiente.
La comisión de personalidades que viajaron desde Valparaíso, las autoridades locales y los deudos, procedieron a comprobar la autenticidad de los cadáveres y las actas de exhumación que se encontraban adheridas con lacre en la cubierta de las urnas. Quienes los vieron, confidenciaron que en el de Prat solo quedaba el armazón del cuerpo y algo de sus facciones, el cráneo partido y parte de la barba, el de Serrano se mantenía perfectamente conservado, hasta identificable y del de Aldea solamente huesos dispersos. Hay que recordar que este último hubo de ser rescatado desde la fosa común. En seguida fueron trasladados al catafalco que había sido instalado en la nave central del templo.
El domingo 13 de mayo se efectuó el traslado de los restos de los héroes al monitor Huáscar. El intendente Ramón Yávar presidió la ceremonia en la iglesia, acompañado del senador Luis Pereira y del almirante Uribe. Los deudos de los héroes ocupaban los primeros asientos al lado el catafalco, mientras las naves laterales eran ocupadas por una apretada concurrencia. Se cantó un Te Deum mientras cada cinco minutos se sucedían los disparos de la artillería y marineros hacían una guardia de honor. Después de los discursos, los ataúdes fueron sacados del templo por los deudos y las principales personas que componían la comitiva oficial.
El primer carro era el que correspondía al sargento Aldea, el cual había sido costeado y construido por la Compañía de Bomberos que lleva su nombre. La parte inferior estaba forrada con género azul marino y la plataforma, pintada al óleo, imitaba las olas y espuma del mar y sobre ella, la Esmeralda con todas sus partes y detalles. Al centro del buque se alzaba una plataforma cubierta de terciopelo negro con galones blanqueados donde fue colocado el ataúd. A su alrededor hacían guardia de honor varios niños vestidos de marinero.
El carro destinado a Serrano era bastante sencillo. Su parte inferior estaba forrada de terciopelo negro sobre la que se alzaba una plataforma rectangular, en la cual fue colocado el ataúd. A la cabecera de ésta se levantaba, en ángulo recto, un cuadro forrado en terciopelo sobre el que se había colocado una hermosa corona. Los adornos del carro eran molduras doradas y no había dosel sobre la urna.
El carro de Prat era elegante y severo, lo coronaba un ánfora negra con dorado de la cual caía un dosel de terciopelo negro cuyos bordes estaban adornados con galones de oro y sus ángulos eran sostenidos por cuatro columnas.
Entre el dosel y la parte inferior del carro, sobre una plataforma, fue colocado el ataúd.
En el trayecto desde la iglesia hasta el muelle, el cortejo estaba formado por marineros de la escuadra y tropas de infantería, artillería y caballería. Lo mandaba el general José Velásquez. Bandas navales y militares tocaban el himno nacional y diversas marchas fúnebres.
El cortejo pasó por debajo de un arco levantado por la compañía de bomberos Sargento Aldea que estaba erigido con material de la misma. Las escalas servían de columnas y coronación, completándose la decoración con banderas, trofeos, emblemas y escudos. En la parte central del arco se destacaba un buque iluminado por luces de gas. Enseguida se dio la vuelta por la plaza Arturo Prat, donde continuaron los discursos. En todos los edificios flameada la bandera chilena y en los balcones, ventanas, corredores, techos y azoteas, se apilaba la gente, arrojando flores y papel picado.
Al llegar al puerto, el cortejo pasó por debajo del arco elevado por el gremio de Jornaleros, que en el frente se leía: “1879-1888. Murieron como mueren los mártires sublimes del deber y d la patria”. En cada columna tenía los nombres: Riquelme – Serrano – Prat –Orella – Videla – Lynch.
En el muelle, la comitiva se detuvo y el intendente, que había recibido en la iglesia los restos del vicario eclesiástico, hizo entrega de ellos al almirante Uribe. Terminado este acto, se quitaron las coronas de los carros fúnebres y los ataúdes fueron bajados y depositados en los botes que debían llevarlos al Huáscar.
