Columna de Opinión

Carta al Director de El Mercurio. Por Adolfo Paúl La Torre

Las opiniones vertidas en esta columna de opinión, son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de UNOFAR
Me parece muy bien que para el Gobierno sean “una prioridad los derechos humanos”
Señor Director:
 
     Me parece muy bien que para el Gobierno sean “una prioridad los derechos humanos” —como lo aseguró a El Mercurio la directora del programa de DD.HH. del ministerio del Interior, doña Rossy Lama—, pero me parece lamentable que éste persevere en la ideología del odio cultivada por los gobiernos de la Concertación, lo que no se condice con los llamados del presidente Piñera a la reconciliación y a la unidad nacional ni con lo manifestado por él en noviembre de 2009 durante su campaña electoral, cuando en el Círculo Español dijo ante miembros de las FF.AA. y de Orden en retiro que en su gobierno se iban a aplicar las leyes y a respetar el Estado de Derecho.

 Viña del Mar, 3 de enero de 2011

ADOLFO PAÚL LATORRE
Abogado

Columna de Opinión

Lagos y sus cárceles.

Las opiniones vertidas en esta columna son de responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de UNOFAR
¿Hay alguien que no recuerde el compromiso de mejorar el sistema que ofreció Lagos en base a cárceles concesionadas? ¿Hay alguien que no recuerde que de las diez ofrecidas solo se entregaron tres durante su mandato? ¿Hay alguien que no recuerde los multimillonarios costos que hubo que pagar por los deficientes contratos efectuados? ¿Hay alguien que realmente no recuerde?

 

El incendio en la cárcel de San Miguel tiene que haber sido un drama dantesco, que solo mentes muy visionarias pueden haber imaginado y, por lo tanto previsto, algo que, ciertamente, no ha ocurrido en nuestro país.
Las llamas, el hacinamiento, las rejas, los gritos desesperados de los reclusos, la impotencia de los guardias para poder controlar la situación, quedarán en los anales de una institución que se mostró absolutamente incapaz de manejar esta tragedia.
Pero, si bien es cierto que en condiciones de normalidad no es fácil pensar en una situación tan extrema, no es menos cierto que la condición en que se cumplen las condenas y los períodos de privación de libertad, propios de los procesos judiciales, no son extraños para nadie. Todos sabíamos y todos sabemos las condiciones en que se vive en las cárceles chilenas.
La vida de los presos y porqué no decirlo, la de los gendarmes, transcurre en un medio y en un ambiente que violenta cualquier análisis de lo que requiere un ser humano para sobrevivir la privación de libertad. El hacerlo en las condiciones sanitarias y en los espacios disponibles generan, a no dudarlo, reacciones de una violencia tal, que terminan en enfrentamientos atroces con los resultados que hemos podido ver de tanto en tanto.
Los muertos quemados vivos de la cárcel de San Miguel son pues, el más reciente capítulo de la tragedia humana que representa, para cualquier persona, el ingreso a un recinto penitenciario de nuestro país y, por eso, la expresión de dolor e indignación de los familiares y, frente a esta reacción popular, el juego de declaraciones y contradeclaraciones de los actores políticos que pretenden sacar ventaja de este tema lamentable.
Entre estas declaraciones, pareciera increíble que alguien pueda culpar al actual gobierno de esta situación y, suena como lógico, que el gobierno haga sus descargos por una herencia difícil de explicar por parte quienes estuvieron veinte años gobernando el país y, por estas mismas razones, a nosotros nos parece increíble que sigan discutiendo quien es quien, como lo demuestra la patética defensa de su gestión por parte del ex Presidente Ricardo Lagos Escobar.
¿Hay alguien que no recuerde el compromiso de mejorar el sistema que ofreció Lagos en base a cárceles concesionadas? ¿Hay alguien que no recuerde que de las diez ofrecidas solo se entregaron tres durante su mandato? ¿Hay alguien que no recuerde los multimillonarios costos que hubo que pagar por los deficientes contratos efectuados? ¿Hay alguien que realmente no recuerde?
Y si somos capaces de recordar, ¿no les parece sorprendente que, con ese orgullo que le distingue, reclame un reconocimiento a su magna obra, cuando el hacinamiento, la mugre y las condiciones inhumanas de los presos son un reflejo de sus falencias y de la incapacidad para resolverlas?.
Pero lo que más me llama la atención, es que se permita pedir un reconocimiento a su obra cuando nunca, y repito, ¡NUNCA! le vi o le oí, un gesto similar para la gigantesca obra de reconstrucción nacional emprendida por el General Pinochet para sacar al país de las cenizas en que lo había dejado el Gobierno de la Unidad Popular. Esa si que le cambio el destino a Chile y sería bueno no olvidarlo.
Jorge P. Arancibia Reyes
Columna de Opinión

