La Confesión
Marcela Cubillos
El Mercurio, Columnistas, 16/04/2023
Por años escuchamos a dirigentes de la coalición que hoy “habita” La Moneda tener recetas para todo. Lo que se había hecho durante 30 años era un fracaso y Chile, a juicio de ellos, era un país trágico.
Y la gente decidió darles la oportunidad de gobernar e ilustrarnos de cómo había que hacer las cosas. Sin embargo, el fracaso ha sido estrepitoso. Solo sabían destruir.
En materia de empleo, por ejemplo, avalaron y promovieron la violencia que destruyó centenares de negocios y fuentes de trabajo. Pero no las de ellos.
El estallido los puso en los cargos que hoy ejercen. Solo saben destruir empleos, pero no generarlos, excepto los públicos que han crecido sin parar mientras están en el poder.
En educación, es un gobierno sin agenda que solo hace noticia cuando suspenden clases para que pasen los funerales narco.
Arrasaron con la educación particular subvencionada e incendiaron, literalmente, los liceos emblemáticos. Y van por los Bicentenario. Por pura ideología.
No creen en el esfuerzo personal ni que el mérito pueda ser reconocido. Peor aún, sostienen que mientras no pueda haber colegios de excelencia para todos es preferible que no los haya para nadie. ¿Y hacen algo?
Nada. Solo saben destruir lo que había, pero no han puesto nada bueno en su reemplazo. ¿O la educación pública está mejorando con este Gobierno?
Las reformas que empujaron cuando formaron parte del segundo gobierno de Bachelet han sido un fracaso, pero no están dispuestos a evaluarlas. El tema era lograr un “avance” ideológico; nunca fue la calidad lo relevante.
Quieren dejar que se destruya el sistema de salud y en materia previsional nada importa mejorar las pensiones. El tema es ideológico: Estado versus privados.
La colaboración entre ambos, que hizo que Chile avanzara, debe morir, porque lo que relevante es borrar de un plumazo los 30 años.
En materia de inversión las cifras son alarmantes: el número de proyectos aprobados por la autoridad ambiental alcanza su menor nivel en trece años.
La coalición gobernante validó y promovió la violencia. Denostaron y calumniaron a Carabineros. Generaron un escenario de destrucción, odio y división que nos acompañará por mucho tiempo. “¿Cómo quieren que no lo quememos todo?”, preguntaba la diputada Catalina Pérez (RD).
“Pasarán a la historia, sí. Por ser una coalición que solo sabía destruir, y que cuando tuvieron la oportunidad de gobernar, a poco andar, confesaron la verdad a los chilenos: no tenemos idea qué hacer”.
Solo sabían destruir. Y quemar. Y hoy no saben cómo parar ese camino que ellos mismos iniciaron
No estaban preparados para nada más. No lo decimos nosotros, lo dicen ellos mismos. “Pedirle a una coalición que nunca ha gobernado que esté totalmente preparada es una premisa engañosa” dice Emilia Ríos (RD), alcaldesa de Ñuñoa. “Administrar el Estado es sumamente complejo”.
“Y nosotros no sabíamos hacerlo y teníamos que ser conscientes de ello”, se sincera Tomás Vodanovic (RD), alcalde de Maipú.
El diputado Diego Ibáñez (CS) fue más allá y nos notifica que no podrán hacer nada en los próximos tres años porque la responsabilidad no es de ellos, sino del “Estado neoliberal” que “les tocó” administrar.
Su llegada al poder es el gran engaño. Pasarán a la historia, sí. Por ser una coalición que solo sabía destruir, y que cuando tuvieron la oportunidad de gobernar, a poco andar, confesaron la verdad a los chilenos: no tenemos idea qué hacer, y si lo supiéramos, tampoco estamos preparados.
Pero la culpa es de ustedes… por elegirnos demasiado pronto.
Un aporte del Director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel
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