En una embarcación que tenía toda su borda con cenefas de terciopelo negro y cubierta por un toldo del mismo material, se colocaron los restos de Serrano y Aldea y las coronas dedicadas a sus memorias, los deudos que ocuparon los asientos en la misma embarcación fueron don Alberto Serrano Montaner, don Ignacio Montaner y don David Goicolea.
En otro bote, igualmente arreglado como el anterior, fue colocado el ataúd de Prat con todas sus coronas. Los deudos que ocuparon los asientos de ese bote fueron don Arturo Prat Carvajal, don Ricardo Prat Chacón y don David Carvajal.
Tres filas con treinta y tres embarcaciones configuraron en convoy que navegó entre el muelle y el Huáscar, en la del centro iban los restos de los héroes con sus guardias armadas, cerrando la hilera el almirante y el intendente, en las filas laterales iban los comandantes de los buques, las tropas de desembarco y el resto de los oficiales.
Al llegar al Huáscar las embarcaciones que llevaban las urnas, éste saludó con una salva y todos los buques surtos en la bahía arriaron a media asta sus pabellones.
En el Huáscar se había construido una capilla ardiente en la toldilla, que consistía en una pequeña construcción de madera que estaba pintada exteriormente de azul claro con algunas decoraciones sencillas y la coronaba una cruz.
Dos puntos laterales daban entrada a la capilla, cuyo piso y mamparos estaban tapizados de terciopelo negro con franjas de plata distribuidas cada cierto trecho. El techo estaba formado por un sol hecho de seda con los colores nacionales a manera de rayos, desde el centro hacia los mamparos y una capa tenue de tul negro de seda completaba la decoración. Sobre el piso de la capilla se elevaban las tres plataformas cuadrangulares que soportaban las urnas.
Una vez que todos estuvieron a bordo, los ataúdes fueron transportados a la capilla ardiente, donde se procedió a cambiar los restos, sacando las cajas de zinc que los contenían y traspasándolas a las que se había fabricado especialmente y que no había podido hacerse antes por el peso que significaba para el catafalco de la iglesia. Un batallón de la Artillería de Marina, turnándose con tripulantes sobrevivientes del combate de Iquique se turnaron en la guardia de honor y los buques volvieron a izar a tope sus pabellones.
A las 17.00 horas del lunes 15 de mayo zarparon de Iquique el Huáscar, el Esmeralda, la Chacabuco y la O’Higgins con rumbo a Valparaíso, el Blanco Encalada lo hizo algo más tarde para reunirse con ellos y el vapor Mapocho al amanecer del día siguiente.
La formación era con el Huáscar al centro, la Chacabuco y el Esmeralda por su banda de babor y la O’Higgins y el Blanco Encalada por estribor. Como matalote de popa tomó posición el Mapocho. En la tarde del 19 fondearon en Quintero para esperar entrar a Valparaíso el 21 en la mañana.
En Valparaíso. A las 10.30 horas se descolgaron del Huáscar los tres ataúdes mientras una multitud innumerable invadía los cerros, el plan y la playa para contemplar y despedir los restos de los héroes. Las campanas de las iglesias y los cañones de los fuertes y de los buques se turnaban en un frenético homenaje a aquellos hidalgos del mar.
Cinco filas de embarcaciones avanzaban hacia el muelle del ferrocarril. Al centro de ellas, en la falúa presidencial iba el ataúd de Prat y tras ella, en otra similar, los de Serrano y Aldea.
Detrás de las autoridades, desembarcó el hijo de Arturo Prat, a quien esperaba en el muelle el hijo de Carlos Condell con una corona en su mano. El héroe de Punta Gruesa había fallecido el 24 de octubre del año anterior y era el primer ocupante de la cripta del monumento construido a los héroes de Iquique.