EL GOBIERNO Y EL PROGRAMA DE DD.HH.—— LOS SOLDADOS DEL 73 Y EL BICENTENARIO DE LA NACION CHILENA. (Carta del CENGE al Presidente de la República)

Las opiniones vertidas en esta columna son de responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de UNOFAR

En perfecta sincronía con la inconsecuencia descrita, las autoridades de gobierno del sector justicia siguen actuando hacia los militares en prisión con el mismo rigor injustificado y desproporcionado que sus antecesores concertacionistas, negando sistemáticamente a éstos el acceso a los beneficios carcelarios establecidos en nuestro ordenamiento jurídico para condenados que han cumplido la mayor parte de sus penas o que se encuentran gravemente enfermos

De acuerdo a la edición electrónica del diario La Nación, ayer fueron ocupadas las oficinas del llamado “Programa de DD.HH. del Ministerio del Interior” por parte de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos (AFEP), para protestar en contra del ministro al que acusan de desidia por cuanto desde hace más de 7 meses no se ha presentado ninguna querella por ejecutados políticos por parte del Programa. Dentro del juego político tradicional de nuestra particular democracia este hecho podría pasar desapercibido, salvo por dejar en evidencia que la asimetría y el doble estándar continúan gobernando el destino de los chilenos, como en los mejores tiempos de la Concertación.

Al respecto, es posible señalar que el Subsecretario del Interior, hasta ayer ministro subrogante, es el superior directo y responsable de los actos que realiza el “programa” en cuestión, cuya independencia y desprecio hacia la autoridad de la que supuestamente depende ha dejado en evidencia en forma repetida durante el presente año, cuando consiguió citar a declarar como inculpados en juicios de DD.HH. a un Subsecretario, a un Alcalde y a un Embajador del propio gobierno, poniéndolo en ridículo mientras recibía los aplausos del mundo socialista.

Cabe recordar que dicho “programa” –sustentado por la Ley 19.123 que en 1992 creó la Corporación de Reparación y Reconciliación y fijó su extinción para el 31 de Diciembre del año 1996? siguió actuando sin respaldo legal durante los años siguientes, litigando con pasión para encarcelar a gran cantidad de militares, al amparo de los sucesivos gobiernos de la Concertación. Así operó hasta que en Noviembre del 2007 y con la anuencia de los partidos de la oposición de ese entonces se aprobó la ley que creó el Instituto de los DD.HH., incluyendo a última hora en ella un artículo transitorio que valida de dudosa forma la existencia del programa y su dependencia del Ministerio del Interior.

Este agónico aliento, solo permitirá que el “programa” exista hasta que entre en funciones el nuevo Instituto de los DD.HH., oportunidad en que debiera desaparecer en forma automática para dejar de involucrar al gobierno en actos de revanchismo político públicamente reconocidos y que en la práctica –junto con encarcelar a cientos de militares – sirven para que sus beneficiarios se generen atractivas oportunidades económicas. El reclamo actual de la AFEP estaría indicando que la “productividad del negocio” se puede ver amenazada con una merma importante en sus ingresos y beneficios, a raíz de la aparente interrupción del flujo de denuncias.

