Es verdad, estamos mal en el ámbito de la educación, pero íbamos por buen camino. Si los colegios más avanzados de nuestro sistema escolar necesitaban 5 a 10 años de mayores niveles de exigencia para ponerse a la par de los países más desarrollados, nivelando hacia abajo, como propone la reforma que se trasmita en el congreso, no los alcanzaremos ni en 20 años.
En la reciente interpelación dirigida al Ministro de Educación, él insistió reiteradamente que en las mediciones internacionales los estudiantes chilenos de mejor rendimiento están muy por debajo del rendimiento de los países desarrollados e incluso de países europeos, con un ingreso per capita similar a al chileno.
El ministro omitió dos detalles importantes. Primero, que si los estudiantes chilenos mejor evaluados en la medición internacional, en las evaluaciones nacionales obtienen rendimientos sobresalientes, como se observa en los altos puntajes en la PSU y en sus rendimientos de Enseñanza Media, con un índice de 100%, lo que equivale a nota 7, quiere decir, que los niveles de conocimiento establecidos por el Ministerio como objetivos mínimos obligatorios distan mucho de ser los ideales. Para corregir esta situación es necesario adecuar los currículos a los niveles exigidos en las mediciones internacionales, y hecho eso, los resultados se podrán apreciar solo después de no menos de 5 años.
Por otra parte el ministro omitió mencionar que entre los países latinoamericanos, Chile es el que más ha progresado en educación en los últimos años. Asimismo, se ha podido determinar que alumnos de cuarto básico -en algunos casos- tienen mejores rendimientos que alumnos de octavo, en colegios de la misma categoría.
Es verdad, estamos mal en el ámbito de la educación, pero íbamos por buen camino. Si los colegios más avanzados de nuestro sistema escolar necesitaban 5 a 10 años de mayores niveles de exigencia para ponerse a la par de los países más desarrollados, nivelando hacia abajo, como propone la reforma que se trasmita en el congreso, no los alcanzaremos ni en 20 años.
Fundamento esta afirmación en el hecho que, poniendo fin a la selección por rendimiento académico se terminan el Institutos nacional, el Carmela Carvajal y los liceos bicentenarios, como establecimientos de excelencia. Una medida más eficaz parece ser la de no interrumpir el proceso de los liceos de excelencia y concentrar el esfuerzo para que en el menor tiempo posible toda la educación pública alcanzara dicho nivel.
Otro punto que eludió el ministro fue el tema de la libertad de los padres para elegir donde educar a sus hijos. Con el argumento de poner fin al lucro y la segregación se está terminando con la educación particular subvencionada, lo que se justifica afirmando que el objetivo de la reforma es la inclusión.
Cuando el ministro afirma que los padres no están bien informados para decidir donde matricular a sus hijos y se dejan llevar por las apariencias y un afán de segregación, es posible que el argumento tenga algo de validez, si se refiere a quienes están en condiciones de pagar un copago relativamente alto, pero ese grupo de apoderados es la minoría. Las familias de más bajos ingresos son las que en los últimos años han emigrado de la educación municipal, con el propósito de evitar las interrupciones de clases por largos períodos al año, debido a paros y tomas. Ellos han optado por colegios pequeños, con un copago no superior a $ 20.000 por lo general con no más de 20 alumnos por clase, donde hay más orden y disciplina que la que encontramos en la educación municipal. Por lo general, en esos colegios pequeños la base de sus ingresos está dada por la subvención, más que por el copago y por tanto en muchos casos cuando los padres no pueden pagarlo se les da beca para mantener una matrícula de equilibrio.
En otras palabras si se deseaba terminar con el lucro y en lugar de poner exigencias imposibles de cumplir para aquellos colegios subvencionados que están recogiendo la deserción de la educación municipal, se pudo haber limitado el nivel máximo del copago. Pero la reforma inclusiva que pone fin al lucro y la segregación en la letra chica lo que busca es proteger a la educación pública, eliminando aquellos colegios que hasta ahora eran la tabla de salvación para aquellos padres que conscientes de las falencias de la educación pública emigraba a la particular subvencionada.
Enrique Maldonado Roi.