Contulmo: La historia tras la crítica inicial del gobierno a la Armada.
Pasa la cuenta tener un estado de excepción acotado. A esto hemos llegado en el Biobío y La Araucanía, a que los ciudadanos esperen a sus futuros atacantes para enfrentarse a ellos con las armas.
“Monsalve se esta desligando de responsabilidad y la traspasa a la Marina. Esta sigue las órdenes del gobierno, que ha dispuesto un estado de excepción difuso y que no soluciona el problema de fondo”.
Contulmo: La historia tras la crítica inicial del gobierno a la Armada.
Si bien el jefe de la defensa nacional (JEDENA) de Arauco, contraalmirante Juan Pablo Zúñiga, por ley depende y reporta al Presidente de la República -y en ocasiones a la ministra de Defensa, si es necesario, se recuerda en esta cartera-, las críticas del subsecretario de Interior, Manuel Monsalve, al accionar de la Armada tras lo ocurrido en Contulmo, mostraron tensión.
El fundamento es que los Infantes de Marina (IM) no habían llegado a tiempo y que no hubo un representante de ellos en la reunión del martes en esa localidad con él y autoridades locales.
Tras eso surgieron versiones de prensa de que se iba a reemplazar a Zúñiga. Consultada hoy dos veces la ministra Izkia Siches si van a remover a Zúñiga, respondió que “vamos a tener reuniones localmente la ministra de Defensa (Maya Fernández), el subsecretario (Monsalve) con autoridades regionales y con FF. AA. y Carabineros para ver como se refuerza el despliegue”.
Pasa la cuenta tener un estado de excepción acotado |
Pero hoy una fuente de gobierno descartó el cambio de Zúñiga, ni sanción a los uniformados. ¿Por qué? La misma fuente confidenció que Monsalve “recibió mala información en terreno” de lo ocurrido. Y agregó que Zúñiga no asistió a la reunión en Contulmo porque fue citado a la misma hora a un encuentro en Concepción con la Delegada Presidencial Daniela Dresdner. O sea, estaba a 700 kilómetros de distancia y nadie le avisó, cuenta otra fuente del sector.
¿Y la demora de la Armada en llegar al Molino Grollmus? Una fuente del sector dijo que desde Los Álamos (donde los dejaron instalados) a Contulmo es una hora en auto, pero que los camiones y el carro Mowag obviamente se demora más, a lo que se suma que había obstáculos (árboles derribados) en el camino.
Más aún, al llegar se tuvieron que quedar en la Ruta P-60 R, porque por el decreto de Estado de Excepción acotado no pueden ingresar a zonas urbanas. “La Armada hace una lectura textual del decreto …”, afirmó la misma fuente gubernamental.
A su vez, el analista de Defensa, Richard Kouyoumdjian opinó que “Monsalve se esta desligando de responsabilidad y la traspasa a la Marina. Esta sigue las órdenes del gobierno, que ha dispuesto un estado de excepción difuso y que no soluciona problema de fondo”.
CONTULMO, EL FRACASO DEL ESTADO
El Mercurio, Editorial, 02/09/2022
Tres personas heridas a bala y la pérdida de una parte del patrimonio histórico y cultural de Contulmo dejó el atentado incendiario al molino Grollmus, perpetrado por un grupo terrorista el lunes pasado.
El molino estaba junto a un camino rural, a cinco minutos de la pequeña ciudad, en uno de los rincones más pintorescos y atractivos del sur de Chile.
Toda la región, pero especialmente esta zona a orillas del lago Lanalhue, es una muestra de admirable integración entre los habitantes originarios de la zona —un 30% de la población de la comuna se declara mapuche—, la inmigración alemana de fines del siglo XIX y la mayoría mestiza.
Un recorrido por el cementerio de Contulmo, con una vista privilegiada sobre la ciudad, y la señalética de tránsito, desde hace ya muchos años escrita en castellano, mapudungun y alemán, le muestran de inmediato al visitante que se encuentra en un lugar pluricultural.
El festival de la frutilla blanca y la notable orquesta infantil y juvenil San Luis continúan una tradición musical antigua en la región, cuando las bandas de estudiantes de Los Sauces, Purén, Contulmo y otras localidades organizaban festivales y se visitaban atravesando la cordillera de Nahuelbuta en el tren que unía Lebu con Los Sauces.
A esto hemos llegado en el Biobío y La Araucanía, a que los ciudadanos esperen a sus futuros atacantes para enfrentarse a ellos con las armas. |
El terrorismo y la delincuencia que se han enseñoreado de la región son ajenos a todo esto. Cada día amanece con nuevos y violentos atentados, inexplicables y ciegos a la pacífica realidad de sus víctimas.
Pero el Estado apenas reacciona. Según se ha denunciado y debe ser objeto de investigación, el atentado al molino Grollmus tuvo lugar después de una serie de advertencias. Por eso la familia se habría preparado como pudo para defenderlo, disponiéndose para un combate armado en el cual terminó por imponerse la superioridad numérica y el poder de fuego de los atacantes.
Hoy, uno de los defensores, adulto mayor, se encuentra en riesgo vital, y los otros dos están heridos.
A esto hemos llegado en el Biobío y La Araucanía, a que los ciudadanos esperen a sus futuros atacantes para enfrentarse a ellos con las armas. Es la derrota del derecho, el fracaso del Estado en su tarea más irrenunciable.
La ausencia de una respuesta eficaz del Estado en la macrozona impresiona más aún si se considera que los grupos terroristas conocidos son pocos y, según dejan de manifiesto sus actuaciones, de escasa sofisticación.
Sus formas de actuación son predecibles, igual que sus objetivos.
Resulta simplemente inverosímil que ni las Fuerzas Armadas ni las de Orden y Seguridad, cuyos recursos y preparación exceden con creces —o al menos eso se supondría— los de estas organizaciones criminales, estén siendo permanentemente sorprendidas y superadas por ellas.
Por eso, la explicación de la inoperancia estatal en la macrozona no puede sino ser política. La zona es un verdadero incordio político, pues, por una parte, parece carecer de relevancia electoral en el contexto nacional y, por otra, cualquier acción decidida de las fuerzas policiales o de defensa tendrá consecuencias negativas que serán explotadas políticamente en contra de las autoridades de turno.
Una intervención efectiva entraña un riesgo político que nadie, salvo un verdadero estadista, estaría dispuesto a correr.
Un aporte del Director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel
Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en retiro de la Defensa Nacional
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