Las urnas fueron colocadas en sendos carros fúnebres, cada uno tirado por tres parejas de caballos cubiertos con mandiles negros que llegaban al suelo. El de Prat era cubierto y formaba una especie de tabernáculo, sostenido por cuatro columnas que tenían en su cúspide un florón de plumas negras y otros similares sobre los remates superiores de las columnas, todo recubierto por terciopelo negro. El espacio entre la torre y la base era de unos cuatro metros donde fue colocado el ataúd y numerosas coronas.
Del mismo luto riguroso estaban cubiertos los carros de Serrano y de Aldea, los cuales eran descubiertos. El primero llevaba una gran bandera chilena en su coronación.
Un cuarto carro, de forma piramidal, marchaba detrás de los anteriores, llevando las coronas que, por su número, no habían alcanzado a ser colocadas.
El recorrido se hizo por la línea del tranvía que existía en la avenida de las Delicias (lado oriente de la actual avenida Argentina), encabezado por el carro de las coronas y seguido por los de Aldea, Serrano y Prat, en ese orden, enseguida los deudos de los héroes, los marinos, el intendente, el alcalde y las demás autoridades. Una doble fila de soldados y bomberos abría la calle desde la estación hasta la tribuna que se había levantado frente al puente que cruzaba el estero, frente a la calle Victoria.
El público rebalsaba las calles y las orillas del estero de las Delicias, las casas embanderadas y adornadas con ramas de arrayán y coronas de flores, mientras once larguísimos trenes extraordinarios llegaron diariamente de Santiago durante más de tres días.
La primera detención fue en la referida tribuna frente al puente, donde se escucharon los discursos del ministro de Guerra y Marina y de los representantes de ambas ramas del Congreso.
Con la misma formación continuaron hacia la plaza de la Victoria, agregándose la escolta de los cuerpos de infantería, artillería, caballería y las bandas militares. Al cortejo se unió un destacamento armado de la fragata británica Hyacinth, vestido de gran parada, luciendo sus uniformes rojos y cascos blancos. Durante la marcha, de las casas caían lluvias de flores, papel picado y hasta se lanzaron palomas blancas.
La calle Victoria estaba adornada de imponentes arcos, costeados por los vecinos, bajo los cuales debía pasar el cortejo. El primero de ellos era la Merced, de diseño original que consistía en cuatro columnas y un sector horizontal. El vacío entre las columnas era llenado con artísticos pabellones de armas enlazadas con cintas y gasas, todo ello iluminado durante esa noche y se leía:
Honor a los héroes de Iquique Prat- Serrano, Aldea, Iquique 21 de mayo de 1879 Condell – Orella – Videla, Punta Gruesa 21 de mayo de 1879
Frente al parque municipal estaba el arco del Gremio de Jornaleros de Valparaíso.
Enseguida venía el arco de las obreras, adornado sencillamente con banderas chilenas y desde donde se soltaron varias palomas al pasar el cortejo.
A continuación, en la esquina de la calle Las Heras, se erigía el arco de la Sociedad de Zapateros, de 14 metros de altura que en el centro tenía estrellas alumbradas a gas y una polea que hizo descender, en el momento de pasar el cortejo, a una niñita, envuelta en tules que derramó una copiosa lluvia de flores.
Finalmente, al llegar a la plaza de la Victoria, se encontraba el arco de la guardia municipal.
Alrededor de las 15:00 horas llegó el cortejo a la plaza de la Victoria, donde se había reunido un inmenso gentío con numerosas banderas y gallardetes, coronas de arrayán y palmas.
Se había construido una tribuna al costado oriente de la iglesia del Espíritu Santo y frente a ella, un espacio alfombrado con medio millar de sillas para las comisiones invitadas, las que fueron insuficientes.
En el atrio del templo estaban los sillones para el Presidente de la República, los ministros, edecanes, el arzobispo de Santiago y demás personas de rango.
