¿CÓMO ENFRENTAR EL 5 DE SEPTIEMBRE?
El Mercurio, Editorial, 26/08/2022
Es muy probable que el país amanezca, al día siguiente del plebiscito del 4 de septiembre, sin haber resuelto la “cuestión constitucional”. Ya sea que triunfe el Rechazo o gane el Apruebo, las encuestas conocidas sugieren que ninguna opción habrá conseguido una mayoría aplastante o siquiera comparable con aquella del plebiscito de entrada.
Aun cuando se diseñó un proceso democrático y participativo para redactar la nueva Carta Fundamental, la dinámica interna de la Convención, alimentada por un entusiasmo refundacional mal concebido, y su desconexión con amplios sectores del país le impidieron llegar a un texto que resultara convocante para las grandes mayorías.
La manera en que se enfrente la coyuntura posplebiscito por el Presidente de la República, quien tiene la responsabilidad de conducir los destinos del país, y por los líderes del Congreso, tendrá una importancia crucial.
Los últimos tres años se han caracterizado por una fuerte tensión social, producto de la crítica radical que algunos sectores han promovido respecto de la sociedad chilena construida en los 30 años anteriores.
La población ha sido expuesta a un prolongado período de violencia, desorden y desencuentro, al que se han agregado problemas económicos —varios de ellos, producto de lo anterior—, agravados luego por una pandemia y, recientemente, por las repercusiones que la guerra en Ucrania ha provocado en el mundo.
La convicción que el país y sus líderes tengan respecto de la necesidad de construir nuevos consensos será clave. |
La ciudadanía está dando muestras de un cierto hastío con todo ello, pues no solo no se han generado mejores condiciones de vida, sino que las expectativas de la mayoría han empeorado, como lo indican los distintos índices que intentan medirlas.
En ese escenario, el que el resultado del plebiscito no resulte en una nueva Constitución, o en una que concite la adhesión de una inmensa mayoría, puede ser aprovechado como una oportunidad para reconducir el proceso político en una dirección distinta.
En vez de ahondar en las diferencias que los distintos grupos tienen respecto del futuro y en vez de generar mayores desencuentros entre “ellos y nosotros” —siendo ese ellos los “malos” y ese nosotros los “buenos”—, al día siguiente del plebiscito habrá llegado quizás el momento de convocar a la población en la búsqueda de nuevos consensos, abandonando las posiciones de trinchera que han marcado el pasado reciente, para buscar compromisos que recuperen la fe en un destino común, pues el país es uno solo y sus ciudadanos son todos merecedores de la misma dignidad.
Así, si gana el Apruebo, el Presidente de la República y el Congreso estarán llamados a concordar las modificaciones que la nueva Carta Magna evidentemente requiere —algunas de las cuales ya han sido explicitadas por la coalición oficialista y otras deberán convenirse con generosidad política de todos los involucrados—, para concitar un apoyo supramayoritario, que supere largamente al conseguido en el plebiscito.
Si, por el contrario, triunfa el Rechazo, como las encuestas sugieren, serán aún más fundamentales el liderazgo presidencial y el papel del Congreso para encontrar las formas de dar continuidad al proceso constituyente, teniendo como objetivo una Constitución que interprete a las grandes mayorías del país.
Fundamental será —cualquiera sea el camino que con ese objetivo se siga— corregir los errores y dinámicas que, según se admite hoy transversalmente, incidieron en el frustrante resultado de la Convención, desde su cuestionado diseño electoral hasta los modos en que sus integrantes encararon su tarea.
La convicción que el país tenga respecto de la necesidad de construir nuevos consensos será clave para resolver exitosamente la cuestión constitucional, pero, sobre todo, para enfrentar los abrumadoramente complejos problemas —económicos y sociales— que estos tres años han ido acumulando.
Si los líderes políticos tienen la grandeza y la visión para conducirlo, la política podrá, por fin, recuperar el prestigio que nunca debió perder, y el país retornar a una senda de progreso que tanta falta hace.
Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel
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