Entretanto, un número indeterminado de ex – uniformados sigue viviendo su vida en paz sin afectar la vida de nadie, sin agitar masas ni provocar conflictos y sin sospechar siquiera la avalancha de acusaciones que se cierne sobre ellos por hechos en los que participaron hace casi cuarenta años y que jamás pudieran haber asociado con actos ilegales, por estar convencidos de hacer lo correcto en cumplimiento de su Deber Militar, mientras desarrollaban tareas propias de grados subalternos, durante un período de excepción constitucional que establecía la existencia de un estado de guerra interna. Lo curioso y sorprendente es que las acusaciones en su contra deberían ser patrocinadas ni más ni menos que por el mismo gobierno al cual recién ayudaron a triunfar con su voto y al que aplaudieron por destronar al socialismo.

El subsecretario, en su calidad de ministro subrogante, destinó más de una hora a escuchar las recriminaciones y exigencias de la AFEP, dedicando un tiempo especialmente valioso y escaso para quien se encontraba ejerciendo circunstancialmente dos cargos en uno y que vive normalmente tan ocupado que ni siquiera ha dispuesto de un momento para responder las cartas enviadas por los militares encarcelados que piden la clemencia y consideración a que cualquier chileno tiene derecho. A pesar de ello y de que jamás él o su jefe se han dignado atender ninguna de las reiteradas solicitudes de audiencia de las organizaciones de militares en retiro, el Ministerio del Interior ha acordado sostener una nueva reunión durante la próxima semana, con esta agresiva agrupación.

Sabido es que la ambición humana es enorme, pero en el caso de las agrupaciones de DD.HH. ella pareciera no tener límite. Cada peso “reparador” de los miles de millones que han recaudado hasta ahora se comporta en la práctica como una suerte de carbohidrato mágico que les aumenta el apetito, haciéndolos desear más y más dinero y beneficios, sin conseguir saciar su ansiedad inagotable. Cuando pasen los años, más de alguna investigación periodística mostrará al mundo la forma en que se han dilapidado enormes recursos del Estado de Chile para beneficiar a unos pocos, financiándoles jugosas indemnizaciones, pensiones, becas, etc., a partir de supuestas o inexistentes relaciones de parentesco, vínculos con “detenidos-aparecidos” o simplemente victimización sustentada por historias falsas. Todo ello, orientado solo hacia un lado del muro, ya que a pesar de hablar de “víctimas de la violencia política”, jamás se ha entregado reparación alguna a las viudas e hijos de los uniformados asesinados por los terroristas.

Tal parece que los recursos financieros sobran para estos fines, llamando particularmente la atención la disposición del gobierno actual para seguir escuchando y amparando los abusos jurídicos que se han cometido en contra del sector uniformado, al cual el mundo socialista asigna la responsabilidad exclusiva por el fracaso de la utopía revolucionaria de Allende. Sin “querer – queriendo”, el gobierno actual sigue escuchando y sosteniendo a los grupos de presión quejunto con avanzar en su tarea de penetración y consolidación ideológica? buscan mantener el tema en la agenda nacional, impidiendo que se cumpla la aspiración de la mayor parte de una sociedad que sólo desea progresar en paz y dejar de soportar la majadera cantinela de los DD.HH.

En perfecta sincronía con la inconsecuencia descrita, las autoridades de gobierno del sector justicia siguen actuando hacia los militares en prisión con el mismo rigor injustificado y desproporcionado que sus antecesores concertacionistas, negando sistemáticamente a éstos el acceso a los beneficios carcelarios establecidos en nuestro ordenamiento jurídico para condenados que han cumplido la mayor parte de sus penas o que se encuentran gravemente enfermos.

Tal parece que el gobierno actual quisiera evitarse cualquier problema con el mundode los DD.HH. Las actuaciones observadas en algunos de sus personeros y su negativa a dar una solución definitiva al vergonzoso tema de los presos políticos militares, pareciera indicar que el destino de éstos pretende ser capitalizado por el Ejecutivo como una suerte de moneda de cambio o mecanismo de alivio de presión a utilizar cuando sea necesario negociar con quienes les pudieran complicar la vida. Es claro para el gobierno que los militares no saldrán a la calle a tirar piedras ni a quemar autos, por lo que no los consideran como un grupo que pueda afectar su imagen política. Sin embargo, la masa crítica de la familia militar y las simpatías que su situación genera en un sector cada vez mayor de la sociedad, sí pueden hacer sentir su peso en alguna elección. Si no lo creen, pregúntenle al PRI en las municipales del 2008. 