Aquí los restos de los héroes recibieron el homenaje de la Iglesia, del Ejército, del Senado y la bendición de monseñor Mariano Casanova y Salvador Donoso.
De la plaza de la Victoria el cortejo continuó a la plaza Sotomayor, cruzando el arco erigido por el Cuerpo de Bomberos formado por escalas en cuadrilátero adornado con banderas, escudos e inscripciones con los nombres de los héroes.
Un curioso y simpático arco adornaba el frente del palacio Lyon, cuya base la formaban dos pequeños buques con los nombres de Lama e Itata, en referencia a las naves mercantes que habían prestado importantes servicios durante la guerra y en la proa de ellos, dos niños pequeños vestidos de marineros.
Finalmente, la compañía de gas de Valparaíso rendía homenaje con el último arco.
Alrededor de las 17:00 horas llegó el cortejo a los pies del monumento a los Héroes de la Marina, en cuyos cuatro costados se alzaban teas funerarias sobre gruesas columnas negras con franjas de plata.
A su frente, al lado de la intendencia, se encontraba uno de los mástiles de la Esmeralda que enarbolaba la bandera de la corbeta O’Higgins cuando repatrió los restos de don Bernardo O’higgins en 1869; además completaban los adornos proyectiles y cañones del buque glorioso.
En la entrada de la cripta pronunció un discurso el almirante Uribe, luego el presidente del Senado José Ignacio Vergara y, finalmente, el Presidente de la República José Manuel Balmaceda.
Estaba oscureciendo cuando terminó el discurso del presidente y las urnas fueron bajadas al interior de la cripta, las banderas de los fuertes y buques de guerra se izaron a tope y las bandas rompieron con el himno nacional.
ESTADISTICA DE DD. HH. DE FUERZAS ARMADAS Y POLICIALES A MAYO DEL 2020
Marcelo Elissalde Martel, Abogado, Magíster en Derecho Público, Diplomado en Derecho y Política Contemporánea, Universidad de Lleida, Cataluña, España. Observador de DDHH.
Resumen de Causas y Procesados por Institución:
Ejercito:
Causas en desarrollo | Procesados | Personal afectado por Situaciones Procesales, (que han debido concurrir a tribunales como citados, procesados, testigos, sentenciados, condenados, etc.) |
491 | 545. | 1.901 |
Armada:
Procesados. | Procesos en trámite. | Fallecidos en proceso (entre ellos varios Almirantes
[1] ). |
Primera mujer condenada: y cumpliendo condena. (Cárcel de Mujeres, San Joaquín). | ||
92 | 89 | 11 | 1 | ||
Fuerza Aérea:
Causas en desarrollo | Procesados | Personal procesado total: |
66 | +20 no procesados aún | 81 |
Carabineros:
Procesados (Oficiales. y Suboficiales) (Aprox.) | Fallecidos en proceso (Varios suicidios) | Total de afectados por causas judiciales (Aprox.) |
364 | 10 | 450 |
Policía de Investigaciones.
Causas en desarrollo (Aprox.) | Procesados (Aprox.) |
30 | 24 |
Gendarmería.
1)
[2]
Personal cumpliendo condenas en los penales de Punta Peuco y de Colina 1:
Penal de Punta Peuco:
Ejercito | Armada | FACH | Carabineros | PDI | Total |
70 | 4 | 9 | 32 | 7 | 122 |
Penal Colina 1.
Ejército | Armada | FACH | Carabineros | PDI | Civiles | Total |
35 | 2 | 10 | 23 | 8 | 1 | 79 |
Centro Penitenciario Femenino San Joaquín.
Ejército | Armada | FACH | Total |
1 | 1 | 1 | 3 |
Total general de los tres penales de Santiago: 204
Otros penales del país (Arica, Temuco, Puerto Montt y otras localidades):
Total otros penales del país: 8
Situación del Poder Judicial.
