Para justificar la notable caída de la Concertación se ofreció una autocrítica que se limita a reconocer insuficiencias y errores sin precisar nada. Autocrítica incompleta.
I. Oligarquía: No hubo autocrítica para reconocer que un elenco, incluida familias enteras, se han apoderado del gobierno por 10,15 y hasta 20 años; y para colmos algunos de estos últimos, anuncian sus aspiraciones de agregar 8 años más en el Senado. La ciudadanía está fatigada con los mismos rostros y mensajes que han ido perdiendo consistencia y horizontes. Una virtual oligarquía política ha comenzado a desplomarse.
Oligarquía: significa, según la etimología, “Gobierno de pocos” pero la tendencia a sido identificarla como “ Gobierno de los ricos”; sin embargo, nos dice el Diccionario de Política de Norberto Bobbio y Nicola Matteucci que el vocablo “no indica una forma específica de gobierno, si no que se limita a llamar nuestra atención sobre el hecho, sobre el puro y simple hecho, de que el poder supremo lo detenta un pequeño grupo de personas tendencialmente cerrado, ligados entre si por vínculos de sangre, de interés o de otro tipo, que gozan de particulares privilegios y utilizan todos los medios que el poder les da a disposición para mantenerlos”. La cita calza perfectamente con la transformación de la Concertación en un desnudo grupo de poder.
II. Corrupción: Ni una palabra sobre la corrupción: MOPGATE- Ferrocarriles-subvenciones educacionales-Chile Deportes- Aviones Mirages, Hospital de Puerto Montt, son algunas cuentas de este rosario que irritan a la población.
III. Derechos Humanos: Insistencia hasta el cansancio en las violaciones a los derechos humanos. Carmen Soria, luchadora por estos derechos, ha condenado lo que llamó “Hipocresía del candidato concertacionista sobre este punto”. Bandera justa y potente pero que esta vez perdió eficacia con un candidato del que poco sabíamos que comprometió cheques y joyas en los primeros días del Golpe Militar y que durante los 6 años de su gobierno nunca recibió a las organizaciones de derechos humanos. La inauguración del Museo de la Memoria fuera de contexto histórico es un intento mayúsculo de manipular un proceso que tiene dos caras, no para justificar abusos pero si para situarlos en sus circunstancias.
IV. Frei: Postulación sin más proyectos que dar continuidad a la protección social establecida por Bachelet y colgarse patéticamente de su justo prestigio. Reconocer el fracaso electoral con malabares verbales no significa nada. ¿Aceptará la elección democrática de los intendentes? ¿Se comprometerá con la Reforma Tributaria? Son propuestas potentes que explican en parte el éxito de Marco.
V. Arrate: La vieja izquierda prisionera de consignas grandilocuentes pero carentes de toda viabilidad. Los ojos cerrados frente a Cuba, Nicaragua y Venezuela. Debe reconocerse que cambió los mismos votos de siempre ahora por tres diputados elegidos con votos de la Concertación. Se rompió la exclusión. Eso sería todo.
VI. Marco: Con valentía y audacia se convirtió en el gran ganador; puede convertirse en el capitán del futuro destinado a superar conflictos agotados y convocar a los mejores poniendo fin al Estado como botín de los partidos políticos. Su convocatoria a la meritocracia, fue un atractivo poderoso para los profesionales bloqueados por los operadores políticos en su ingreso al Gobierno y a las empresas públicas. Es obvio que necesita unas cuantas precisiones y fuerza para resistir presiones que podrían destruir gran parte de lo conquistado. Su talante democrático debe deslindar fronteras frente a las violaciones de los derechos humanos por dictadores de izquierda. Su propuesta Copihue pude catapultarlo como un gran reordenador, no sólo de la Concertación, también de un nuevo gran referente. No alinearse para la segunda vuelta rechazando negociaciones espurias fue una decisión esperanzadora que en realidad se ha propuesto seriamente enterrar la vieja política.
VII. Piñera: Ofreció un rostro renovado de la derecha con audaces propuesta para modernizar el Estado y convocar a un gobierno de unidad nacional. La consigna “Todos contra Piñera” fue y será un tiro por la culata; la ciudadanía advierte que tras esa conjura están los intereses de la oligarquía política y de su personal de servicio. Así como la izquierda terminó por reconocer el papel del mercado, la derecha ha terminado por reconocer el papel del Estado en la protección social. Es cierto que hay que cuidar las fronteras entre los negocios de empresarios con la política, pero con la misma fuerza los negociados y corruptelas de los altos funcionarios.
VIII. Voto Ilustrado: En los grandes centros urbanos el voto más ilustrado prefirió a Piñera y a Marcos, mientras que los “pobres agradecidos”, ciudadanos cautivos por la protección social, han votado por Frei. Una verdadera campaña del terror se difundió en este sector anunciando que las conquistas sociales serían canceladas por Piñera.
IX. Parlamentarios: La Concertación, con escasas acepciones, presentó candidatos, colgados hasta el ridículo de la figura de la Presidenta. Incluso algún osado la presentó con su brazo sobre el hombro de un oscuro parlamentario sin meritos propios; cayeron viejos y nuevos caciques y un disfrazado de huaso no pudo regresar al Congreso porque la gente del mundo rural no se chupa el dedo.
X.- Intervención: Es perfectamente legítimo que un grupo de gobernantes trate de perpetuarse pero violenta el juego democrático cuando todo el aparato del Estado con sus recursos humanos y financieros salen a la calle a presionar para conquistar electores. La intervención electoral esta vez ha superado todo lo conocido, a lo menos en los últimos 50 años de contiendas democráticas, configurando sombras sobre la verdadera vocación de quienes se autoproclaman como los únicos que merecen gobernar al país. Los desembarcos desde el Gabinete resultarán inútiles porque son caras de la misma oligarquía que llega 20 años gobernando. Algunos más viejos, algunos más jóvenes, pero todos viejos en las ideas y las prácticas políticas.
Estos son a lo menos 10 puntos claves que surgen de una mirada crítica sobre la primera vuelta electoral. Cabe por cierto, seguir reflexionando sobre éstos y otros puntos para comprender que las elecciones están reflejando una grieta geológica en el sistema político y que, cualquiera que sea el resultado final, la democracia chilena no podrá seguir funcionando como ha ocurrido hasta ahora. Bien por Chile: Habrá alternancia sin terremoto y aires renovadores ventilarán un sistema que acusa fatiga de materiales y la pérdida de todo otro horizonte que no sea el gobierno como botín. Miles de chilenos no aceptaremos más el chantaje que viene el lobo.
Fuente: Diario El Sur, Blog 14 de diciembre de 2009