En estos desastrosos días que ha vivido Chile, a raíz de los reclamos estudiantiles por a) la calidad de la educación, b) por la gratuidad de ésta, c) educación pública d) fin del lucro, etc., hemos visto toda clase de aberraciones, de orden moral y físico, destrucción generalizada, una manipulación de los alumnos por parte de fuerzas políticas con el objeto de obtener ventajas pequeñas, mezquinas, y ninguna mirando al futuro de Chile. Por un lado estos sectores promueven el desorden y una verdadera insurrección civil, y por otro, el gobierno se muestra incapaz de restaurar el orden y actúa de manera populista, hipócrita y poco veraz. Los actores políticos de izquierda tratando de obtener provecho político sin aportar nada y los de derecha, silentes, sin proponer ideas que estén a la altura de la solución del problema. Para colmo de esta actitud de los políticos, hemos sido testigos del lamentable espectáculo ofrecido por el Presidente del Senado, Sr. G. Girardi, quién en lugar de cumplir con su tarea de verdadero presidente y conductor de un poder del estado, que debe alejarse de la lucha partidista, hace justo lo contrario dando un pésimo ejemplo.
U al dia
Algunos dicen que la educación en Chile está mal desde hace 40 años. Por todo lo que he leído al respecto y la experiencia personal, me atrevo a decir que anda mal desde hace 80 años; es una educación incompleta, sin orientación y de baja utilidad , especialmente en la educación básica y media. La educación es de amplio espectro y entre las definiciones del diccionario de la Real Academia Española de la Lengua me quedo con estas: enseñar, instruir. FORMAR INTELECTUAL Y MORALMENTE A UNA PERSONA. Inculcar las normas de civismo y cortesía. Antes, al menos, había preocupación por lo moral, el civismo y cortesía, a parte de instruir, incluso en las escuelas públicas.
Algunos dicen que la educación en Chile está mal desde hace 40 años. Por todo lo que he leído al respecto y la experiencia personal, me atrevo a decir que anda mal desde hace 80 años; es una educación incompleta, sin orientación y de baja utilidad , especialmente en la educación básica y media. La educación es de amplio espectro y entre las definiciones del diccionario de la Real Academia Española de la Lengua me quedo con estas: enseñar, instruir. FORMAR INTELECTUAL Y MORALMENTE A UNA PERSONA. Inculcar las normas de civismo y cortesía. Antes, al menos, había preocupación por lo moral, el civismo y cortesía, a parte de instruir, incluso en las escuelas públicas.
Hoy, nada de esto existe. La educación debe ser integral y tener una parte formativa. Cuántas veces decimos: esa persona es un “mal educado”, aunque sea un profesional destacado, ello por que nadie le enseñó normas mínimas de convivencia.
La formación debe darse en el ámbito del hogar, pero eso tampoco ocurre y los colegios y universidades no la suplen; de tal manera que muchas veces nos vemos frente a “bárbaros ilustrados”. Un profesor universitario de filosofía me expresó en una oportunidad: “aquí se gradúan personas que salen con las mismas ojotas con que entraron”. Esto es parte de la calidad de la educación. En estas semanas de caos y alboroto se ha dicho de todo; la mayoría sandeces que no resisten ningún análisis, pero de lo que menos se ha hablado es justamente de la educación y su calidad; más bien hemos observado lo contrario, o sea, la anti educación y toda clase de propuestas bastante absurdas pero de educación nada. Referente a la calidad yo me pregunto.
¿Qué se entiende por calidad?
¿Cuál es el nivel final que deseamos para un joven que termina su educación básica, media y superior?
¿En qué aspectos deseamos hacer énfasis?
¿Queremos un ciudadanos con conocimientos adecuados, educado (formado) bien informado, que sea capaz de comprender lo que lee, redactar, saber expresarse, etc. O lo contrario, un mediocre (como somos ahora) semi instruido?
¿Queremos alumnos que sepan estudiar y sean capaces de leer varios cientos de páginas de un día para otro y después escribir en un determinado tiempo un ensayo de una cantidad de palabras que se le indique sobre un tópico de lo leído?
¿Queremos alumnos que al menos una vez al año recorran sectores de nuestro territorio “mar y tierra”, con instructores adecuados para conocer la realidad del país?
¿Cuántas bibliotecas públicas nos faltan?
¿Queremos que nuestros jóvenes aprendan a argumentar para discutir civilizadamente un tema?
Hoy día en Chile, la mayoría es incapaz de argumentar y enfrentar su argumento con el de otro con respeto y seriedad; solamente se escucha “un alegato” en que todos desean hablar al mismo tiempo. En esto último descansa uno de los grandes defectos de nuestra sociedad hipócrita.
¿Queremos individuos emprendedores o dirigidos por el estado?
¿Queremos personas con ideas propias o que funcionen en base a eslóganes o Internet?
Estas y muchas preguntas más afloran cuando se habla de una educación de calidad pero no deseo extenderme porque el catastro es amplio: En Chile hay personas notables expertas en educación, que estoy seguro no han sido consultadas respecto del verdadero significado de una educación de calidad; pero como nadie se ha preocupado del tema principal, seguramente su aporte no ha sido requerido.
Por otra parte, un niño tiene que estudiar en un ambiente adecuado que lo inste a estudiar y leer y hacer sus trabajos. En Chile hay miles de niños que viven en extrema pobreza, en una vivienda inadecuada, con 4 o 5 hermanos que interrumpen o también desean estudiar, sin que a veces exista un mínimo de espacio y mobiliario para escribir, una madre y padre trabajando o la primera atendiendo los asuntos domésticos, lavar, planchar, cocinar, ver niños enfermos y demás actividades domésticas. En estos casos pienso que los colegios deberían tener un lugar especial para que esos niños puedan estudiar y hacer sus tareas guiados por profesores o estudiantes en práctica .
Igualmente hay que preocuparse de la formación de los profesores en diferentes niveles y áreas y que dominen su tema, de lo contrario todo el dinero que se inyecte a la educación de calidad se habrá perdido. Lo primero es tener profesores de calidad y que exijan a sus alumnos para tener un buen rendimiento.
Vamos por un mal camino, pues no sabemos lo que queremos actuando sólo por emociones, intereses ideológicos, corporativos o políticos , pero sin la recta razón. Es un asunto complejo, con muchas aristas, que se resuelve RAZONANDO y no con marchas, huelgas y destrucción, con la comparsa de serie de actores que no deben inmiscuirse en el tema. Nos falta mucho y es necesaria cordura, prudencia y una conciencia de auténtico Bien Común, para que Chile se encamine en las soluciones integrales, viables y prácticas, que alcancen el objetivo de una educación libre, de calidad y capaz de otorgar igualdad de oportunidades en la participación del desarrollo de nuestra Patria.
Atentamente
Fernando Navajas Irigoyen