Los aviones llegaron a tiempo para hacer frente a la crisis del Beagle de 1978, aunque desde su arribo fueron afectados por la enmienda Kennedy, lo que se hizo crítico en los años 1980, incluso con la idea de que fueran vendidos. Sin embargo, a fines de esa misma década comenzaron los estudios para su modernización, lo que se materializó a mediados de los 1990 con la empresa israelí IAI en el proyecto que se denominó “Tigre III”
Hoy se celebran 45 años de la llegada del Northrop F-5E/F a Chile. En un día como hoy aterrizan en el aeropuerto de Pudahuel los primeros tres aviones, traídos en vuelo desde Estados Unidos (un cuarto tuvo que quedarse en Antofagasta por problemas técnicos), por tripulaciones chilenas, lideradas por el Coronel de Aviación Raúl Vargas del Campo y los tenientes Ernesto González Yarrá y Moisés Muñoz Silva.
Los 18 aviones (15 F-5E y 3 F-5F) fueron asignados al Grupo de Aviación No. 7, asentado en la Base Aérea Cerro Moreno en Antofagasta. Los aviones llegaron a tiempo para hacer frente a la crisis del Beagle de 1978, aunque desde su arribo fueron afectados por la enmienda Kennedy, lo que se hizo crítico en los años 1980, incluso con la idea de que fueran vendidos.
Sin embargo, a fines de esa misma década comenzaron los estudios para su modernización, lo que se materializó a mediados de los 1990 con la empresa israelí IAI en el proyecto que se denominó “Tigre III”.
Los primeros aviones fueron modificados en Israel y el resto en ENAER. El avión fue actualizado en su aviónica, con un nuevo radar, capacidad para misiles Python IV, entre otras capacidades. Posteriormente se le incorporaría capacidad para reabastecimiento en vuelo, lo que le permitiría realizar el primer vuelo de aviones de combate a Isla de Pascua en la Operación Manu Tama’I y su participación en el ejercicio Red Flag 1988.
En 2010, el Grupo de Aviación No. 7 comienza a recibir sus aviones F-16AM MLU y los F-5 son asignados al Grupo de Aviación No. 12, siendo trasladados en marzo de ese año a la Base Aérea Chabunco en Punta Arenas.
Los viejos F-5 siguen operando después de algunas mejoras estructurales y la flota se acerca a cumplir las 50.000 horas de vuelo, siendo uno de los sistemas de armas más longevos y que aún se mantiene vigente a nivel mundial.
La flota ha perdido dos aviones en accidentes mayores, con el fallecimiento de un piloto, Capitán Carlos Cajas Palacios (QEPD). Algunos aviones han sido dados de baja y al menos dos de ellos se encuentran preservados como monumentos.