El asunto es que desde el momento en que las actuales autoridades llegaron al gobierno? adquirieron la obligación de velar por el bienestar y por la justicia igualitaria para todos los chilenos, no sólo para quienes ejerzan una presión política o amenacen con agitar aguas a partir de su vocación de violencia. De no cumplir con dicha obligación, se exponen a caer en la misma inmoralidad de que hicieron gala sus predecesores.

18 de Noviembre de 2010

Patricio Quilhot Palma

Su Excelencia Presidente de la República de Chile

Sebastián Piñera Echeñique

Palacio de la Moneda, Santiago

Presente

De nuestra mayor consideración:

 

 

Adjunto se remite a usted “Carta Pública” del Centro de Generales de Ejército en Retiro, con algunas aclaraciones y reflexiones de sus integrantes, en relación con la situación política-judicial, que hasta hoy viven centenares de miembros en retiro del Sector de la Defensa Nacional, como producto del doble estándar e inequidad con que se ha actuado en cuanto a ellos, por haber cumplido con su deber de Soldados a partir del histórico Pronunciamiento Cívico-Militar de 1973.

Atentamente,

CENGE

 

 

 

 

 

 

 

LOS SOLDADOS DEL 73 Y EL BICENTENARIO DE LA NACION CHILENA.

         

Al festejar nuestra Patria los 200 años que dan inicio a la gesta emancipadora, ante la exigencia de nuestras conciencias y con la experiencia de haber vivido el tiempo previo al 11 de Septiembre de 1973; y, constándonos las circunstancias que motivaron el quiebre Institucional de ese año, como las consecuencias que de éste se derivaron y que vivimos hasta el día de hoy, deseamos compartir con nuestros compatriotas, reflexiones que corresponden a una realidad indesmentible, que ha dado marco a la situación judicial y carcelaria que hasta hoy viven cientos de nuestros camaradas de ayer, procesados y condenados, discriminatoriamente, al no aplicarse en sus casos, Instituciones Jurídicas propias del Estado de Derecho que rigen en Chile.

Es el propósito y objetivo de estas reflexiones, contribuir a restañar las heridas de un pasado cercano y a la unión entre TODOS los chilenos, en el contexto de una mínima verdad histórica común, indispensable para que nuestro país enfrente y valide unitariamente su Bicentenario. Nuestras reflexiones pretenden compartir y demostrar con y ante nuestros compatriotas, que la actual situación en que se encuentran cientos de antiguos integrantes de las FF.AA. y de Carabineros, es producto de la discriminación e inequidad con que se ha actuado, por parte de los Tribunales de Justicia contra ellos, en medio de una presión ideológica irreductible.

Como la inmensa mayoría de los chilenos mayores de 15 años al año 1973, estamos convencidos en lo mas profundo de nuestras conciencias, que las FF.AA. y Carabineros de Chile, actuaron motivadas fundamentalmente por el grado de destrucción alcanzado contra la institucionalidad vigente a Septiembre de 1973, por efecto de la puesta en marcha del proyecto político de la Unidad Popular, que llevaba a Chile a su auto destrucción y a la pérdida de su independencia y soberanía.

Lo anterior, entre otros tantos hechos y escritos de la época, se desprende claramente del Acuerdo de la Cámara de Diputados de Chile, de 22 de Agosto de 1973, documento que analiza la actuación del Gobierno de la República a esa fecha, en su relación con los Poderes Legislativo y Judicial; y, con la Contraloría General de la República.

El considerando 6° de este histórico como indesmentible acuerdo, en lo pertinente señala que el gobierno ha incurrido en violaciones a la Constitución y a la Ley, “llegando a los extremos de desconocer y atropellar sistemáticamente las atribuciones de los demás Poderes del Estado, violando habitualmente las garantías que la Constitución asegura a todos los habitantes de la República, y permitiendo y amparando la creación de poderes paralelos, ilegítimos, que constituyen un gravísimo peligro para la nación, con todo lo cual ha destruido elementos esenciales de la institucionalidad y del Estado de Derecho.”

