El Ejército y las nuevas exigencias
GDB Enrique Slater E., Presidente del Centro de Generales de Ejército
Los nuevos desafíos del Ejército en sus labores en tiempo de paz que dejan las lecciones aprendidas derivadas de su acción durante el período de emergencia por la pandemia.
Hace un año que la pandemia del Coronavirus afecta la salud y la vida de muchas personas en el mundo y específicamente, en Chile.
Casi paralelamente el país debió enfrentar por más de un año una permanente violencia y vandalismo en varias ciudades y, desde hace años, un descontrolado terrorismo en la Macrozona Sur.
Derivado de lo anterior, es necesario hacer un comentario del rol que han desarrollado las instituciones civiles y militares en el amplio y abnegado trabajo que, conforme a sus posibilidades y capacidades, les ha correspondido para aportar a la salud y a la seguridad de los chilenos.
Quiero referirme a las Fuerzas Armadas y de Orden y Seguridad, en general; y a los miles de hombres y mujeres integrantes del Ejército de Chile, en particular; que con gran espíritu de servicio y patriotismo, como lo señala su Juramento a la bandera –“Juro por Dios y esta bandera, servir fielmente a mi Patria…”– han desarrollado durante muchos meses, un esfuerzo que ha sido gravitante en el ámbito principal de la seguridad nacional, conforme a lo que establece la Constitución Política, para el empleo de las Fuerzas Armadas en Estado de Excepción Constitucional.
Todo lo anterior, sin perjuicio de continuar cumpliendo con las variadas misiones permanentes que el Estado le demanda, como institución fundamental de la República.
La dualidad de tareas, tanto las derivadas del Estado de Excepción vigente, como las propias de la naturaleza y fines mismos del Ejército, han demandado a sus miles de integrantes, un esfuerzo extraordinario, pero realizado con vocación y compromiso por el bien de Chile y sus ciudadanos.
En este marco general, cabe señalar, que siendo los medios humanos y materiales limitados para la variedad y cantidad de tareas que la crisis impuso, las respuestas de los componentes de la fuerza militar a lo largo del territorio nacional, han sido valoradas por la ciudadanía y la propia institución, produciéndose un trabajo mancomunado y coordinado entre el estamento civil y militar que ha posibilitado enfrentar simultáneamente los frentes de apoyo a la pandemia propiamente tal y las acciones conjuntas fundamentalmente de apoyo, a las Fuerzas de Orden y Seguridad en la Macrozona Sur del país.
Es necesario tener presente que un esfuerzo de largo aliento en misiones de orden interior afecta y debilita las tareas permanentes del Ejército, que dicen relación con su misión: “Contribuir de manera principal a preservar la paz. Su misión primordial es garantizar la soberanía nacional, mantener la integridad territorial y proteger a la población, instituciones y recursos vitales del país, frente a cualquier amenaza o agresión externa, así como constituir una importante herramienta de la política exterior de Chile”.
Chile es un país con una compleja geografía, expuesto a diversos desastres naturales, que cada cierto tiempo nos afectan y demandan el empleo de todas las capacidades del Estado. Los cambios climáticos que ya son una realidad en el planeta y también en nuestro continente, nos depararán nuevos desafíos y especiales esfuerzos a nuestros científicos.
Hoy, la actual pandemia que afecta al mundo y trágicamente a Chile, nos debe alertar y demandar prepararnos para posibles futuras y nuevas amenazas en el área de la salud que como estamos observando, requerirá disponer con profesionales cada vez más capacitados y de una tecnología e infraestructura cada vez más exigente.
En el contexto descrito, se evidencia la necesidad que el Estado fortalezca en personal, capacitación y medios materiales, a las Fuerzas Armadas, las que, por su organización, disciplina y polivalencia, continuarán teniendo un rol gravitante en la seguridad humana y nacional. Será fundamental para el logro de una mejor relación y trabajo conjunto entre civiles y militares, optimizar la confianza de la población en sus Fuerzas Armadas, debiendo ser esto, un objetivo de país.
Toda acción tendiente a debilitar sus capacidades afectará el apoyo que la fuerza militar deba otorgar en las nuevas situaciones antes descritas, que se vislumbran cada vez más complejas en el futuro de Chile, y por supuesto, en las que tienen directa relación con la mantención de la soberanía nacional y defensa de la patria.