El coordinador de estas causas Ministro Sergio Muñoz le señaló a la Sala Penal y en su Cuenta que hasta Noviembre de 2017 había 1.306 causas en trámite (vigentes).
Procesos fallados en 2017: 34.
Condenados en el año 2017: 139 (127 a pena efectiva).
Se registró un alza de causas a Noviembre de 2017. De las 1.306 causas vigentes, hubo un aumento de 60 causas en relación con el año 2016.
El Ministro Juica señaló que la Corte Suprema solo en 2017 había concedido casi 10.000.000 (Diez mil millones de pesos) en indemnizaciones reparatorias a los querellantes.
Agregó el magistrado que se habían iniciado un número importante de causas por torturas, apremios ilegítimos y detenciones ilegales en Valparaíso, Santiago y San Miguel.
Nota del Autor: En efecto, el 12 de marzo de 2018, un día después que M. Bachelet entregara el cargo, Lorena Fries exsubsecretaria, presentó un requerimiento al Ministro Mario Carroza para conocer de apremios Ilegítimos, que se suma a los de Tortura ya en trámite, lo que hace un total de más de 9.000 (nueve mil causas) a tramitar en relación con la Comisión Valech I y II. Ello está en desarrollo, con un resultado incierto.
El 27 de Marzo de 2015 mediante Boletín 8.182, informando sobre una simple consulta al Senado, el Pleno de la Corte Suprema, con sus 21 ministros, informan a los senadores, que en base a la interpretación del Estatuto de Roma, que crea los delitos de Lesa Humanidad, NO aplicarán la prescripción y la amnistía(Figuras jurídicas vigentes en Chile) a hechos ocurridos hace casi 50 años.
Peor aún, reconocen en forma alambicada y artificiosa vía artículo 5 de la Constitución la introducción de normas condenatorias NO VIGENTES en el país, pues solo rigen de 2009 en adelante.
Esto es lo que el jubilado Ministro Alejandro Solís, con todo desparpajo en el programa de TV abierta “El Informante”, en presencia de su contradictor Hermógenes Pérez de Arce, señaló, que se condenaba en base a una FICCION JURIDICA. Una aberración, pero autorizada por sus Superiores.
Por eso todos los Ministros del país están con esta espuria tesis. Todos alineados tras ella. En efecto los Delitos de Lesa Humanidad fueron reconocidos como tales en Chile a partir del año 2009 en adelante; el Poder judicial mediante este artificio lo hace extensible casi 50 años para atrás.
Situación de la Subversión:
Es grotesca y simple:
No hay nadie cumpliendo condena, todos fueron indultados o se fugaron o están protegidos en el extranjero. Y todos cobrando pensiones al Estado.
Reciben millonarias indemnizaciones, cuya cantidad era un secreto muy bien guardado, pero dos importantes autoridades lo develaron:
– El Ministro de la Corte Suprema Milton Juica (Mercurio 20 Marzo 2018PagC-9) señaló:” solo en 2017 la Corte Suprema, concedió casi $10.000.000 (Diez mil millones de pesos) en indemnizaciones reparatorias a los querellantes.
– El Ministro de Justicia y DD. HH. Hernán Larraín, al ser interpelado por la oposición en el Congreso el 07 de Junio de 2018 señaló: “Desde 1990 se han entregado 6.170 Millones de Dólares y se proyecta entregar 2 mil millones más, para los próximos 5 años, yo diría que esto no es una cifra miserable” (El Mercurio 7/06/2018) Pag C-4).
Presidente Aylwin | Presidente Frei: | Presidente Lagos: | Presidenta Bachelet: | Presidente Piñera: | Total |
283
(Sólo subversivos) |
343
(delincuentes comunes) |
244
(entre delincuentes comunes y ley especial para subversivos) |
62
(delincuentes comunes) |
1
(una Pastora Aymara del Norte) |
906 |
Nota: 1 solo Militar ha sido Indultado. (Ricardo Lagos, caso Tucapel Jiménez.)