 

Por su parte, resulta asimismo de interés señalar que en el considerando 12° de ese Acuerdo de la Cámara de Diputados, se señala “que en la quiebra del Estado de Derecho tiene especial gravedad la formación y desarrollo, bajo el amparo del Gobierno, de grupos armados que, además de atentar contra la seguridad de las personas y sus derechos y contra la paz interna de la Nación, están destinadas a enfrentarse contra las FF.AA., como también tiene especial gravedad, el que se impida al Cuerpo de Carabineros ejercer sus importantísimas funciones frente a las asonadas delictuosas, perpetradas por grupos violentistas afectos al Gobierno. No pueden silenciarse, por su alta gravedad, los públicos y notorios intentos de utilizar a las FF.AA. y al Cuerpo de Carabineros con fines partidistas, quebrantar su jerarquía Institucional e infiltrar políticamente sus cuadros.”

Lo dispositivo de este Acuerdo insta al Presidente de la República, Ministros de Estado y miembros de las FF.AA., y de Carabineros, a poner término inmediato a estas situaciones, apelando en relación con estos últimos, a su juramento.

Por su parte, la Exma. Corte Suprema manifestó al Presidente de la República hechos de igual gravedad, con fecha 02 de Julio de 1973 y 25 del mismo mes y año.

La Contraloría General de la República con fecha 02 de Julio de 1973, representó al Primer Mandatario situaciones que afectaban seriamente el funcionamiento de la administración del Estado.

La destrucción de la institucionalidad alcanzada en el país y reflejada en los citados documentos, inequívocamente fue un claro y perentorio llamado a las FF.AA. y de Carabineros, a impedir la destrucción total del Estado de Derecho, dentro del principio de la legítima defensa del Estado.

Documentos emanados de connotados personeros políticos de la época, son coincidentes con las denuncias ya expresadas.

En 1978, el Consejo Mundial de Iglesias presidido por el Arzobispo de Santiago, Cardenal Raúl Silva Henríquez, solicitó al supremo gobierno la dictación de una ley de amnistía, como una forma de contribuir al término del clima de enfrentamiento.

En Abril de ese mismo año, se dictó el Decreto de Ley 2191 sobre Amnistía, que nuestros Tribunales de Justicia, aplicaron desde esa fecha hasta los años 1994-1995. Posteriormente se evitó aplicar esta norma hasta el año 1999, en que se aceptó la prescripción extintiva de responsabilidad de acuerdo a las normas generales.

A contar de esas fechas y sin existir modificaciones a la normativa legal interna o internacional, los Tribunales de Justicia consideraron que la aplicación de la Amnistía, contravenía diversos Tratados Internacionales y aún el Tratado de Roma, sólo recientemente vigente en Chile a partir del 1° de Septiembre de 2009.

Tal consideración carece absolutamente de fundamento jurídico,   pues precisamente estos mismos Tratados Internacionales, incluso el Tratado de Roma, reconoce que su competencia se remite a los hechos cuyo principio de ejecución sea con posterioridad a la entrada en vigencia de este Tratado en Chile.

La arbitraria interpretación anterior, ha permitido el procesamiento y condena de numerosos ex integrantes de las FF.AA. y de Carabineros.

Se sostiene asimismo, en reiterados fallos condenatorios de nuestros tribunales, argumentaciones basadas en “principios de derecho”, haciendo referencia en forma explícita a diversos tratados internacionales, algunos aún no vigentes y otros cuyo imperio en el país, es largamente posterior a la fecha de iniciación de los hechos, materia del proceso.

Entendemos que los principios de derecho, son de carácter supletorio, esto es, son aplicables ante la inexistencia de norma legal que regule la materia. En el país existe una norma de carácter constitucional, que regula con precisión esta situación. Se trata del inciso 2° del artículo 5° de la Constitución Política de la República, que dispone:

“El ejercicio de la soberanía reconoce como limitación el respeto de los derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana. Es deber de los órganos del estado respetar y promover tales derechos, garantizados por esta constitución, así como por los tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes.”

