La unión después de su aniversario, ha querido dar a conocer “el porfiado contexto” escrito por nuestro ex presidente Humberto Julio Reyes. Trabajo que con su habitual estilo demuestra claramente lo que es la violencia, la que en ningún caso puede ser justificada como lo pretenden algunos constituyentes. ¿Agredir a las policías, destruir propiedad pública y privada, saquear grandes y pequeños comercios, por mencionar las formas más habituales de “manifestarse”, ahora no podrían quedar impunes?
EL PORFIADO CONTEXTO
Humberto Julio Reyes
Como aficionado a la Historia, cada vez que estudio o analizo un fenómeno social, ordenada la información disponible, parto por causas y consecuencias y termino irremediablemente por el contexto, única forma de explicarme lo sucedido o avizorar lo que podría suceder.
Sin embargo y en el caso particular de nuestro país, siempre novedoso, hace años se nos ha adoctrinado de parte de los defensores de “sus” derechos humanos que ellos deben ser siempre respetados, sin importar el contexto.
Dicho de otra forma, tienen valor absoluto y nadie puede explicar ni menos justificar su eventual violación, sin importar las circunstancias, es decir el contexto.
Incluso un distinguido historiador, ya fallecido, llegó a compartir ese punto de vista al expresar que explicar era sinónimo de justificar, aún si en nuestro idioma no significan lo mismo.
También como parte de una parcial visión de nuestro pasado reciente, algunos fenómenos tampoco se explicarían por sus causas, serían de generación espontánea, como el consabido pronunciamiento del 11 de septiembre en que sin causa alguna los golpistas se tomaron el poder a sangre y fuego.
Pero he aquí que recientemente un connotado “constitucionalista” quien pareciera que ya ha escrito el texto de la futura constitución, ha sostenido, en relación con el proyecto de indulto que se tramita en el parlamento, que los delitos cometidos este 18 de octubre deberían quedar fuera de dicha ley. Al menos eso le he entendido.
Lo cito textualmente:
“Los hechos constitutivos de delitos en 2019 hay que mirarlos de modo distinto” ya que “la violencia de 2019 abrió la puerta a un proceso que hoy todos celebramos”.
¿Y porqué?
¿Agredir a las policías, destruir propiedad pública y privada, saquear grandes y pequeños comercios, por mencionar las formas más habituales de “manifestarse”, ahora no podrían quedar impunes?
Un ingenuo podría pensar que vamos progresando pero la trampa dialéctica está en seguir apoyando dicho indulto ya que “gracias” al vandalismo desatado hace dos años habría sido posible que se instale la Convención Constituyente.
También yo creo esto último pero ese no es mi punto, por lo demás habría que esperar a conocer el producto de esta Convención antes de congratularnos por su existencia.
El conspicuo constituyente no ha estado solo en tratar de convencernos que, aunque parezcan lo mismo, no lo son.
Una candidata quien también es senadora y ha patrocinado el proyecto de indulto, al ser interpelada por no retirar su firma, dio todo tipo de rebuscadas explicaciones por mantenerla pese a rechazar la violencia reciente. Me recordó a Cantinflas, con todo respeto.
¿Y qué los diferencia, digo yo?
Claro, el contexto, aunque se trate de los mismos delitos. Pero eso no lo dicen para no ir contra la teoría que tanto ha servido para no respetar el debido proceso y condenar a como de lugar por hechos sucedidos hace casi medio siglo.
La destrucción causada hace dos años era un estallido insurreccional preparado para ser desatado en cuando existiera una causa aparente o pretexto, los treinta pesos. Ahora se repiten las acciones vandálicas, que nunca se han detenido, pero es porque aun el gobierno resiste, en regulares condiciones pero resiste.
Nuevamente se ha repetido la manifestación masiva que igual que cómplices pasivos y no tanto, “presta ropa” a la violencia que saben perfectamente que ocurrirá ya que nos fue anunciada profusamente con bastante antelación.
Concluyo, aunque el contexto parezca el mismo siempre es diferente y es irrepetible, tanto en sus causas como en sus consecuencias, otra cosa es que la comisión de innúmeros delitos se pretenda justificar bajo la apariencia de un noble propósito.
24 de oct. de 21