Quisiéramos que el supremo gobierno pueda actuar en la solución de los conflictos planteados por diversas minorías étnicas con sabiduría y prudencia, pero haciendo respetar integralmente el estado de derecho y sin efectuar concesiones que lleven el germen del separatismo o establezcan privilegios que puedan alentar mayores exigencias a futuro.
Tras setenta días de angustia y denodados esfuerzos ha terminado felizmente el rescate de los 33 mineros que nos han dado un ejemplo de entereza y fe.
Hay justificadas razones para estar alegres y optimistas.
El eficaz empleo de todos los recursos humanos y tecnológicos que fueran apropiados para la difícil tarea hizo posible lo que seguramente muchos considerarán un verdadero milagro.
¿Cuántos imponderables podrían haber hecho fracasar parcial o totalmente los intentos de rescate?
Imaginamos que todo creyente, en particular los rescatados y sus familias, ha expresado su profundo agradecimiento a Dios.
El país y especialmente las autoridades responsables han dado un ejemplo de acertada dirección y unión de propósitos.
¡Cómo progresaríamos si todo desafío se enfrentara con igual resolución!
Superado felizmente este accidente debemos volver la vista hacia los otros desafíos pendientes, dentro de los cuales sigue teniendo primera prioridad la reconstrucción de las zonas devastadas por el sismo del 27 de febrero.
Esta tarea de largo aliento también requiere de unidad de propósitos, tanto en la dirección como en la ejecución, resultando por ello de negativos efectos la constante activación de diversos conflictos que apuntan precisamente en la dirección contraria.
Quisiéramos que el supremo gobierno pueda actuar en la solución de los conflictos planteados por diversas minorías étnicas con sabiduría y prudencia, pero haciendo respetar integralmente el estado de derecho y sin efectuar concesiones que lleven el germen del separatismo o establezcan privilegios que puedan alentar mayores exigencias a futuro.
Que esos nubarrones de tormenta no lleguen a oscurecer nuestro cielo que por estos días nos ha parecido más azulado que nunca.
2010-10-15