Lo previamente expresado, ha sido también utilizado como factor determinante para la dictación de sentencias condenatorias.

Nuestros Tribunales, tratándose de investigaciones por hechos imputados, a este sector pasivo de la Defensa Nacional, han estimado también no aplicar la prescripción extintiva de responsabilidad, considerando que ésta se opone a la Convención de Naciones Unidas sobre Crímenes de Guerra y Lesa Humanidad. Lo anterior, previo a la dictación de la ley 20.357, de Junio de 2009, que recién viene a establecer cuales son estos delitos en nuestra legislación nacional.

No debiera caber duda jurídica alguna, que la prescripción extintiva opera absolutamente en nuestro país y su no aplicación, afecta gravemente al Estado de Derecho.

Finalmente, estimamos que la solución a la actual situación que viven nuestros camaradas procesados y condenados, requiere la aplicación, sin dilaciones, de las Instituciones jurídicas vigentes en nuestro país y no aplicadas en la actualidad, creando una discriminación inaceptable, la que es imprescindible sea revertida a la mayor brevedad, dada la tardanza en hacer llegar una justicia verdadera para ellos y sus dolidas y abnegadas familias, en especial si se desea que con el cumpleaños número 200 de la Patria común, se logre la ansiada unidad nacional, sustento fundamental para la obtención del bien común de sus ciudadanos.

                BGL. JAIME NUÑEZ CABRERA

                   PRESIDENTE DEL CENGE.

               SANTIAGO, Noviembre de 2010.-

Columna de Opinión

¿Señales positivas?

La directiva
No queremos pecar de excesivo optimismo pero, como no hay mal que dure cien años, ¿porqué no podrían marcar estos hechos el principio del fin? o, si alguien lo prefiere, ¿el fin del principio?

 

            Desde que se decretara la reapertura del caso Guzmán, diversas noticias procedentes del ámbito judicial nos llevan a aventurar la aparición de señales que podrían ser consideradas como positivas.
            Aunque las gestiones para lograr la extradición del frentista Galvarino Apablaza hayan fracasado, al primar para el gobierno del vecino país la solidaridad ideológica por sobre los compromisos internacionales de colaboración para combatir al terrorismo, hemos podido advertir un esfuerzo por parte del poder judicial chileno por aplicar la ley a diversos implicados en actos terroristas que, hasta el día de hoy, la habían eludido eficientemente.
            No podemos predecir si en estos procesos se hará finalmente justicia pero ya es algo que quienes habitualmente ofician de implacables acusadores, se vean obligados a defenderse de los cargos que se les imputan.
            También hemos tomado conocimiento que en la causa que se instruye por el emblemático ataque al Retén Los Queñes, donde perdiera la vida un miembro del Cuerpo de Carabineros, fiel a su juramento de servicio a la Patria, el Ministro sumariante no haya encontrado evidencias que respalden las denuncias de los querellantes, habiendo procedido a dictar sentencia absolutoria.
            Tampoco podemos predecir en qué terminará finalmente este proceso pero también ya es algo que un miembro del poder judicial se atreva a sentenciar con estricto apego a la ley, en lugar de hacer recaer la prueba de su inocencia en los mismos inculpados, como ha sido habitual en los numerosos juicios que se instruyen por la represión del extremismo.
            Ojalá muchos más se atrevan y no sea éste un caso aislado.
            No queremos pecar de excesivo optimismo pero, como no hay mal que dure cien años, ¿porqué no podrían marcar estos hechos el principio del fin? o, si alguien lo prefiere, ¿el fin del principio?
            Lejos estamos de buscar un empate con los obcecados partidarios del “ni perdón, ni olvido”, pero sí continuaremos exigiendo en todas las instancias a que tengamos acceso, que la ley se aplique a todos igual.
2010-11-10
Columna de Opinión

6 de noviembre Día Nacional de la Antártica Chilena.

Las opiniones vertidas en esta columna son de responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de UNOFAR
Mientras el Tratado Antártico, cuya duración es indefinida, se encuentre vigente, los derechos soberanos de Chile estarán debidamente cautelados ya que congela las pretensiones territoriales de los firmantes, impide la negación o afirmación de derechos de soberanía y prohíbe futuros reclamos territoriales.