Esta inmoralidad, que además es constitutiva de delito, fue denunciada por el entonces Senador Baldo Prokurica, tomó conocimiento la Contraloría, el Consejo de Defensa del Estado y se nombró dos investigadoras la Ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago Mireya López y la Fiscal Ximena Chong. ¿Que pasó con la investigación judicial? Prácticamente NADA, no fueron más de 12 los condenados a penas menores y los Diputados y Senadores que firmaron certificados falsos fueron absueltos, incluyendo la Senadora Isabel Allende que fue la que más firmó (más de mil).
Cabe destacar la opinión de Evelyn Matthei cuando era Ministro del Trabajo en 2013, señaló al Mercurio (07/12/2015): “El Estado ha destinado aproximadamente 3.000 Millones de Dólares, al pago de pensiones de exonerados desde1994 a la fecha. Durante mi gestión el gobierno calculaba que el monto comprometido en el pago de pensiones irregulares podría ser de unos Mil Millones de Dólares, en los, últimos 20 años”. Para que vea ud el monto estratosférico de las cifras que se barajan y lo que significan para el Erario Fiscal.
Al respecto don Raúl Celpa, Presidente de la Asociación Nacional de Exonerados Políticos, en entrevista con el Periodista Mosciatti (en la web) aportó el siguiente antecedente: “La Contraloría estimó que son 3 mil los casos de pensiones fraudulentas, pero la investigación aleatoria de nuestra asociación se estima que son 100.000El total son 160.000 y 100 mil son falsos. Actualmente se están gastando cerca de 400 Millones de DOLARES ANUALES, en gasto por Exonerados Políticos” (Dato disponible en la web, como se dijo).
Situación del Poder Político (Ejecutivo)
No ha variado en nada desde el paso de un Gobierno Socialista como el de Bachelet, a uno de derecha liberal como el actual. Los abogados de los organismos litigantes contrarios fueron todos nombrados en el gobierno anterior, se les ha dotado de mayores recursos económico para su labor de persecución penal.
Así siguen tramitando con especial ahínco causas antiguas y patrocinando nuevas. Se da la paradoja que un uniformado llevado a juicio puede enfrentar a varios adversarios potenciales: los querellantes particulares, el Programa de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia, el Consejo de Defensa del Estado en algunos casos y el Instituto de Derechos Humanos, que también fue facultado para denunciar. La desproporción es entonces evidente y todas ellas con un sesgo político grosero.
En cuanto a las actitudes del Presidente Piñera podemos sintetizarlas de la siguiente manera:
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En 2009, como candidato presidencial concurre al Circulo Español de Santiago a una reunión ampliada con Personal de las Fuerzas Armadas en Retiro, en que comprometió a que los juicio no se eternicen en el tiempo, a procesos justos, respetar el Estado de Derecho y el principio de igualdad ante la ley. Resultado: NO CUMPLIÓ NADA DE LO PROMETIDO.Es más los procesos pasaron de 300 a 1.280.
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En 2010, las Iglesias católicas y Evangélicas, solicitaron al Presidente Piñera un Indulto Bicentenario, por el aniversario como parte de la Conmemoración de los 200 años de vida independiente del país. Piñera acepta, pero dejando EXPRESAMENTE FUERA a los Miembros de las FFAA y Policiales. Este, luego por acuerdos políticos y tecnicismos jurídicos NO se concretó.
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En 2013, cuando se conmemoraban los 40 años del Pronunciamiento Militar, con gran apoyo periodístico y mediático cierra el Penal Cordillera, enviando a todos los detenidos a Punta Peuco, los llamó “Cómplices Pasivos “lo mismo que a civiles que apoyaron el Gobierno Militar .Y no indultó a nadie.
