La justicia en Chile, opera para un solo lado, es decir, favorece al delincuente pero para las personas honestas que son violadas en su propiedad y derechos no hay resarcimiento alguno. No sabemos que ocurre ¿Por qué los jueces muestran tanta inepcia o temor en aplicar sanciones que no inviten al delincuente a repetir sus nefastas acciones? Sería interesante ver la reacción de los jueces, si diariamente desvalijaran sus domicilios, amenazaran a sus familias y destruyeran sus inmuebles.
Todos los habitantes de este país llamado Chile, parecen muy ufanos y creen que viven en un estado de derecho; yo pienso lo contrario y esto se demuestra con hechos.
El Sr. Ministro del Interior, al asumir su cargo declaró, con gran bombo, que erradicaría la delincuencia de nuestras ciudades. Basta ver la televisión y leer los diarios para tomar nota de los asaltos, robos a mano armada, maltrato de obra y palabra a carabineros, robo de automóviles, agresión a las personas, sólo para nombrar algunos de los cientos de delitos y faltas que se cometen a diario, sin que se tome acción eficaz alguna; pues si Carabineros detiene a los infractores los jueces los dejan libres al día siguiente, con decenas de argucias legales y otras que no lo son tanto, para justificar lo que a mi entender es falta de coraje. No es posible aceptar que cada vez que un delincuente comete una tropelía, éste quede impune. Me resisto a creer que haya tantas disposiciones legales que permitan este modo de aplicar las leyes.
La justicia en Chile, opera para un solo lado, es decir, favorece al delincuente pero para las personas honestas que son violadas en su propiedad y derechos no hay resarcimiento alguno.
No sabemos que ocurre ¿Por qué los jueces muestran tanta inepcia o temor en aplicar sanciones que no inviten al delincuente a repetir sus nefastas acciones? Sería interesante ver la reacción de los jueces, si diariamente desvalijaran sus domicilios, amenazaran a sus familias y destruyeran sus inmuebles.
Además, es increíble que en un país operen dos sistemas judiciales diferentes, lo que complica más aún la aplicación de justicia. En un estado de derecho deben aplicarse la constitución y las leyes a todos por igual y recibir los trasgresores las sanciones que sean pertinentes, como también las víctimas la debida protección y compensación. En el Chile actual el estado de derecho es un mal chiste en que el principal responsable de su mal funcionamiento es el Ministro del Interior, encargado de mantener el orden y la seguridad públicos, Por otra parte, a la policía (Carabineros) se le impide actuar enérgicamente y emplear sus armas para defenderse. Los resultados están a la vista: ataques criminales contra ellos sin que puedan reaccionar adecuadamente, pues se les ha prohibido hacerlo contra riesgo de su empleo, atentando contra el derecho universal de la defensa propia cuando se es atacado con peligro de la integridad física o de la vida, como ha sido del caso.
Lo que existe en lugar de estado de derecho, es un estado de permisividad para cometer delitos sin que tengan sanción adecuada. El Sr. Ministro del Interior cuando se refiere a este tema por televisión, lo hace con un desparpajo digno de un actor; tratando de aparecer como un defensor del estado de derecho, pero pienso que él es su primer infractor , al no exigir su cumplimiento. Hoy, es un buen negocio ser delincuente, pues este sabe perfectamente que perpetrará nuevos delitos y en breve tiempo quedará libre. Ahora que se ha puesto de moda en forma peyorativa la palabra lucro (algunos ni saben lo que significa) es lucrativo delinquir y quedar impunes.
Siento rabia e impotencia ver a personas ineptas para su cargo público, dando explicaciones que sólo encubren intereses políticos inconfesables. También frustración de la esperanza puesta en el actual gobierno y su “nuevo modo de gobernar” que, hasta ahora, ha resultado un fraude en funciones fundamentales del Estado como son el orden y seguridad ciudadanos y garantizar el estado de derecho. Asimismo , desconfianza en la actual clase política para dirigir a la nación hacia un destino promisorio y , terror , por la expectativa de que la sustituyan los jóvenes que vimos en las calles vociferando y destruyendo bajo el control del Partido Comunista.
En Chile aproximadamente cada 40 años se han producido graves desórdenes sociales,
los que han terminado en violentos desenlaces por falla de la autoridad. No quiero ser agorero pero si el gobierno no reacciona en forma enérgica, algún “reventón” se producirá; de dónde provendrá, quiénes lo ejecutarán y cuáles serán sus resultados, no puedo avizorarlo, pero siento que ello ocurrirá para mal de Chile.
Qué lástima que hayamos perdido la oportunidad histórica que nos legaron en 1989.
Fernando Navajas I.
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