Artículo enviado por Don Alfredo Martínez A.
El 6 de noviembre de 1940, el Presidente Pedro Aguirre Cerda y su Canciller, Marcial Mora, firmaron el decreto supremo 1747 que fijó los límites de la nación en el sur, señalando lo siguiente: “Forman la Antártica Chilena o Territorio Chileno Antártico, todas las tierras, islas, islotes, arrecifes, glaciares (pack-ice) y demás, conocidos y por conocer y el mar territorial respectivo, existentes dentro de los límites del casquete constituido por los meridianos 53 grados longitud oeste de Greenwich y 90 grados longitud oeste de Greenwich“.

Posteriormente y por  Decreto.Supremo 778 de 1965 del Ministerio de Relaciones.Exteriores se oficializó dicha fecha como día nacional de la antártica chilena
De este modo, sobre la base de estos preceptos legales, hoy en día, administrativamente, la Antártica Chilena pertenece a la XII Región “Magallanes y Antártica Chilena” (artículo 5º del Decreto Ley Nº 1.230 del año 1975) y abarca la provincia Antártica Chilena, con capital Puerto Williams, la que a su vez está constituida por las comunas de la Antártica y Navarino.
.Gran Bretaña anunció en octubre de 2007 su intención de reclamar soberanía sobre un sector del lecho marino de la Antártica, que se superpone a los territorios de Chile y Argentina, sin embargo el Tratado Antártico hace inviable esta pretensión.
Ya se han cumplido 50 años desde que el 1 de diciembre de 1959 doce países -Chile, Argentina, Reino Unido, Francia, Japón, Noruega, Australia, Nueva Zelandia, Estados Unidos, Rusia (entonces Unión Soviética), Bélgica y Sudáfrica- suscribieron el Tratado Antártico. Su Artículo IV establece una fórmula jurídica especial, mediante la cual se resguardan las reclamaciones formales de territorio efectuadas a la fecha, reconociéndose que existen también otras posiciones de base de reclamación o denegación de ellas.
Mientras el Tratado Antártico, cuya duración es indefinida, se encuentre vigente, los derechos soberanos de Chile estarán debidamente cautelados ya que congela las pretensiones territoriales de los firmantes, impide la negación o afirmación de derechos de soberanía y prohíbe futuros reclamos territoriales.
Nuestro saludo a quienes hacen soberanía en tan gélida región y a quienes se aprestan a servir en las nuevas comisiones prontas a zarpar.
Mientras que en Punta Arenas se conmemora debidamente este importante hito histórico, en nuestra quinta región el día 6 de noviembre será solamente un día más del calendario.
Serán solamente los amigos y familiares que recordaran en este día a quienes pronto volverán al seno familiar, tras la misión cumplida.
Columna de Opinión

REFLEXIONES SOBRE UN FPMR

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NO HACEN HADA y el frentista se fue para su casa……desde donde seguramente en breve regresará a España


En  estos dias el militante FPMR  Rodrigo Rodriguez Otero,  hoy tiene nacionalidad española y se encuentra radicado en ese país, y quien había sido detenido por la PDI al ingresar a Chile por Pudahuel, se presentó a declarar ante  2 Ministros de la Corte de Apelaciones de  Santiago .Primero ante el Ministro Mario Carroza  que investiga el crimen del Senador Guzman y el Secuestro de Cristián Edwards y luego ante el Ministro Lamberto Cisternas que investiga la fuga en helicoptero  de los condenados  frentistas desde la carcel de Alta Seguridad . En ambos casos negó toda participación en los hechos , siendo puesto  en inmediata libertad.
Sin embargo aquí viene lo grave: Reconce ante ambos Ministros, ser el jefe y organizador del atentado al  General Pinochet en el Cajon del Maipo el 7 de Septiembre de l986,en que murieon 5 escoltas y otros resultaron  heridos de gravedad.  Y ambos Magistrados  que por mandato de la ley deben denunciar y  pesquisar delitos de oficio incluso  NO HACEN HADA y el frentista se fue para su casa……desde donde seguramente en breve regresará a  España.
Se imaginan ustedes que actitud habrían adoptado los Señores Ministros  si tal confesión proviniera de un miembro de las FFAA  , seguramente para su casa no habría regresado……
Esta actitud  del Poder Judicial  la encuentro francamente , como dicen ahora, EL DESCUEVE y es el mas claro ejemplo  del Doble Standar  que se aplican a los subversivos versus  las Fuerzas Armadas.
La Justicia claramente NO es igual para todos y atenta contra los mas elementales  principios del   Estado de Derecho y la igualdad ante la ley entre otros.