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En Junio de 2018, indulta al Coronel René Cardemil aquejado de un cáncer terminal, el Decreto se tramita con tal parsimonia y desinterés, que el Oficial falleció sin recibir el indulto. Como una cruel ironía el documento llegó al penal al día siguiente de su deceso, con él ya sepultado.
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Ese mismo año 2018 entrevistado por la prensa señala: “No estar de acuerdo con otorgar indultos a condenados por derechos Humanos”.
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En 2020 patrocinó un llamado Indulto Conmutativo, para en virtud de la pandemia que afecta al país, descomprimir las cárceles, para evitar el contagio dejando en libertad o reclusión domiciliaria a mayores de 75 años y reclusos con enfermedades graves. Él y su Ministro de Justicia Hernán Larraín dejaron EXPRESAMENTE FUERA del beneficio a los miembros de las FFAA.
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Durante su Gobierno, desde 2018 han fallecido 15 Internos cumpliendo condena. La mayoría por avanzada edad y enfermedades terminales. De esos 15 presos, 11 habían pedido Indulto Presidencial, todos fueron rechazados. A eso habría que agregar que desde que comenzaron estos juicios, hacia 1990, han fallecido 45 exmiembros de las FF. AA. y Policiales, en calidad de procesados o cumpliendo condena, varios de ellos suicidados. Los fallecidos desde 2018 son: Armando Cabrera, Leonidas Bustos, René Cardemil, Freddy Ruiz Bunger, Risiere Altez, Pedro Hormazábal, Carlos López, Sergio Arredondo, Humberto Quiñones, Guillermo González, Hernán Portillo, José Guzmán, Edgar Ceballos, Raúl Zapata y Orlando Manzo. Y en octubre de 2018 falleció en calidad de Procesado el Inspector de la PDI Jorge Barraza Riveros, despedido con honores por su Institución por haber sido un gran Investigador Policial; siendo él quién desarticuló varias células extremistas autoras de homicidios violentos. Todos ellos Q.E.P.D.
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En Síntesis: El Presidente Sebastián Piñera, hasta aquí, NUNCA CUMPLIÓ LA PALABRA EMPEÑADA.
Situación del Congreso Nacional:
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Pocos se quieren involucrar, hay excepciones importantes, pero la “Derecha Dura “no aparece, prefiere no intervenir y no tiene mayoría en ninguna de las dos Cámaras, para pasar un proyecto con solución definitiva, como lo hicieron para los suyos Patricio Aylwin y Francisco Cumplido. Con los votos de la misma derecha, por cierto.
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Recordamos una frase para el bronce que pronunció en ese entonces el Senador Hernán Larraín, hoy paradojalmente Ministro de Justicia y de DD. HH. que dijo al apoyar con su voto las “Leyes Cumplido”: “Este beneficio que no se entienda como una moneda de cambio para después favorecer a Militares”. Todo muy claro Sr Larraín. nada pueden esperar las FF. AA .de Ud.
Palabras Finales:
Tal vez mi exposición ha sido cruda, pero es la realidad que el Personal Militar y Policial está viviendo en el presente y el porvenir, si no se encuentra una solución a este grave problema que aún nos divide a los chilenos y cuya peor parte la han sacado los uniformados, que un día arriesgaron la vida por sacar a su Patria del marasmo en que encontraba.
Mientras, quienes fueron sus adversarios, que también cometieron delitos, gozan de absoluta libertad y reciben pensiones y beneficios del Estado con cargo al erario nacional
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En enero 2020 fallece el Almirante Don Rigoberto Cruz Johnson, quien fuera muy cercano al General Pinochet y al Almirante Merino. Ocupó el cargo de Ministro de Educación el Gobierno Militar. Fue Presidente del CENGE. Pasó su retiro hostilizado por los Tribunales hasta su partida. Hoy descansa en paz en el cementerio Playa Ancha/ Valpo.
[2]
Don Orlando Manzo (Q.E.P.D.), fallecido en prisión)
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