Marcelo Elissalde M. ABOGADO.
Consultor DDHH

Columna de Opinión

PROBLEMAS PARA HACER JUSTICIA. (Adjunto: “LOS SOLDADOS DEL 73 Y EL BICENTENARIO DE LA NACION CHILENA”)

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Es imposible no preguntarnos cuanto habría durado en Buenos Aires un militar chileno cuya extradición hubiera sido solicitada por las mismas vías y motivos que Apablaza,

 

Durante estos últimos días los medios de comunicación han cubierto con notable amplitud la grotesca bofetada en la cara que nos ha dado el gobierno argentino al dar asilo político a Galvarino Apablaza, negando así un requerimiento de extradición tramitado por Chile a solicitud de sus tribunales de Justicia, solicitud que había sido respaldada por la Corte Suprema de Justicia de Argentina, en virtud de los argumentos planteados.
Lo primero que ha llamado la atención, es que una solicitud aprobada y apoyada por los dos más altos tribunales de justicia de ambos países, que deben de haber considerado el mérito de los fundamentos esgrimidos sea descartada por un organismo administrativo, integrado, mayoritariamente por funcionarios del gobierno trasandino que cuestionó la valía jurídica de dichos argumentos. ¡Notable!
Lo segundo que llama la atención es la sorpresa con que esta determinación ha sido recibida en nuestro país, cuando era un hecho cantado a voces que aquello ocurriría, ¿o es que alguien medianamente informado esperaba algo distinto por parte del matrimonio gobernante en la hermana república?
Y lo tercero, es la forma cuidada con que se ha movido nuestro gobierno para salvar la situación en el frente interno con algún grado de dignidad, pero evitando a toda costa, un escalamiento del conflicto generado por el insulto recibido. En este caso, me hago cargo que otra cosa es con guitarra, pero, por favor, tengamos claro que este tema lo queremos superar lo antes posible y punto.
Estas consideraciones anteriores, nos llevan de vuelta al tema de la justicia nacional, internacional o por donde se la quiera ver y, cualquiera sea la perspectiva que se adopte, el resultado es lamentable y la evaluación que las personas hacen de este bien fundamental, habla a las claras de la pésima opinión que sobre ella se tiene.
Las razones son muchas, como por ejemplo, que ella se aplica distinto a pobres que a ricos, siendo más duramente sancionado quien se roba una gallina que quien es condenado por defraudar al Fisco en miles de millones de pesos; situaciones estas últimas, que se han visto confirmadas en los reiterados casos de corrupción de los gobiernos de la Concertación y las penas otorgadas a sus más destacados próceres.
Lo mismo ocurre, con la respuesta que tienen los delitos si estos son cometidos por personeros de la izquierda política, en cualquiera de sus facciones y mejor, si son del ala progresista o más extrema, pues en este caso, no solo se mueven los equipos de abogados bien remunerados que tienen, sino que, en de ser necesario, se hecha a andar la maquinaria internacional con su avasallador poder económico y comunicacional para rescatar al imputado.
Pero para terminar esta columna, es imposible no preguntarnos cuanto habría durado en Buenos Aires un militar chileno cuya extradición hubiera sido solicitada por las mismas vías y motivos que Apablaza, ¿cuánto habría durado? y pese a que, allende los Andes, se sabe que en nuestro país se han dejado de respetar normas del debido proceso como son la amnistía, la prescripción o la cosa juzgada y donde impera la aberración jurídica del secuestro delito permanente. ¿Cuánto se habrían demorado en extraditarlo?